“El día después”

“El día después”

Nos encontramos en una situación de crisis muy particular, en rapidez e incertidumbre, que lo hace aún más dramática. El desafío más importante que tenemos en nuestra responsabilidad como líderes de influencia, es prepararnos para el “día después”, y eso implica preguntarnos qué capacidades y habilidades organizacionales vamos a dejar instauradas en nuestra organización aprovechando la situación de crisis actual. 

En los últimos años, con las nuevas tecnologías y la evolución de las capacidades empresariales, la humanidad ha venido trabajando para tratar de prevenir, o por lo menos mitigar, las consecuencias derivadas de crisis exógenas de tipo: económicas, sociales por desigualdad o segregación, fenómenos climatológicos severos, hasta incluso, guerras y/o atentados terroristas.

Lo que no se podía esperar es que un “bichito”, del tamaño de una millonésima parte de un milímetro, en pocos días nos cambie nuestra forma de vida con una intensidad tan grande, que se podría decir es aún superior a la que representó en su momento la caída de las torres gemelas.

Es por ello, que la invitación es a que nos preparemos para el “día después”, ya que uno de los desafíos más importantes a nivel organizacional hoy, no es tanto las acciones que estamos tomando para poder apaliar o convivir en esta crisis, sino más bien, qué capacidades y habilidades organizacionales vamos a dejar instauradas en nuestra organización aprovechando la situación de crisis actual. A manera de reflexión, podríamos pensar en:

Profundizar en el uso de las nuevas tecnologías de comunicación virtual, promoviendo capacitaciones on line y fomentando las dinámicas grupales de su uso a nivel organizacional, para mejorar entendimiento, alineación y coordinación entre pares, ahora y de cara al futuro.

Destinar un espacio para pensar cómo cambiará la dinámica de nuestra empresa y el negocio después de la crisis, de tal manera de poder planificar y repensar nuestra propuesta de valor y estrategia de negocio en el nuevo orden de la economía futura.

Involucrar al equipo directivo, para que, a través de las nuevas tecnologías de comunicación, se puedan generar sub-equipos de trabajo que efectivicen las propuestas de cambio generando compromiso y alineación en su implementación.

Facilitar entornos de accesibilidad y transparencia de información que efectivicen el análisis grupal de cara a poder realizar un adecuado diagnóstico y propuestas de cambio e innovaciones que permitan promover espacios de mayor autonomía y libertad a nuestra gente.

Lo que si queda claro, es que ante la nueva situación de crisis tan profunda e incierta como la actual, nuestro mayor desafío como líderes de influencia de nuestras organizaciones, es el de poder desarrollar capacidades y habilidades organizacionales para adaptarse al nuevo orden de competitividad de la economía mundial y de los negocios del “día después”.

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