El costo de la oportunidad y la manipulación de las necesidades

Por: Sergio Aristizábal A.

El uso abusivo de las definiciones de tipos de productos y negocios en algunos lugares, en vez de identificar plenamente el producto que se ofrece, solo confunde al consumidor y puede llevarlo a decisiones erróneas que atentan contra su integridad por la irresponsabilidad e indebida divulgación de quien ofrece un bien o servicio.

Es así como, si vamos a un evento, y compramos una localidad “VIP” terminamos sentados en la última fila al lado de las escaleras del baño y la zona de despacho de comidas. De esta localidad hacia adelante encontraremos los distintos niveles superiores inventados por esa capacidad inventiva y voraz que distorsionan lo ya inventado, creado nuevas clases de servicio como master, signature, gold, platinum; en todas su versiones A,B,C, etcetera. y por último los palcos que a veces con múltiples nombres y prestaciones adicionales constituyen un abanico interminable donde VIP termina significando Very Insignificant Party y no Very Important Person.

Es por eso que no sorprende, en la actualidad que algunas personas salgan a ofrecer ( Cosa que es loable, se les abona y es posible que lo hagan de buena fe, pero se equivocan) soluciones salvadoras para la situación del comercio en la coyuntura del COVID 19, como los que se autodenominan MARKET PLACE y solo son listados en internet o catálogos virtuales que distan muchísimo de ser en realidad market places, tiendas virtuales o comercios electrónicos, con aplicación de tecnología y respaldo en buenas prácticas.

Cualquier esfuerzo por noble que parezca si no cuenta con el apoyo de herramientas tecnológicas que verdaderamente sean escalables, automáticas y tengan respaldo y soporte por aquello de la trazabilidad de las transacciones y su historia; así mismo como la posibilidad de atender simultáneamente los picos de demanda que puedan presentarse, denominarlos “Market Place” es de alguna manera irresponsable y juega con la expectativas de quien queriendo llegar a resolver su problema de baja actividad en ventas, termine asumiendo proyectos infructuosos porque no surtan ningún efecto o aún peor, porque desborden la capacidad en caso de una ola de compradores que no puedan manejar.

Debemos ser muy claros, pero más aún, Responsables con las expectativas de quienes pasan momentos de angustia. La rigurosidad en las definiciones y la presentación al público en general debe ser una constante de las empresas que quieren generar alternativas y ayudar a quienes lo necesitan evitando confundir o generar falsas expectativas.

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