El desafío de enseñar
Todos tenemos algo que enseñar y algo que aprender. Siempre, durante todas las etapas de la vida, nadie está exento de esto.
Aprender, se nos da natural, ya que es algo que hacemos desde pequeños, aprendemos a caminar, a hablar, a leer, a sumar…¿Y enseñar?
Enseñamos cosas sin saberlo, pero enseñar desde una perspectiva pedagógica es un desafío mucho más complejo. No quiere decir que no todos puedan hacerlo, pero hay que saber que no es sencillo, y tener conocimiento de un tema en profundidad no es motivo suficiente para estar capacitados a enseñarlo.
Los y las docentes además de tener estrategias didácticas, recursos pedagógicos, y experiencia en el aula, tenemos vocación. Como un médico tiene vocación por curar, los docentes por enseñar. Quizás con los años a algunos se les ha olvidado cómo era eso de la vocación, pero muchos son los que lo reconfirman cada día que pasa.
Enseñar no es dar una charla, no es crear una presentación y explicarla, tampoco hablar frente a una cámara a un grupo de personas. Muchas veces, por haber tenido experiencias educativas de este tipo se replica ese formato, y parece fácil.
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Parece, pero no lo es.
Hemos escuchado decir que los docentes no se esfuerzan o que no preparan sus clases. Pero la realidad es que el detrás de escena de un docente requiere mucho esfuerzo, horas de planificación, de pensar qué y cómo hacer clases interesantes, crear actividades que motiven, proyectos integradores, secuencias didácticas, lograr que nuestros alumnos se interesen por lo que tenemos para decirles, que se involucren, y que además, transiten un aprendizaje significativo. Todo eso lleva tiempo, dedicación, ilusión, y aún así muchas veces no funciona. Y a volver a empezar.
Porque trabajamos con humanos, con personas con identidades diferentes y pensamientos únicos, y que son exigentes a la hora de aceptar a un docente como “bueno” (levante la mano el que no).
Es por eso que cada vez somos más los que tenemos vocación docente y además nos interesamos por la innovación, la mejora educativa, las nuevas estrategias didácticas y pedagógicas, porque tenemos la ilusión de mejorar la enseñanza día a día y que cada vez sean más los docentes motivados, que sigan enamorándose de su profesión, y a pesar de ser un desafío tan grande, no se desganen y se superen cada vez más. Que sepan que hay muchos más haciendo lo mismo y que todos han vivido y viven esas dificultades que trae el mundo educativo, pero aún así siguen con ganas de aprender y enseñar.
No, enseñar no es para cualquiera, porque como dice la frase de Paulo Freire: “Enseñar es un acto de amor, por tanto, un acto de valor”, enseñar es para valientes.