El liderazgo que nuestro país necesita
Nuestro país se desangra y me duele profundamente ver cómo esto está pasando. Pienso que la crisis social, política y económica que vivimos responde a muchos factores, pero creo que hay dos variables clave que me gustaría comentar hoy. En primer lugar, el hecho de que esta es una crisis sistémica, somos parte de una sociedad más grande llamada mundo y el mundo está sufriendo, como consecuencia nosotros también.
Por otro lado, el segundo factor que considero fundamental para comprender lo que vivimos es que esta crisis se está elevando a los niveles que estamos apreciando, hoy en día, por la ausencia de un verdadero liderazgo positivo.
El liderazgo por definición es influencia, esto quiere decir que un líder tiene la capacidad de hacer que las personas que le siguen puedan cambiar su forma de actuar o pensar para ir junto a él detrás de un fin basado en el bien común. Si pensamos en el liderazgo de una forma amplia podríamos decir entonces que este puede ser positivo o negativo dependiendo de cómo el líder utilice su influencia.
Mi mentor y amigo John Maxwell dice en repetidas oportunidades que todo sube y baja por el liderazgo; es decir, que los grandes problemas, desafíos, oportunidades y logros se deben en gran medida a que detrás de las personas hubo un líder que los supo guiar hacia ese objetivo o también llevar hacia ese problema. John Maxwell dice también que la capacidad de liderazgo determina el nivel de eficacia y de éxito que una persona puede alcanzar.
En este sentido pienso que, si bien es cierto hay una crisis producto de un sistema y una estructura mucho más grande que nos puede sobrepasar, también la pobre capacidad de liderazgo que tenemos hoy en día en nuestras instituciones políticas, sociales y empresariales nos ha llevado a donde nos encontramos.
Tengo el anhelo de que pronto surja una figura de liderazgo que nos pueda sacar de donde estamos y que nos lleve a donde merecemos estar como país; creería que esa figura está allí esperando un llamado para poder convertirse en aquella persona a quienes todos quisiéramos seguir, así poder tener la seguridad de que llegaremos a un buen fin, y que nuestro país se pueda transformar en el que soñamos.
¿Cómo debería ser este líder que nos lleve de donde estamos a dónde queremos y merecemos estar? Quiero compartir contigo las 6 características del líder que, creo, nuestro país necesita.
1.Visión:
“Los líderes tienen el deseo de hacer que algo suceda, de modificar el estado de las cosas, de crear algo que nadie más haya hecho antes”, afirmaron Kouzes y Posner.
Un líder sin visión es como un barco sin dirección; si el líder no tiene la dirección clara, ¿hacia dónde nos va a llevar? Si un líder quiere llevarnos hacia ese anhelo de un país próspero tendría que visionar primero cómo sería ese país, cómo sería su población, y cómo serían sus instituciones para poder llegar a ese estado. Sin esta visión será muy difícil que las personas sigan al líder de forma consistente; es decir, más allá de los primeros días en los que se siente el entusiasmo y expectativa de tener a alguien nuevo al frente, con la ilusión de que puede sacarnos de donde estamos, pero que con el tiempo descubrimos, lamentablemente, que no sabe ni siquiera a dónde quiere ir.
2. Carácter:
“El liderazgo es la capacidad y voluntad de conducir a hombres y mujeres a un propósito común y a un carácter que inspire confianza”, precisó Bernard Montgomery.
Un líder sin carácter es la persona perfecta para hacer la marioneta de quienes tienen intereses ocultos y que, lamentablemente, solo piensan en ellos mismos y no en quienes están llamados a servir. El carácter del líder le permitirá ponerse fuerte cuando sea preciso, pero también ser compasivo cuando exista la necesidad de mostrar esa dimensión humana para con aquellos que más sufren y más necesitan.
3. Capacidad
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“La capacidad va más allá de las palabras. Es la habilidad del líder de decir, planear y hacer las cosas de tal forma que otros sepan que tú sabes cómo y sepan que vale la pena seguirte”, dijo John C. Maxwell.
Un líder sin capacidad es la persona perfecta para llevarnos a los problemas y a los errores de forma constante. La capacidad del líder le permitirá poder reconocer en aquello en lo que realmente puede aportar y en aquello en lo que necesita de otros para poder hacer las cosas bien. Ser un líder capaz implica poder tomar decisiones en función a información y en base a criterios objetivos y técnicos que permitan y garanticen resultados. Si las personas descubren que su líder no tiene capacidad tarde o temprano perderá su autoridad y, con ello, también destinará su liderazgo al fracaso.
4. Conexión
“El oído del líder tiene que vibrar con las voces de la gente”, aseveró Wooddrow Wilson, expresidente de Estados Unidos.
Un líder sin la capacidad de conectarse con las personas que lo siguen y con quienes trabaja perderá el sentido de la realidad que necesita para poder abordar los verdaderos problemas y necesidades de las personas. La capacidad de conectarse con la gente y con la realidad es lo que permitirá que el líder tenga una lectura objetiva de las cosas y se deje guiar no tanto por lo que alguien le pueda decir, si no por lo que realmente sucede en medio de los pasillos y las calles. Cuando un líder dirige desde la desconexión está destinado a convertirse en un gobernante de escritorio que solamente firma documentos y cree que con ello las soluciones están garantizadas.
5. Humildad
“Estoy aquí ante ustedes no como profeta, sino como un humilde siervo suyo, del pueblo”, reveló Nelson Mandela.
El líder sin humildad está destinado a ser insensato y a gobernar desde el orgullo, la ignorancia y desde el deseo de reconocimiento sin considerar el verdadero sentido de servicio a través del liderazgo. La humildad permitirá que el líder pueda reconocer en aquello en lo que no le es suficiente su talento y que necesita de otros para poder construir un equipo que gestione de forma que puedan alcanzar los resultados juntos. Cuando un líder dirige desde el orgullo, y no desde la humildad, está destinado a caminar a ciegas equivocándose y jamás tener la capacidad de reconocer sus errores. Esto hará que sus seguidores nunca lo reconozcan a él como un verdadero líder sino sólo como alguien que está allí para cumplir una función, pero no para hacer una verdadera contribución ni cumplir una misión.
6. Servicio
“Es necesario amar y servir a tu gente más que a tu propia posición”, recomendó John C. Maxwell.
Un líder sin la capacidad de servicio es un líder destinado a servirse a sí mismo. Desde esa posición, jamás podrá ayudar a otros ni permitir que los demás superen sus necesidades y los problemas para convertirse en quienes están destinados o llamados a ser. La capacidad de servicio permitirá al líder enfocarse en cumplir un propósito trascendente y hace una contribución o varias, que dejen huella por generaciones y que permita que el mundo sea mejor gracias a sus acciones. Ejercer el liderazgo desde el servicio implica para el líder poder poner a las personas primero y a sus necesidades antes que su propia agenda y sus propios deseos e intereses. Cuando un líder dirige desde el egoísmo está destinado a servirse a sí mismo y condenado a que sus seguidores se conviertan en sus principales opositores.
Deseo de todo corazón que exista alguna persona que pueda desarrollar estas cualidades y otras más necesarias para poder convertirse en ese líder que nuestro país necesita, esa persona que nos lleve de donde estamos hoy a donde queremos, sabemos que podemos y merecemos estar.
Destaca, Crece, Trasciende.
Jorge Antonio Cumpa
Artículo publicado originalmente en mi columna en el portal Locheros.pe
Mentora de Marca Personal | Capacitadora | Ayudo a profesionales con alto potencial, a hacer visible su talento, dentro y fuera de su organización, para atraer mejores oportunidades para su desarrollo profesional.
2 añosExcelente artículo, Jorge. Gran reflexión sobre la situación de nuestro país y la falta de liderazgo que hemos tenido en los últimos años de gobierno; y a la vez una gran invitación para analizar a los futuros candidatos no sólo desde sus competencias, experiencias y logros; sino y sobre todo desde su capacidad de liderazgo.