El imperativo humano en tiempos de IA...

En un mundo acelerado por la adopción de tecnologías emergentes, la pregunta sobre el futuro del trabajo se torna cada vez más pertinente.

Lo escuchamos todo el tiempo en conversación con nuestros equipos y también con alumnos y clientes:  

¿Qué lugar ocupamos los humanos en un escenario dominado por algoritmos y automatización?

Según el Informe del Futuro del Empleo del Foro Económico Mundial (WEF), para 2025, el 85% de las empresas habrán implementado tecnologías de big data, y el 44% espera que la automatización disminuya su fuerza laboral para tareas redundantes.

Wow, ¿no? Y sin embargo, este mismo informe destaca un aumento en la demanda de habilidades mal llamadas “blandas”. Habilidades centrales como pensamiento analítico, creatividad e iniciativa.

¿No es contradictorio esto? Quizás la respuesta está en una pregunta clave que debemos hacernos: ¿Cómo es el futuro del trabajo para los humanos?

Muchos expertos dicen que nuestro futuro reside en nuestra capacidad intrínseca para la empatía, la creatividad y la adaptabilidad - competencias que, hasta la fecha, la inteligencia artificial no puede replicar en su totalidad.

Los humanos siendo humanos aportan la capacidad de entender contextos complejos y cambiantes, de generar soluciones creativas a problemas inéditos, y sobre todo, de construir y mantener relaciones profundamente humanas que al final del día son el tejido fundamental de los equipos, las organizaciones y las sociedades.

Mirando hacia el futuro, los roles humanos evolucionarán para centrarse en gestionar, interpretar y complementar el trabajo de la IA. Nos convertiremos en curadores de la tecnología, enfocándonos en áreas donde la toma de decisiones requiere un juicio ético, empatía y creatividad.

El futuro apunta a una relación colaborativa entre nosotros  y las máquinas, y si bien algunos pueden preguntarse si realmente colaboraremos o si seremos simplemente auditores de IA, (esa charla queda pendiente para un café con el que quiera) cualquiera sea el caso, necesitamos de habilidades humanas para lograrlo.

Así que sí, para un mundo de IA, las habilidades “blandas” serán las duras, no serán un lujo, o un plus, sino una necesidad estratégica.

Preparar a las fuerzas laborales para un futuro donde la empatía, la resolución de problemas y la adaptabilidad (por nombrar algunas) sean las monedas más valiosas, es prepararlas para liderar en la era de la inteligencia artificial.

Sería interesante que como organizaciones nos preguntemos qué estamos haciendo entonces para mejorarlas, porque, aunque se llamen habilidades humanas, lo cierto es que no son tan comunes en los humanos de hoy – sabemos de lo que estoy hablando, ¿no?

Los posibles futuros son increíbles - la interacción entre la tecnología y los humanos abre un mundo de posibilidades infinitas y alucinantes y el  límite solo lo pone nuestra imaginación (bueno, y nuestras habilidades “blandas”).