EL DEBER DE LOS PRIVILEGIADOS
EL DEBER DE LOS PRIVILEGIADOS
En un país privilegiado por Dios, en el cual los recursos naturales que emergen
de su suelo y subsuelo son abundantes y dan sustento a una población urgida de
atención, como lo es Venezuela, resulta inconcebible la gran cantidad de bachilleres que
no tienen oportunidad de proseguir sus estudios en Instituciones Universitarias, tanto
públicas como privadas. Esto probablemente se debe al crecimiento demográfico y a
que los gobiernos de turno de las últimas décadas, no han tomado las suficientes
previsiones para aumentar el número y el tamaño de los centros de educación superior,
así como, tampoco han autorizado oportunamente todas aquellas iniciativas privadas
que desean contribuir a solventar este problema.
Hoy día tenemos en el país miles bachilleres con edades entre quince y
veinticinco años sin cupo en las universidades y existe casi un millón de bachilleres con
edades entre veinticinco y cuarenta años, que no tuvieron la oportunidad de estudiar en
una institución superior. Es decir, una considerable cantidad de jóvenes bachilleres no
tienen el privilegio y la oportunidad de estudiar y poder ocupar un espacio en estas
casas de estudios.
Por otro lado, tenemos el gran problema que las instituciones de educación
superior en el país, están instaladas solo en las principales ciudades de los Estados y la
capital, es decir, en Venezuela un porcentaje muy bajo de los municipios poseen
instituciones universitarias, por lo que, los jóvenes bachilleres deben trasladarse todos
los días a esas ciudades por medios propios, dado el limitado transporte universitario,
acarreando para ellos altos costos de viáticos, traslados y tiempo; y solo aquellos
bachilleres que tengan la capacidad económica, permutan en las ciudades donde esta su
centro de estudios.
Por otro lado, es preocupante observar como en las aulas de estas instituciones
de educación superior, el equipo profesoral le inculca a los bachilleres solo su
experticia académica, dado que muy pocos de ellos tiene experiencia laboral y casi
ninguno empresarial. Razón por la cual, los profesores le planifican el futuro a los
jóvenes visualizándolos como empleados de cualesquiera de las empresas del ramo de
las carreras estudiadas, es más la siembra de un posible empresario en las filas de estas
instituciones es baja. No es sino, en las aulas de los postgrados y diplomados donde los
profesionales tienen un contacto muy directo con profesores en su mayoría empresarios
o que ocupan posiciones altas en sus empresas que intercambian información en el
ámbito emprendedor. Este contacto con estos empresarios, da la oportunidad a los
profesionales, de palpar las experiencias vivenciales y a la germinación de futuros
colegas empresarios que perfectamente con poco o escaso capital pueden emprender e
implementar una idea, con la iniciativa económica propia o con el apoyo de familiares,
de amigos o de la banca.
Por ello, los Bachilleres que ocupan un lugar en las aulas de las instituciones de
educación superior o que salen de ellas como Profesionales de la República, son
considerados ciudadanos privilegiados, pues se les ha dado una oportunidad que no
pueden desaprovechar, y apenas consigan graduarse y trabajar en el campo laboral y
sumar varios años de experiencia ocupando un sitio en la empresa, que puede ser
ocupado por algún ciudadano de bajo nivel académico, deben asumir en la medida que
sea posible y denoten cualidades para ello, el rol de empresario, generando empleos a
aquellos que no tienen la oportunidad ni el Privilegio de estudiar y graduarse.
Extendamos la mano a todos aquellas personas que por sus condiciones
socioeconómicas, no tuvieron la oportunidad de asistir a las aulas de una universidad, es
hora que como privilegiados del sistema educativo, asumamos el reto para contribuir a
que ellos también puedan crecer como personas y profesionales. ¡Es hora de cumplir
con nuestro deber de privilegiados!.
Ricardo Bravo Vargas
Empresario con Propósitos
@ricardobravovar
ricardojosebravo@gmail.com