El liderazgo, la ecuación del crecimiento.
Juan Carlos Duarte

El liderazgo, la ecuación del crecimiento.

Dentro de las lecturas que he venido realizando durante mi vida de ejercicio laboral hace ya 16 años, este Artículo escrito por John C. Maxwell supo enganchar mi atención y me pareció oportuno compartirlo y analizarlo:

Las 5 "E" del liderazgo

El liderazgo como todas las artes se trata de verbos; de la edificación a través de acciones coherentes; de convertir una idea o situación en una mejor realidad. Es por ello que servir de líder invita de manera funcional, a tomar parte y acción en los hechos, siendo la pieza que configura a las personas en pro de un resultado superior.

Una manera de resumir el arte y la ciencia de liderar es a través de estos 5 verbos, que comienzan con la letra “E”. 

Empatizar: El liderazgo se trata de servir a las personas desde la dirección, por ello, saber lo que la gente siente, vive, necesita y aspira, amplía la dimensión del liderazgo, le da sentido, fuerza y valor.

El líder debe aprender a ponerse en la posición de quienes le siguen, pero sobre todo, transitar con todo aquello que significa estar en esa posición.

Enfocar: La visión es un aspecto que fundamenta cualquier proceso de liderazgo, pero sobre la visión, está la necesidad que se generen acciones con sentido hacia el objetivo; no se trata únicamente de indicar hacia donde se dirige, también se necesita explanar de manera diáfana el camino a transitar, evitando –lo más que se pueda– las distracciones y los atajos indebidos que terminan retrasando llegar a ese lugar deseado.

El líder está convocado a tener claro los — “cómo”— (abro paréntesis para agregar sin ánimos de alterar el texto, que no solo el cómo debe tener claro sino también el para qué), y que sus acciones y las de quienes le acompañan, muestran la coherencia entre los pasos que se dan y el objetivo que se busca.

Equipar: Se trata del “hacer” más significativo de un proceso de liderazgo, quizás es la acción dónde ocurre “la magia”. Es el espacio para dotar a las personas de elementos trascendentales, no en forma de dádivas materiales, sino en recursos intangibles, pero muy valerosos, lo que recibe la gente que acompaña el proceso es: Elevación de la moral y la estima, sentido de pertenencia, alineación del actuar a unos principios y valores bien definidos, y formas clara de comunicación. Todo esto hace que la gente se convierta en un equipo.

Al líder le corresponde equipar a su gente, desde la educación y facilitación del aprendizaje, sirviendo de coach y mentor, siendo ejemplo, y constituyéndose en la amalgama que consolida su organización.

Estimular: El liderazgo se debe generar en un ambiente donde prevalezca el estímulo a conquistar los objetivos; debe experimentarse desde la capacidad de persuasión, para provocar la motivación de quienes son seguidores del líder y del objetivo. En el liderazgo deben sobrar argumentos legítimos que sirvan de estimulantes contagiosos de acciones poderosas.

El líder desde la influencia y sin caer en la manipulación, se convierte en un estimulador constante; en un generador de reconocimientos, en un especialista de hacer que la gente se sienta parte de algo trascendente.

Evolucionar: El liderazgo no se trata únicamente de resultados, sino de la clase de resultados que se es capaz de provocar. El liderazgo debe responder al principio de la evolución, es decir, el avance de la sociedad o la organización a la que se debe. No se espera de un proceso de liderazgo un retroceso en los avances colectivos, la visión siempre debe apuntar hacia algo mejor.

El líder es por excelencia el que traza la visión, considerando que llevará a quienes le siguen a un lugar mejor, donde se aumenta la calidad en que coexisten los involucrados. 

En este artículo John C. Maxwell, traducen la tarea del líder de ir del pensar al sentir; de convertirse en estructura donde carecen las formas; de unir las piezas de un rompecabezas andante; de sembrar emociones para cosechar acciones; y finalmente, hacer del camino un danzar poético hacia mejores vivencias… Y a mi entender y como complemento del mismo ya se hizo una referencia de la claridad del líder, del Para qué y del Cómo y me permito ejemplificar mediante una historia de lo importante del Para que: Caminando por un pueblo un peregrino se encontró a dos personas haciendo la misma tarea, en el mismo día y con las mismas condiciones, cuando el peregrino se dispuso a preguntarles a cada uno; ¿Sr. Que hace? el primer hombre le responde, pegando bloques Sr… cuando le pregunta al segundo trabajador ¿Sr. Qué hace? Este le dijo, estoy construyendo una catedral, la cual ayudará al pueblo en su fe, unirá parejas en sagrado Matrimonio y traerá consuelo al que necesite fuerza espiritual y busque al Señor Dios, estoy haciendo una de las mas grandes obras de mi vida…

Si nos damos cuenta, era la misma pregunta para dos personas que hacían lo mismo, pero uno entendía el para qué de su trabajo, comprendía el fin mayor de su obra y la importancia de la misma.

Ahora retomando la idea de Jhon C. Maxwell, en su artículo se centra en las acciones que todo líder debe concientizar desde el yo, para luego dejar de lado ese yo y convertirse en nosotros e incluso en ellos, pues el líder debe ser esa figura que trabajando desde el nosotros logre la evolución del yo, no hay nada más gratificante que ver evolucionar a los miembros de nuestros equipos, pues ellos son la savia del árbol, mientras más saludable sea el árbol más fuerte e inamovible se verá ante la naturaleza y por ende los frutos serán los mejores, así es que desde el punto de vista del líder no es rentable capacitarnos y entrenarnos nosotros y luego perdernos de vista de nuestro equipo, si capacitamos al equipo y le damos herramientas sólidas para que nos sigan el ritmo, estaremos creando la ecuación para ser cada vez mejor profesional, ciudadano y por supuesto un gran líder… dentro de dicha ecuación, cuando generamos conocimientos, competencias y valores estamos multiplicando el arraigo y sentido de pertenencia, esto elevado a la confianza y compromiso nos da una sólida relación empresa - colaboradores, líder – personas y aunque se divida con las ya mínimas fallas que la persona pueda tener nos da como resultado un equipo de alto desempeño, compromiso, entregables de calidad, moral y ética elevada y un profundo agradecimiento que se traduce en salario emocional y poca rotación.

Para cerrar cito esta reflexión de los pensamientos de Lao Tse, a quien se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china.

"Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando su trabajo está hecho y su meta cumplida, ellos dirán: Lo hicimos nosotros".

Juan Carlos Duarte Arcila

Gerente de Seguridad

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