El error de trabajar por dinero.
Es extremadamente difícil trabajar cuando el foco está en el salario o en los ingresos mensuales. Mantener este tipo de pensamientos mientras desempeñamos nuestras labores nos expone a un juicio crítico que puede propiciar que cometamos grandes errores a la hora de tomar decisiones. Por obvias razones, es mucho más satisfactorio trabajar en lo que amamos y si no fuera por nuestras obligaciones financieras, responsabilidades personales y objetivos económicos, podríamos ejercer nuestra profesión de forma gratuita sin mayores complicaciones.
Trabajar en pos del dinero puede convertir el trabajo en un verdadero calvario. Si solo nos empeñamos en cubrir las necesidades básicas de nuestra familia, el trabajo se vuelve una mera obligación, cuyo peso y rutina puede aplastar cualquier ambición que busquemos en nuestra calidad de vida.
En mi caso, encuentro mayor inspiración al pensar en cuántas personas se benefician del esfuerzo y la dedicación de mi equipo de colaboradores. Reflexionar sobre el impacto positivo en sus vidas cuando logramos nuestros objetivos me brinda una motivación más que suficiente.
Cuando centramos nuestros esfuerzos en nuestros clientes, incluso llegamos a enamorarnos de nuestro trabajo. No es por la tarea en sí misma, sino por el producto o servicio que entregamos a nuestros clientes. Reconocer que formamos parte del proceso y que somos capaces de arrancar una sonrisa de un cliente satisfecho es invaluable.
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Debemos dejar las cuestiones económicas fuera del horario laboral. Enfrentémoslas cuando evaluamos o ajustamos nuestro plan de vida o metas financieras. Es crucial dar atención a esta área, ya que ignorarla o descuidarla equivale a cometer un gran error, una falta tan perjudicial como trabajar exclusivamente por dinero.
En síntesis, evitemos trabajar solo por el dinero. Busquemos la pasión en lo que hacemos y en el impacto positivo que generamos en los demás a través de nuestro trabajo. Promovamos un entorno laboral saludable y, sobre todo, no dejemos de atender nuestros propios negocios. Estas acciones nos acercarán a la cúspide de nuestros objetivos de manera más veloz de lo que podríamos haber imaginado.
Si valoramos a nuestras familias, nos respetamos a nosotros mismos y aspiramos a ser auténticos triunfadores, seamos verdaderamente egoístas y no trabajemos por dinero.
Geriatría, Médico Especialista
1 añoEn la vida real, lejos de los discursos pseudomotivadores, las obligaciones financieras de las personas se pagan CON DINERO, no con pasión ni con vocación. Ganar más dinero, producto del esfuerzo en el trabajo, es una motivación tan legítima como otras. Esta red está llena de personas desesperadas buscando trabajo para poder satisfacer necesidades básicas, y este tipo de posts resultan indignantes.