El dilema en el poder

El dilema en el poder

Una pregunta envuelve la Argentina de los próximos años a nivel político.

Mauricio Macri, ¿podrá llegar con poder real al 2019, irá por su reelección o de una manera muy prolija la exclamación de los 20 años de prosperidad, es una forma muy suave de trasmitir el mensaje que el peronismo en todas sus variables no vuelve más?

Esa pregunta con sus múltiples respuestas envuelve desde hace ya más de 20 meses a toda la dirigencia política de peso en la oposición y a parte del círculo rojo. Mención especial para los líderes tradicionales sindicales, esa rara avis que huele por dónde ir, y que no por nada mantiene sus fueros, cajas y casi el invicto judicial desde 1983 a la fecha, con casos notables de supervivencia y practicismo político envidiable, y que son capaces de apoyar al compañero Mauricio en el 2019 llegado el momento.

El desafío para el fortalecimiento de las instituciones en la Argentina en el contexto actual es un punto de inflexión, desde el 83 para acá, ningún gobierno no peronista pudo llegar a su fin. El péndulo del partido Justicialista a lo largo de ese período, incluyó personajes muy disimiles como Menem, Duhalde, Nestor o Cristina.  Scioli se quedó en la puerta de La Ñata y la historia ya no nos permitirá conocer como hubiera sido su metamorfosis en el poder y si hubiera podido resistir al tándem CKF / Parrilli. (si pensó su delicado calificativo, corre por cuenta suyo).

Ahora bien, regresemos al disparador inicial, ¿Qué hay detrás del optimismo oficial para octubre?, ¿por qué estamos viviendo un nivel de agresividad política, potenciado por un caso de desaparición "contaminada", que logra confundir aún más? y ¿Cómo el Peronismo podrá desmarcarse de CFK para reconstruirse e intentar ser alternativa de poder en el 2019 con una fórmula basada en conceptos racionales?  En octubre la ex presidenta estaría perdiendo por 3 puntos ante su sucesora en materia de mujer fuerte de la Argentina, Maria Eugenia Vidal, eso la haría retroceder considerablemente en su afán de ir por la presidencia y con chances concretas en el próximo turno electoral.

Respecto al optimismo oficial; El gobierno sabe y en eso Duran Barba ha sido impecable en su accionar y predicamento, que la grieta está más viva que nunca. Tiene en su haber un piso de total país cercano al 40 %, que incluso lo hace ilusionar con una primera vuelta victoriosa en el 2019, cimentado en la medida que los indicadores económicos mejoren y con vistas a que la mancha amarilla se extienda a lo largo y ancho del país y logre aumentar considerablemente su poder territorial y en las Cámaras.

Esa mirada positiva, se apoya en una clase media urbana, remixada con vastos sectores del campo que pareciera haber encontrado en Cambiemos, la forma de expresarse en favor del gobierno, en su momento fue el voto de la famosa lista 3 de la UCR, y que en centros urbanos como Capital, lo fuera la UCEDE. Hay asimismo un componente fundamental y es el marketing de la gestión del PRO a lo largo ya de 10 años en Capital y ciertas medidas concretas que el paladar de la clase media juzga como positivas en los albores de este gobierno, complementa la ecuación un desgaste considerable del peronismo más básico expresado en tantos años de conurbano profundo y sin mejoramientos estructurales trasladado a sus votantes en amplias regiones del país.

En cuanto a la oposición en términos de expectativas, y jugando con ese 60 % desencantado o que por cuestiones ideológicas jamás votaría a Cambiemos, es difícil encontrar algún referente de peso con vistas al 2019 que pueda aglutinar ese descontento.

Cristina se empecina en creer que su imperio patagónico pueda extenderse sobre votos provenientes hoy de un electorado no radicalizado y en donde si los Jaime, De Vido, Boudou, Anibal Fernandez, Capitanich, y la lista sigue, hicieron mella de manera profunda.

El 54 % fue una receta que mezcló ingredientes tan variados como: sensación económica de bienestar en sectores medios y bajos, un luto envuelto en la mística del velo negro, un cúmulo de dirigentes peronistas no kirchneristas que no tuvieron capacidad de reacción ante la partida de Ël y una oposición deslucida, apática y sin fuerzas que le entregó casi 30 puntos de share a Cristina y Boudou.

Lejos de eso, hoy el veto de Cristina por seguir siendo la Reina madre de un espacio ciudadano y no dar un paso al costado en la reconstrucción del Peronismo en forma integral, indirectamente es el salvavidas de Macri, que aun equivocándose (el mejor equipo económico de los últimos 50 años no resultó como tal)  y con mas Excel que barro en su quehacer diario aspira a seguir ganando elecciones y poder. Agosto fue el resultado de una gran encuesta nacional en donde salió airoso.

Complementa el rompecabezas a armar de la realidad política Argentina, el Justicialismo mas racional o institucionalizado. Ese grupo que hoy encarna Urtubey, Uñac y hasta Pichetto, e incluso Massa si se reperoniza, que saben que 8 años fuera del poder, es una experiencia demasiado peligrosa para arriesgar a conocerla. No hay lugar para todos en las gobernaciones e incluso algunas de peso se podrían perder en el próximo turno electoral.

Haciendo futurología incluso razonan que en el 2023 el tándem Vidal en la presidencia, Lilita en el senado  por la Provincia de Buenos Aires  puede llegar a ser imbatible, lo de 20 años de prosperidad es mucho más que una expresión de deseo del PRO, lo saben y por eso deben lograr arrebatarle el poder a Cambiemos en un ballotage en el 19, reduciendo a CFK como expresión de un partido local de su Tolosa natal y logrando que todo el panperonismo no contaminado juegue junto.

Vaya dilema entonces de la dirigencia política Argentina, que mientras una desaparición confusa ocurrida al sur del país copa los medios e intenta crear un clima hostil en la sociedad,  el mayor partido de la oposición busca alternativas de poder para seguir sobreviviendo, sabiendo que en el futuro no habrá lugar para todos.

 El desafío de las elecciones del 2019 pareciera dar respuesta a aquella máxima del General Peron, pronunciado en ocasión de llamar a la Unidad latinoamericana y ahora aggiornada a su movimiento. O el peronismo se organiza para estar unido o terminará siendo dominado. 

La respuesta a ese dilema la busca el Peronismo y tambien Macri en su mesa mas chica.

Carlos Alejandro Nahas

Abogado UCA. Magister en Relaciones Comerciales Internacionales. Ex Secretario General de la Comisión Nacional de Comercio Exterior. Experto en derecho de la integración y derecho administrativo

7 años

Muy bueno Diego... Bien pensado, buenas fuentes, buena conclusión... Muy bien 10!!!

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