EL LIMITE DEL ALMA CIBERNETICA - CAPITULO 1 "¿QUIEN TIENE EL CONTROL?
JORGE CARLOS F.
Licenciado en Administración - Contador Publico - Licenciado en Comercio Internacional - Abogado - Programador Junior.
A comienzos del año 2023, consultado que fue Elon Musk sobre si incorporaría inteligencia artificial en los automóviles Tesla, este respondió que no tenía en mente ese plan y que “la IA es peligrosa”. (1)
En esa ocasión también dijo estar preocupado por los “avances” de esas tecnologías, y abogó por establecer regulaciones a fin de se “…asegure que se opere dentro del interés público”. (1)
Cuando hablamos de Inteligencia Artificial (IA) nos referimos a la emulación de la inteligencia humana, sea a través de una máquina virtual o física. A su vez la IA implica el aprendizaje automático o Machine Learning (ML) a través del cual los algoritmos aprenden de datos pasados para identificar tendencias y predecir resultados a partir de datos nuevos. Finalmente, el ML se vale del aprendizaje que realizan los algoritmos de datos complejos utilizando redes neuronales por el cual estos predicen resultados o generan nuevos datos.
En base a ello, no es preciso ser muy versado en dichas tecnologías para advertir que, cada vez que se confió a una maquina la realización de alguna de las tantas operaciones complejas desarrolladas por la mente humana, se fue cediendo cada vez mas control a los algoritmos, con muy poca o nula intervención humana – que no sea, obviamente, definir parámetros, modelos, datos estadísticos y referencias que sirvan de patrón a la máquina para identificar objetos y relaciones concretas.
A partir de que el ser humano desarrollo la capacidad de transformar su entorno mediante el uso de herramientas y hasta la actualidad, se ha valido de máquinas con un creciente grado de autonomía, con una correlativa pérdida de control sobre su desempeño.
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El hombre ha resignado cada vez más dicho control en la ejecución de tareas en aras de reducir el tiempo y esfuerzo aplicado en ellas. La capacidad de control sobre la máquina esta dada por la naturaleza de la misma y nuestra relación con ella.
Por ejemplo, en un comienzo utilizar una caña de pescar o una pequeña red permitía reducir en forma discreta el tiempo y esfuerzo sin perder la capacidad de decidir sobre que tipo de pez pescar y la cantidad deseada, lo uno mediante la correcta elección de la carnada y lo segundo determinando la cantidad de veces que se repite la acción de pescar. Por el contrario, un buque factoría que emplea kilométricas redes de arrastre recoge todo cuanto encuentra a su paso, incluso especies que ni siquiera poseen un valor comercial y/o que se encuentran en peligro de extinción, ello independientemente de la voluntad de quien se vale de dicha herramienta para pescar.
Una primera consideración es entonces que el control depende en gran medida de la naturaleza de la maquina utilizada.
¿Esa naturaleza será en todos los casos adecuada al propósito que se tuvo en miras al crearla y utilizarla?. Abordaré esta cuestión en el siguiente capítulo.