El egoísmo bien intencionado
Los seres humanos tenemos un gran problema para comprender cualquier cosa que no sea a corto plazo o inmediata, mirar hacia el futuro es muy difícil para nosotros. A veces podemos pensar que lo que estamos haciendo en este momento se siente “egoísta”, y preferimos no hacerlo. Pero no nos damos cuenta de que, a veces, cuando hacemos algo “bueno” para no ser egoístas, puede convertirse en algo malo a medio o largo plazo. O cuando pensamos que estamos haciendo algo mal, pero si nos aferramos a ello el tiempo suficiente, en realidad podría ser algo mucho mejor.
Cuando tenemos una relación íntima con alguien, creemos que podemos evitar problemas al dejar que nuestra pareja sea la que decida qué hacer con nuestro tiempo y nuestras decisiones importantes. Pero eso puede llevar a que nos quedemos estancados en un lugar y en una situación en la que en realidad no queremos estar. O nos deja en un estado menos optimo al que podríamos haber estado si hubiéramos seguido con nuestro plan, envés de dejar que nuestra pareja lo decidiera. Especialmente si esas decisiones no son las que nos llevan a mejorar en nuestra propia vida, de otra forma sería algo bueno. Si este es el caso, nuestra pareja seguirá desarrollándose y nosotros no.
Lo mismo debemos pensar en el caso contrario. Nunca desarrollarnos económicamente, académicamente, o de ninguna forma específica, a costa del desarrollo de nuestra pareja. Porque eventualmente, eso también puede (o probablemente lo hará) afectarnos a nosotros también.
Si el caso es que tu te tienes que ir del país y dejar a tu pareja por un tiempo, mientras tu consigues establecerte. Eso no es desarrollarte a costa de tu pareja, eso es desarrollarte y crear una fundación para que ella/él pueda venir luego y seguir avanzando contigo.
Las mejores relaciones son aquellas en las que ambas partes se ayudan mutuamente a ascender. Por supuesto, puede ser muy complicado y triste. Pueden haber situaciones en las que uno quiere lograr algo y esto no va de la mano con las metas del otro. Pero siempre es mejor concentrarse en lograr las metas, incluso si eso significa separarse por un tiempo y luego volver a estar juntos, desarrollados. Es mejor eso a que uno arrastre al otro hacia abajo o que ambos bajen solo por permanecer juntos en el corto plazo.
Cuando Simba en "El Rey León" creyó las palabras de Scar y se sintió culpable por ser "egoísta", asumió la responsabilidad por la muerte de su padre. La presión sobre sus hombros fue tanta que decidió obedecer a su tío Scar y huyó de su tierra natal para “no volver jamás”. Pero luego, conoció a Timón y Pumba, quienes cambiaron su perspectiva por completo.
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Podríamos argumentar que la filosofía “Hakuna Matata'' no es la mejor. Hace que la gente sea perezosa y les impide hacer cualquier cosa. Pero tiene ese factor “egoísta” de pensar en uno mismo y ser feliz, pensando que solo echarte la culpa de que pasen las cosas no ayuda. Tienes que vivir sin miedo. Y con el tiempo, mezclando su nuevo “egoísmo” con la voluntad cada vez mayor de ayudar a su gente, Simba logró volver y marcar la diferencia para su familia y su hogar.
Digamos que eres de esas personas que lo dan todo. Los que dicen: “Yo daré y daré todo a los demás porque considero que eso es correcto”, pero nunca te pones a ti mismo por delante, impidiendo que aprendas algo y seas mejor en el futuro. Podemos dar mucho más a los demás si no nos saboteamos a nosotros mismos en el proceso; de lo contrario, podemos terminar muy mal.
Por ejemplo, Vincent van Gogh era una persona que amaba a la gente. Los amaba tanto que quería ser sacerdote como su padre. Pero no fue aceptado como sacerdote porque era muy torpe para hablar frente a la gente y se negó a aprender latín (un idioma requerido en su época para ser sacerdote). Después de ser rechazado, se obsesionó tanto con dar, que aunque su hermano lo ayudaba enviándole dinero, siempre daba incluso su propia ropa a los pobres. Terminó desnudo en las calles. Todavía estaba haciendo sus increíbles pinturas, aquellas que se harían famosas después de su muerte, pero no tenía nada en ese momento.
Pero, ¿y si hubiera hecho algo diferente? ¿Qué pasaría si hubiera seguido estudiando y trabajando como vendedor de pintura como su hermano? Eso le hubiera hecho ganar suficiente dinero para realmente marcar la diferencia. Puede sonar egoísta, pero no lo es. Con lo que pudo haber logrado, tal vez hubiera sido capaz de ser testigo del gran impacto que tuvo en la sociedad con su arte en lugar de terminar suicidándose sin esperanza.
Por otro lado, podemos hablar de un ejemplo opuesto, como la historia de Boyan Slat. Este niño, nacido en 1994, siempre estuvo consciente y preocupado por los problemas ambientales que enfrentaba la tierra. Dedicó su vida a desarrollarse y aprender todo lo que pudo de una manera muy “egoísta”. Más tarde, a la edad de 25 años, fundó la increíble empresa “Ocean Cleanup”, que ahora utiliza la tecnología que creó para limpiar nuestros océanos de las increíbles cantidades de plástico que tiene acumulado. En 5 años, se limpiará alrededor del 50% de todo el plástico del océano. Boyan es literalmente un héroe que cambió lo que pensábamos que era inevitable; este enorme problema de plástico en los océanos. Y lo hizo siendo egoísta durante el tiempo suficiente para poder marcar una gran diferencia.
Si logramos canalizar nuestras energías en hacer algo bueno para nosotros mismos, sabiendo que es la mejor forma de ayudar a otros en muchas ocasiones, y balanceamos nuestra compasión para que no se vuelva un vicio que envés de ayudar a los demás les hace mas daño, podemos aprender a lidiar con muchos problemas en nuestra vida y problemas que tendremos que afrontar en el extrangero.