El conflicto entre Israel y Hezbolá escala lentamente

El conflicto entre Israel y Hezbolá escala lentamente

La guerra está entrelazada con la de Gaza y cuenta con más de diez meses de duración, en los que, si bien sus ataques no han sido totales y continuados, se han ido intensificando.

David Jesús Flores Heredia

El domingo, 25 de agosto, Israel efectuó un bombardeo masivo con más de 100 aviones sobre posiciones de Hezbolá, situadas al sur del Líbano; en tal sentido, las autoridades de defensa israelí manifestaron que dicho ataque fue efectuado para detener la gran incursión que venía preparando la milicia libanesa.

Al respecto, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, bautizó la operación con el nombre de “Paz para Tel Aviv”; mientras ello sucedía, arribaba el general Charles Q. Brown, Jr., Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, para reunirse con su homólogo israelí, el Teniente General Herzi Halevi y otros altos funcionarios militares israelíes, con el objetivo de discutir el alto al fuego en Gaza.

No obstante, Hezbolá respondió al ataque lanzando 360 cohetes contra el norte de Israel, alcanzando algunas zonas que no estaban comprendidas en la franja fronteriza con el Líbano y, por ello, no se había evacuado a la población; en lo concerniente a su respuesta militar sin precedentes, la milicia libanesa afirmó que había sido un rotundo éxito.

Sin embargo, el Ejército de Israel rechazó la afirmación de la milicia y resaltó que no alcanzaron objetivos importantes; asimismo, el Contralmirante Daniel Hagari, portavoz de la armada israelí, declaró: “Contrariamente a las afirmaciones de Hezbolá, no hubo impactos en las bases de las FDI, ni en el norte ni en el centro de Israel”.

“¿UN CIUDADANO DE SEGUNDA?”

En relación a la mencionada operación “Paz para Tel Aviv”, el periódico estadounidense The New York Times, entrevistó a cuatro funcionarios israelíes, que hablaron bajo condición de anonimato, y afirmaron que realmente “hubo una acumulación de información de inteligencia en los últimos días y hasta el sábado por la noche tuvieron claro qué era lo que se estaba atacando y cuándo se produciría un ataque”.

Según los mencionados funcionarios, los objetivos de Hezbolá eran las sedes de las agencias de inteligencia, Mossad y 8200, en Tel Aviv; por ello, cuando “la inteligencia visual detectó un movimiento claro de misiles, el ejército israelí ordenó el ataque a los lanzadores, arsenales de armas y otros objetivos sobre el Líbano”.

Sin embargo, diversos israelíes de la ciudad de Acre, ubicada a 36 kilómetros de la frontera con el Líbano y que no ha sido evacuada porque está fuera de la franja declarada en emergencia, manifestaron su enojo y abandono por parte del gobierno de su país, a través de una entrevista realizada por el diario español El País.

“¿Qué soy? ¿Un ciudadano de segunda? Llevamos todo este tiempo con el miedo en el cuerpo, con una rutina de bombardeos y no les importa. Y ahora, cuando los cohetes iban a ir contra Tel Aviv, ¿es cuando lanzamos un ataque preventivo? ¿Para nosotros, no, pero para ellos, sí?”, declaró el ciudadano de Acre, Ido Azulay.

Cabe destacar que la ciudad de Acre cuenta con 50 mil habitantes y, anteriormente, fue una de las ciudades más turísticas de Israel; pero, desde el estallido del conflicto con Hezbolá, se ha convertido en un lugar donde a diario se escuchan detonaciones y, el domingo del ataque, despertaron con las alarmas antiaéreas; luego, escucharon el impacto directo de un cohete y la explosión de la intercepción de otro que esparció cristales y restos de persianas alrededor.

“AVE FENIX”

Para diversos expertos, las diferencias del esmero en el cuidado de la población israelí del norte y de la capital, tienen que ver con la gran desigualdad económica que también revela la brecha de origen; al respecto, la mayoría de la población del norte es de origen sefardí –judíos que habitaron la Península Ibérica y el norte de África– y la que habita en Tel Aviv es “la privilegiada ashkenazí” –originaria de Europa Central.

Por ello, a pesar de la molestia de sus vecinos del norte, el Primer Ministro ha logrado recuperar las preferencias y hacer honor a su apelativo de “Ave Fenix”, a través de los resultados del sondeo del diario israelí Maariv, que el mes pasado situó a su partido Likud como la principal fuerza política del país, y a Netanyahu como el conductor ideal de la nación.

Sin embargo, los analistas consideran que su recuperación podría decaer porque Hezbolá, al parecer, no ha perpetrado su última incursión; al respecto, Hassan Nasrallah, líder de la milicia libanesa, brindó un discurso televisado donde se expresó respecto a los ataques que mantuvieron hace unos días.

En concordancia, Nasrallah indicó que su incursión bélica no se produjo antes porque aguardaban el resultado de las negociaciones respecto al alto el fuego en Gaza; sin embargo, el objetivo que desearon alcanzar en su reciente ataque fue la base militar en Glilot, cerca de Tel Aviv, porque consideraron que estuvo involucrada en el asesinato del comandante de la milicia, Fuad Shukr –sucedido en julio.

Asimismo, Nasrallah negó que Israel haya impedido su incursión militar y resaltó que Hezbolá atacó con éxito la base de Glilot –sin aportar pruebas–; además, afirmó que, “si alguien cree que su milicia fracasó en su objetivo”, ellos se “reservan el derecho a responder en una fecha posterior”, y concluyó: “En esta etapa, la gente puede tomar un respiro y relajarse”.

 

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