El día que la Argentina se paró
El 2020 fue un experimento masivo para las empresas y para las personas: hubo ganadores y perdedores. Quedó demostrado que algunas compañías estaban bien preparadas para enfrentar ese desafío, a otras se les cayó el decorado y mostraron su fragilidad. Hagamos un balance y veamos cómo estar listos para un próximo stop y que no nos agarre nuevamente desprevenidos.
En estos días se cumplió un año en el que nuestro país empezó con la cuarentena. Veíamos las noticias de Europa y el cuadro era desgarrador. Acá en Argentina se habían filtrado algunos casos, pero para preparar el sistema nos mandaron quedarnos en casa. De un día para el otro nuestro país se separó en trabajadores esenciales y no esenciales. Y la virtualidad fue la regla de juego para la gran mayoría.
En el 20 de Marzo 2020 nos mandaron a un aislamiento donde la única herramienta que nos sacaba de ese encierro era la tecnología. Desde ese día, somos todos un poco Colonials. Sin importar edad, sexo, clase social, Whatsapp y Zoom se volvieron infaltables para las clases o para trabajar.
La gente no podía salir a la calle. En el caso de las empresas era adaptarse o morir. Quedaron llenos de telas de arañas los escritorios. Teníamos que ver qué hacer con nuestros equipos de trabajo: ayudarlos en la transición en que sus casas se volvieran oficinas. Y qué hacíamos con los datos que no estaban digitalizados, ¿y si no había nada en la nube?...Game Over.
Entonces … ¿Qué hicieron las empresas? Hubo un boom del ecommerce, Whatsapp Bussiness fue la estrella. Las compañías que nunca habían pensado en tener una tienda online tuvieron que hacerlo si querían sobrevivir. Los pequeños comercios empezaron a meterse en este mundo antes impensado. Los que ya tenían un sistema aceitado de atención y venta online simplemente brillaron.
El modus operandis cambió, no solo en Argentina, sino a nivel mundial: compañías como Google, Twitter, en Argentina Mercado Libre, que siempre habían tenido a las empresas como su centro tuvieron que optar por el homeoffice. Y no olvidemos que lo que hacen estas empresas, siempre son tendencia.
Las compañías, sin diferenciar tamaño, empezaron forzadamente a hacer teletrabajo. Ahí había otro desafío: las casas que no estaban preparadas para ser oficinas, los llamados interrumpidos por perros, o niños llorando de fondo, se volvieron parte de la nueva normalidad.
Nuestro modelo de negocio cambió, nuestro buyer persona también, el rol de los CEO se modifica y hubo que repensar el liderazgo: hubo un pateo de tablero general, se cambiaron las reglas del juego y tuvimos que adaptarnos. Los directivos de las empresas nos dimos cuenta de lo importante que son las personas, los que trabajan con nosotros y los datos, son nuestro patrimonio.
El mundo que conocíamos se revolucionó y lo remoto se convirtió en la norma de la noche a la mañana. Un camino sin retorno.
Vivir para contarlo
El Covid vino para quedarse, y si nos guiamos por ritmo de vacunación, nos quedan por lo menos 7 años más para volver a la "normalidad". La llegada del virus para algunas empresas fue un quiebre, y comprenden que no hay vuelta atrás «La era de la oficina como espacio central ha terminado», dijo Tobi Lütke,CEO de Shopify.
Todavía algunos empresarios piensan que se puede volver a trabajar como en el 2019. Lamentablemente, los que tienen esa mentalidad son empresas que tienen fecha de vencimiento. La transformación digital vino para quedarse y para el 2028 el 78% de los equipos tendrán trabajadores a distancia. Las compañías que entiendan eso sobrevivirán.
A casi 1 año de este ASPO( Aislamiento Social Preventivo Obligatorio), en Argentina, ya hablan de nuevas cepas, de cerrar fronteras y seguramente volveremos a algo similar para la época de invierno. No es futurología, es simplemente ver lo que pasa en el resto del mundo.
Debemos aprender a convivir con este tipo de pandemias, por que si no es el Covid puede ser otro virus. Hay que adaptarse, estar bien de reflejos y ser maleables.
Abracemos los cambios, amiguémonos con la tecnología y saquemos lo mejor de esa experiencia del año pasado para que no nos vuelva a agarrar desprevenidos.
Tratemos de armar un kit de supervivencia, tengamos puesto el salvavidas. Nos subamos a este barco que nos invita a transformarnos y veamos qué se necesita para atravesar de la mejor manera lo que serían aguas turbulentas:
- DEJAR AFUERA EL PÁNICO: No angustiarse ante nuevos escenarios, incluso durante los períodos de gran incertidumbre. El miedo paraliza,y nos hace tomar malas decisiones.
- FLEXIBILIDAD: Cintura para acomodarse a nuevos entornos. Frenar, analizar y aprovechar estos vientos de cambio a nuestro favor.
- SER RÁPIDOS DE REFLEJOS: El contexto cambia tan rápido que hay veces que tenemos que tomar decisiones sin la certeza de estar en lo correcto. hay momentos en los que no nos podemos dar el lujo de esperar y ver. No debemos tener miedo a equivocarnos.
- UNA CRISIS UNA OPORTUNIDAD: Los tiempos difíciles son un momento ideal para ver qué es lo que funciona, que es lo que no sirve y cambiarlo. Hay que re-pensarse y reconstruirse.
- LO VIRTUAL NO PUEDE SER UNA EXCEPCIÓN: No se puede trabajar con estructuras rígidas. Los que se aferraron fuertemente a la vieja normalidad son los que más sufrieron (y sufren). Niegan como terraplanistas que esto es algo pasajero y que vamos a volver a eso viejo de hace un año. Lo que antes era una excepción ahora empieza a ser la regla. Con los procesos adecuados, siempre hay que estar listos para una virtualidad fluida. el 2020 fue el ensayo general. Ahora debemos salir a escena lo antes posible.
- LA OFICINA TIENE QUE CAMBIAR: El concepto y funcionalidad del espacio ha cambiado hay que darle lugar a los modelos híbridos.La oficina y tiene que usarse como base para la toma de decisiones importantes, lazos sociales y para generar la cultura de la empresa.
- PRIMERO LAS PERSONAS. Debemos siempre cuidar a nuestros empleados, ofreciendo seguridad, espacio y confiabilidad. Es el activo más importante que tienen las empresas y no debemos descuidarlo nunca.
El Covid nos precipitó a nuevos desafíos. Fue un sacudón. Y como dijo Warren Buffett, "sólo cuando baja la marea, se ve quién nadaba desnudo". El 2020 nos paralizó, nos reseteó y puso en evidencia que el que no se adapta se queda en el camino. ¿Estamos desnudos o estamos preparados para una nueva pausa?