El incidente de las Islas Canarias

Los pilotos jugaban al cinquillo con una baraja española muy gastada. Entre risas y piques, todos ansiaban ganar las 100 pesetas que había en juego. La partida transcurría al aire libre, donde soplaba un viento ligero y constante. De ocho nudos. De repente les llegó una voz de alarma: “¡Incursión enemiga, a los aviones!” Como un rayo los pilotos se pusieron los equipos, los mecánicos arrancaron los motores y en un instante un par de cazas Fiat CR.32 ‘Chirri’ del Ejército del Aire volaban para interceptar la amenaza.

1 de noviembre de 1943. Las Islas Canarias son un punto estratégico para los dos bandos de la Segunda Guerra Mundial. Alrededor de ellas navegan submarinos de la Kriegsmarine alemana, poniendo en alerta la ruta de tráfico de los convoyes hacia el Reino Unido y el Norte de África. Para protegerlos, el Ejército norteamericano despliega en las costas de Marruecos el 63º y el 73º Escuadrón Costero. En la Base Aérea de Gando, en la isla de Gran Canaria, está el 4º Regimiento Aéreo Mixto del Ejército del Aire español.

Ese día un hidroavión estadounidense Consolidated PBY ‘Catalina’ penetra en el espacio aéreo de las Islas Canarias. Un caza español pilotado por el teniente Alfonso Ferrer lo intercepta. Las indicaciones del piloto español para que abandone la zona, son respondidos por el estadounidense con una ráfaga de ametralladora. Es entonces cuando el español ejecuta una maniobra de evasión y ataque, disparando sus dos ametralladoras Breda Safat de 12’7 milímetros que alcanzan de lleno al aparato enemigo.

Con más de 40 impactos y envuelto en una bola de fuego, el ‘Catalina’ pierde altura y cae en picado al mar. Los pilotos tienen tiempo de saltar en paracaídas, siendo rescatados por la Armada española y devueltos a Marruecos. El incidente no tuvo repercusiones legales para España, ya que el derribo ocurrió sobre aguas jurisdiccionales españolas. Esta fue la primera vez que un avión de la Fuerza Aérea española derribó a uno estadounidense.