Huevos para Santa Clara
Una de las tradiciones más antiguas que existen en Sevilla es la ofrenda de huevos a Santa Clara. Un rito imprescindible para quienes buscan cielos despejados en el día de su boda. Desde la Edad Media, este acto se realiza en monasterios de la ciudad, inicialmente en el de Santa Clara, fundado tras la Reconquista de Sevilla por parte del Rey Fernando III ‘el Santo’ en el siglo XIII. La devoción a esta Santa, no tiene un origen documentado, pero se ha perpetuado por generaciones como una muestra de fe para evitar la lluvia en días cruciales.
Cuando el sevillano monasterio de Santa Clara cerró sus puertas en 1996, las ofrendas se trasladaron al de Santa Inés, fundado en 1374 por la noble María Coronel, y al de Santa María de Jesús, del siglo XVI. Las parejas, con esperanza y gratitud, llevan cestas con huevos, a veces acompañadas de donativos o mensajes escritos. En algunos casos, incluso las amigas de las novias realizan la entrega, prolongando así una tradición que refleja la interacción entre lo religioso y lo cotidiano en Sevilla.
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El acto no solo busca garantizar el buen tiempo para bodas, sino que también se ha extendido a otros eventos como bautizos y comuniones. Las clarisas, guardianas de esta práctica, rezan con dedicación para que las ceremonias se celebren sin contratiempos meteorológicos. Aunque los huevos son el elemento central, el gesto también simboliza la unión y la fe, elementos esenciales de la vida comunitaria sevillana desde hace siglos.
Más allá de rezar por el buen tiempo, las hermanas clarisas bendicen a los novios para que gocen de un matrimonio pleno y feliz. Este legado, que une a la Sevilla histórica con la moderna, refuerza la identidad local y preserva un vínculo espiritual que va más allá del mero rito. La tradición de llevarle huevos a Santa Clara es un recordatorio de cómo la fe y la esperanza pueden transformar pequeños gestos en profundas muestras de devoción popular.