El equilibrio entre la educación online y la presencial

¿Es la educación online la solución definitiva, o estar en un aula es lo que realmente impulsa el aprendizaje?

Después de reflexionar sobre mi propia experiencia y observar el impacto de la educación en los últimos años, sobre todo postpandemia, creo firmemente en la importancia de encontrar un equilibrio entre la educación online y la educación presencial en el aula.

En este artículo quiero hablar de la formación para adultos, que es lo que yo conozco tanto desde un punto de vista profesional por haber trabajado en diversas escuelas, como personal por haberme formado también yo.

Reconozco que es un tema superpersonal y que habrá mucho de preferencias individuales, pero mi experiencia me dice que un equilibrio (como casi todo en esta vida) es lo mejor, te cuento el porqué.

Las ventajas de la formación online

A la hora de buscar una formación es muy normal que una de las primeras cosas que te preguntes sea si estudiar online, en directo, en diferido, presencial…

Hay muchos tipos de formación online, pero creo que todos más o menos comparten las mismas ventajas:

• Flexibilidad horaria, si la formación es en diferido tú te organizas como quieres.
• Facilidad horaria, en el sentido de que te ahorras los desplazamientos, etc.
• Estudias desde donde quieres.
• Networking más amplio y diverso, puedes coincidir con gente de todo el mundo.

Las ventajas de la formación presencial

La formación online ya había empezado a despuntar antes de la pandemia, pero ahora se ha convertido casi en un must. Sin embargo, la formación más “al uso” en las aulas sigue siendo la opción preferida de muchas personas.

• Interacción directa y mayor cercanía, tanto con profes como con compis.
• Clases potencialmente más reducidas.
• Feedback y resolución de dudas más inmediato.
• Mayor adherencia a la formación, el hecho de que sea presencial puede ayudar mucho a tu motivación con el curso.

La solución está en el equilibrio

¿Y si juntamos las ventajas de ambas modalidades en una sola? Para mí ahí está el equilibrio, aunque algunas de las ventajas se pierden o se atenúan, creo que una modalidad híbrida puede ser la clave para la formación a día de hoy. Y me explico:

• Facilidad horaria. Es verdad que la flexibilidad se pierde en cuanto la formación es en directo y tiene unos horarios predefinidos, pero si es híbrida y tú puedes elegir si ir o no en función del día, la facilidad horaria está ahí.
• Conciliación familiar. De nuevo, poder elegir te permite organizarte mucho mejor. Que necesitas dejar a tus hijas en el cole y te viene mucho mejor no pasar por casa, puedes quedarte presencial. Y todo lo contrario, en vacaciones escolares puedes quedarte sin problema en casa a estudiar. Y, si como yo tienes un hijo “perruno”, te facilita mucho la vida a la hora de sacarle, que esté acompañado…

• Interacción y cercanía. Manteniendo el concepto de clases más reducidas de la formación presencial, la interacción se puede mantener igual que si estuvieras físicamente en un aula. Con herramientas como Zoom, Teams, etc. puedes interactuar con tus profes y compis, levantar la mano, usar pizarras, enseñar tu pantalla…
• Salir de casa. Creo que realmente aprendimos la importancia de este concepto gracias a la pandemia, pero para mí se ha convertido en una parte esencial a tener en cuenta cuando planifico mi semana. Estar los 7 días encerrada ni lo puedo concebir, por eso siempre agradezco que me den una opción híbrida en la que pueda elegir cuándo salir y cuándo quedarme.

En conclusión, para mí la formación híbrida te permite una flexibilidad y una personalización que la convierten sin lugar a dudas en la mejor opción. Y como ventaja extra, aunque esto sí que es una opinión muy personal, todo lo que te permita organizarte va a hacer que lo cojas con más ganas, más motivación y, por extensión, más compromiso.

Igualmente, como decía arriba, esto no puede ser más personal y me encantaría conocer tu opinión. No dudes en dejármela por aquí en comentarios 🙂