EL KARMA DE LA HOSTELERÍA “La crisis en Sala”

El paradigma actual, en el que se encuentra el sector hostelero, no es algo que deba cogernos por sorpresa. Esta crisis en que se encuentran sumergidos la mayoría de los empresarios hostelero, es algo que ya se venía mascando desde hace tiempo. Para ser más exacto, desde el Boom inmobiliario y turístico de años atrás, que disparó exponencialmente, los nuevos “No Hosteleros”, que veían en este sector una forma rápida de ganar dinero, enfocado en el turismo exterior, donde lo que realmente imperaba, era eso, ganar dinero y un retorno rápido de la inversión realizada.

Sin conocimientos previos, ni un pequeño estudio de mercado, ni cultura financiera y de inversión, fue el preámbulo del problema actual con la falta de camareros. Mientras aun trabajaban en el sector autentico profesionales de sala, que sentían su trabajo como una vocación y eran expertos innatos, los supuestos hosteleros de la época, contemplaban como los salarios que tenían que pagar a estos profesionales, no encajaban con sus expectativas de esa rentabilidad soñada.

La ignorancia de algunos de estos “No hosteleros”, solo venían una salida valida, que era recortar sueldos o contratar mano de obra barata. La mayoría se decantaron por la segunda opción, aprovechando el aumento de inmigrantes y gente joven, en busca de una vida mejor, los cuales por una mayor necesidad, aceptaban cualquier propuesta de trabajo, sin mirar las condiciones laborales.

Este perfil de “nuevos camareros”, no solo era más barato, además exigían poco y trabajaban muchas horas para tener unos ingresos que les permitieran subsistir en la sociedad. Pero el apartar de la hostelería, a los auténticos profesionales que aportaban valor seguro al negocio, fue un error, el siguiente gran error,  no era menor.

En esa vorágine del turismo, el “No Hostelero”, solo quería ganar más dinero al menor costo posible y de la manera más rápida. Así surgió la “brillante” idea de crear el combo perfecto para ellos (Más cantidad y menos calidad).

Al sacrificar la calidad de la materia prima y la mano de obra, sin darse cuenta y de manera inconscientes, se estaban cavando su propia tumba. Grano a grano el agujero se hacía cada vez mayor, lo suficiente  como, para que al pasar el tiempo, muchos de ellos cayeron dentro para no resurgir jamás. El karma nuevamente se hizo presente y alzó la voz de,¡ BASTA!.

¡Vaya! Parece que al querer ahorrar unos céntimos, terminaron perdiendo hasta la camisa. La calidad siempre se abre paso, y en este caso, abrió un boquete tan grande que hasta el karma tuvo que intervenir. A veces, el atajo más corto resulta ser el más largo, ¿no? Parece que la lección se aprendió a la mala, pero al menos ahora saben que el "barato sale caro" no es solo un dicho. A veces es mejor invertir en recursos humanos y materia prima desde el principio, para no terminar cayendo en un agujero del que no se puede salir. El karma siempre está al acecho, ¡así que mejor cuidado con esas decisiones inconscientes!

Así nación la hostelería barata, convirtiendo algunos restaurantes en auténticos abrevaderos donde se podía comer y beber sin límites por un precio barato, gracias en gran parte al esfuerzo y sacrificio callado de miles de nuevos camareros con buenas intenciones, poca voz y ningún apoyo en aquel entonces,  por parte de las Organizaciones dentro y fuera del sector.

Así que la voz del Karma decidió darles un toque de realidad a esos nuevos camareros, ¿eh? Parece que los números no cuadraban y la situación se volvió insostenible. ¡Pero claro, las horas extras desaparecían como por arte de magia! Así que, decidieron plantar cara y ¡zas! comenzó lo que yo llamo "La crisis en Sala", o sea, la escasez de camareros. Parece que el universo les mandó una lección sobre el valor del esfuerzo. ¡Quién lo diría, la vida en el mundo de la hostelería puede ser todo un drama!

 En este dramático escenario, los cimientos del sector gastronómico están recibiendo golpes silenciosos y constantes, como una gota constante de agua sobre la piedra. La falta de camareros está afectando el negocio, y no solo en términos de dinero, sino también en la experiencia del cliente. Es como si estuviéramos en un restaurante sin salero, simplemente insípido. La calidad del servicio se desvanece más rápido que un soufflé mal cocinado. ¡Es hora de que el sector se ponga las pilas y resuelva este problema antes de que todos los comensales huyan en busca de un lugar donde los camareros sean tan abundantes como las aceitunas en un buen Martini!

La responsabilidad de la tragedia recae en ambas partes, cada una con su respectiva cuota. Los empresarios por enfocarse únicamente en el aumento de ganancias, descuidando el bienestar de sus empleados. Los camareros, al no prestar la debida atención a los comensales, convirtiéndose en simples autómatas enfocados en cumplir con sus tareas. Es fundamental reconocer que tanto los trabajadores como los clientes son seres humanos con necesidades y derechos que deben ser considerados en todo momento. Este trágico suceso nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar la dignidad y el respeto mutuo en cualquier ámbito laboral.

¡Es crucial que nos pongamos en marcha para encontrar soluciones innovadoras que promuevan la armonía entre las partes! Debemos aprovechar al máximo las herramientas humanas y técnicas disponibles en el mercado para el sector hostelero, y otorgar el reconocimiento y prestigio que merecen los Recursos Humanos de un Restaurante.

Carmelo Martín

Mentor de Restaurantes