EL ENEMIGO DE LOS PERUANOS ES EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL CON BLUME, FERRERO Y SARDÓN
Entidades nacionales e internacionales ya se pronunciaron en contra de la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de liberar al exdictador Alberto Fujimori, condenado por matanzas en Barrios Altos y La Cantuta. El primer ministro Aníbal Torres señaló que el Tribunal Constitucional “no debería existir” tras el fallo a favor de Alberto Fujimori y calificó de “delincuente con cierto poder” al exdictador. Tras el fallo, varios grupos se concentran en torno a la Plaza San Martín para expresar su rechazo a la votación del TC.
Cuando se reconoce el apabullante abuso de la superioridad en los poderes del Estado a favor de la delincuencia y los corruptos, es necesario apuntar adecuadamente los cuestionamientos para saber enfilar las baterías. En el caso particular de los Fujimori (La Keiko fue liberada de prisión anticipada y ahora el dictador es liberado definitivamente), diría que hasta parece natural que hagan lo posible para zafarse de la justicia, lo que no debe permitirse, es que poderes del Estado, también estén coludidos.
El sacrosanto TC, votó a favor de la liberación de Fujimori con votos de Blume, José Luis Sardón y Augusto Ferrero, (ante el empate, prevaleció el voto dirimente de Blume). Este trio viene sistemáticamente favoreciendo a reconocidos delincuentes y corruptos de cuello blanco, así como a empresas nacionales y transnacionales que cometen crímenes contra los peruanos y le roban al Estado.
De acuerdo con el artículo 201° de la Constitución Política los miembros del TC son elegidos por el Congreso de la República con el voto favorable de los dos tercios del número legal de sus miembros. Los requisitos son: Reconocida trayectoria profesional, solvencia e idoneidad moral y conducta personal intachable y conocimiento o dominio del derecho constitucional, así como experiencia en otras ramas del Derecho. Los postulantes deben lograr 87 votos para ser elegidos como magistrados del TC.
Seis de los siete magistrados del Tribunal Constitucional (TC) cumplen hoy un año de haberse vencido sus mandatos, tras no definirse hasta ahora a sus reemplazos, tarea que recae en el Congreso de la República. Ernesto Blume, Manuel Miranda Canales, Carlos Ramos Núñez, José Luis Sardón, Marianella Ledesma Narváez y Eloy Espinosa-Saldaña fueron elegidos el 21 de mayo del 2014 y prestaron juramento el 3 de junio del mismo año.
El parlamento ha demostrado incompetencia para elegir a los nuevos miembros del TC, porque que ha incumplido el debido proceso y porque claramente tienen intereses partidarios. Un juzgado constitucional admitió una medida cautelar que pidió la nulidad de la selección de magistrados y ordenó al Parlamento que disponga la suspensión provisional de la elección. Siendo así el TC debería cesar en sus funciones, aunque el legalismo los ampare. Que se retrase el nombramiento favorece claramente a los corruptos, como en el caso de los Fujimori.
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Un parlamento como el peruano, cuestionado desde todos los sectores de la ciudadanía, dedicados a la confrontación con el Ejecutivo y generar ingobernabilidad, con un bajísimo porcentaje de aprobación. Candidatos elegidos por razones de su aporte de dinero de dudosa procedencia a la campaña electoral, representantes de partidos, alguno de ellos tipificados como organización criminal, como es el caso de Fuerza Popular ¿Cómo se puede pensar, en sano juicio, que estos personajes puedan tener la capacidad de diferenciar y calificar quien es solvente, idóneo y con elevados conocimientos en derecho para ser elegidos miembros del TC? ¡Cambiemos la Constitución, no hay otra!