El especialista... #PuroCuento1

EL ESPECIALIALISTA… #PuroCuento1

Luis Magín, hermano de mi abuelo, un anciano cercano a los cien años, por esos días le tocaba su chequeo médico anual. Su hijo quien después de trabajar arduamente en New York por más de veinte años y quien era propietario del restaurante “Curramba la bella” (algunos lugareños le dicen así a Barranquilla) lugar de reunión de la copiosa colonia colombiana donde el ambiente, la música y los diferentes dialectos del país caribeño, sazonados con los diferentes sabores culinarios de las distintas regiones colombianas, lo había convertido en poco tiempo, en un punto obligado y exitoso, permitido en relativamente pocos años, crecer hasta formar una pequeña cadena de negocios similares.

Mi primo, todos los años visitaba a sus ancestros y dado el inmenso afecto del hijo a su anciano padre, le había construido una casa gigante, donde su madre y hermanos del padre, recorrían los últimos años de una vida ejemplar de buenas costumbres, abnegado trabajo y los fieles preceptos de la Santa Madre Iglesia. Era conocida en sus alrededores con el curioso nombre de “La casa de los viejos” y es que, sumada las edades de sus habitantes, con una que otra visita, fácilmente sumaban más de quinientos años.

El médico de turno, le recomendó una larga dieta de alimentos, carnes magras, caldos transparentes, ensaladas, jugos de frutas, cero cafés y otras prohibiciones más, que rápidamente el anciano al conocer lo que le habían mandado, rechazó contundentemente. Ante la protesta y el encendido verbo, del anciano, que ese médico, ¡“No sabía nada!” que tanto estudiar para nada, que lo llevaran a otro especialista. El consentidor hijo, decidió llevarlo a otra clínica con otro médico, y este lo llamó aparte para decirle, ¿cuántos años crees que le queden a tu padre? ¿Qué satisfacciones adicionales le quedan a este señor, aparte de disfrutar los alimentos, leche recién ordeñada, quesos, dulces fabricados por su anciana esposa y otra serie de delicatessen que había sido parte de su dieta cotidiana durante toda la vida? En mi opinión muy personal, dijo el galeno, yo le daría todo lo que pida, consejo que después de analizarlo, mi primo consideró que tenía toda la razón y fue suspendida de inmediato, la rigurosa dieta, a lo que mi tío-abuelo exclamó poniéndole punto final a la controversia con esta lapidaria frase: Ese médico, ¡¡¡si sabe!!!

LIMA, 22 Octubre 2.018