EL COVID PERSISTENTE es CoVID
Probablemente no haya ningún virus que se haya estudiado y analizado más a fondo y en detalle que el SARS-CoV-2. Y probablemente tampoco se haya estudiado tanto ninguna otra enfermedad, incluido el síndrome que se denomina CoVID Persistente; sin embargo los profesionales de la salud, médicos, virólogos, biólogos, investigadores, etc ... no se atreven a exponer públicamente todo lo que saben de ello. Algunos de ellos, incluso son colegas con los que he trabajado investigándolo; a pesar de saber con certeza cual es el mecanismo del que se vale este virus para causar este síndrome no se atreven a decirlo públicamente, y esto hace mucho daño al colectivo de pacientes, que son millones.
Se excusan diciendo que no hay suficientes evidencias, que solo son hipótesis y que la ciencia debe basarse en certezas irrefutables. Sin embargo de las muchas hipótesis, algunas han sido certificadas con numerosos estudios y nuevas observaciones adicionales, además de con experimentos ex-vivo e in-vitro. Tenemos pruebas irrefutables, más que de otras enfermedades o síndromes.
La realidad (que nunca confesarán) es que la mayoría de los profesionales de la salud son temerosos de ir contra la versión oficial, la que mejor comprenden o la que más interesa al oficio; por muy diversos motivos.
El Covid Persistente es un síndrome causado por persistencia viral en reservorios muy específicos. Esto esta ampliamente documentado en sendos estudios revisados por pares. El más reciente a día de hoy, este:
Además, algunos laboratorios son capaces de cuantificar la cantidad de proteína S retenida en exosomas.
Los exosomas son vesículas (cápsulas) capaces de retener proteínas e incluso viriones. Es el mecanismo por el cuál los viriones acceden a las células y también por el que las células se transfieren sus reservas a otras.
Son el primer reservorio que se consideró en su día y no es el único confirmado. Se han encontrado viriones en microcoágulos en la sangre, en el intestino (placas de Peyer) además de en las células ciliadas del olfato y gusto.
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El año pasado junto con Irene Blanco y Gabriel Barreda, publiqué los resultados de un ensayo in-silico, que no solo demuestra la capacidad del SARS-CoV-2 de acceder a los linfocitos si no que muestra que la deriva mutagénica de los Sarbecovirus (subgénero de los Coronavirus) desde los años 60 tiene el objeto de causar inmunodeficiencia infectando el sistema inmune. Los linfocitos (y monocitos en general) son el reservorio ideal mediado por vesículas.
Por si esto fuera poco, de los resultados obtenidos con el primer prototipo de inteligencia artificial para investigación médica (CliniXy) se elaboró un complejo estudio in-vitro que corroboró una de las hipótesis resultantes; que un superantígeno, fragmento viral MHC-1, el cual se denominó CoV2a1, era capaz por sí mismo de interferir en la respuesta inmune, causando en numerosas ocasiones hipercitocinemia (las famosas tormentas de citoquinas) y provocando así una respuesta humoral tardía y favoreciendo la retención de los viriones en reservorios.
Me cuesta imaginar qué más pruebas irrefutables hacen falta para llamar a las cosas por su nombre. El Covid Persistente es una infección persistente (lo de Covid Prolongado es un anglicismo innecesario que en castellano tiene muy poco acierto) que causa un desorden inmunológico.
Se puede considerar como una inmunodeficiencia adquirida que puede ser continúa o intermitente. Algunos casos pueden ser leves y transitorios, otros sin embargo son totalmente incapacitantes.
Además, esta inmunodeficiencia, no es fácilmente observable en analíticas convencionales. Es necesario analizar las diferentes subpoblaciones linfocitarias y los niveles séricos de diferentes interleucinas. El desorden causado por la infección persistente (con intermitencia o no de viriasis) favorece la disbiosis, no solo de la microbiota intestinal, si no de otras infecciones latentes como las causados por los herpes o por algunos hongos sistémicos como la cándida.
También, el superantígeno (SAg) CoV2a1 al causar el desorden inmunológico en las rutas de las interleucinas, favorece la presentación de antígenos autoinmunes, además de que la inflamación sistémica causada por este permeabiliza la Barrera Hemato-Encefálica, permitiendo el paso de sustancias capaces de dañar la mielina, como es el caso de los autoanticuerpos anti-MOG generados por el Epstein-Barr.
Sí, hay que seguir investigando, y seguir ampliando nuestro conocimiento de todo esto; porque además descubriremos que muchas enfermedades (como el Alzheimer) esta ligado a estas enfermedades crónicas, ya que el SAg CoV2a1 no solo esta en el SARS-CoV-2. Este SAg se encuentra en otros virus (como el sincitial respiratorio) que causan síntomas persistentes similares cuando se cronifican. Y también tenemos otros superantígenos en el SARS-CoV-2 que pueden causar ciertos desordenes neurológicos, pero al respecto de la etiología primaria del Covid Persistente sabemos más que suficiente para llamarlo por su nombre, las pruebas son irrefutables suficientes y completas; el Covid Persistente es Coronavirus Inmuno-Deficiency (CoVID).
Director de Xzentrik® musculocomercial®
8 mesesMuy interesante. Muchas gracias por dedicar tiempo a comunicar esto.
Administrativa en Profand Zaragoza
8 mesesTotalmente de acuerdo👏🏻👏🏻👏🏻
Dentist. Journalist. Theatre researcher and author
8 mesesFrancisco Mera Cordero Dr.Francisco Jose Roig Vazquez.