El fin de una grieta que nunca existió: LinkedIn, exagerado pero no agresivo
En Argentina, la educación pública ha sido objeto de un debate encendido en diversas plataformas, especialmente en las redes sociales donde los algoritmos premian la polarización y la controversia. Sin embargo, una exploración más profunda en un espacio menos convulso como LinkedIn revela una realidad que desmiente la narrativa popular: los profesionales formados en universidades públicas y gratuitas están realizando contribuciones significativas y de alto nivel en diversos campos.
Es cierto que en los espacios digitales alimentados por la economía de la atención (X), se exacerban las críticas hacia la educación pública, presentando una imagen distorsionada de su funcionamiento y resultados. Se genera así un falso debate que, en muchas ocasiones, responde más a intencionalidades políticas que a análisis rigurosos de la situación educativa.
Sin embargo, resulta ser que quizás entrando en la plataforma LinkedIn para obtener una visión más equilibrada y realista. Yendo de perfil en perfil, los y las profesionales egresados de universidades públicas no solo ocupan posiciones destacadas en diversas industrias, sino que también participan activamente en la generación de conocimiento, la investigación, la enseñanza y el debate intelectual. Al mismo tiempo, no se plantean antinomias espurias con las muy buenas universidades privadas que nos rodean.
LinkedIn nos muestra a académicos/as que no solo publican en revistas científicas de renombre, sino que también participan en conferencias internacionales, contribuyendo al avance del conocimiento en sus respectivos campos. También encontramos emprendedores que, lejos de conformarse con el status quo, se atreven a innovar y a desafiar las normas establecidas.
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Es innegable que en esta plataforma existe cierta tendencia a exagerar los logros y las habilidades, como es común en cualquier red social. Sin embargo, más allá de estas exageraciones, lo que resalta es la calidad y la diversidad de las contribuciones de los profesionales formados en todas las casas de altos estudios.
Disfrutemos de un espacio que por ahora celebra logros y debate con seriedad, sin caer en agendas vacías de intereses difíciles de comprender. Defendamos la calidad de las universidades públicas argentinas valorando a las personas, las historias de vida detrás de cada curso, título e investigación. Algo que, excepto en provocaciones que buscan monetizar, jamás fue puesto en duda.