El Método Ivy Lee de gestión del tiempo

El Método Ivy Lee de gestión del tiempo

Adquirir un buen hábito para lograr trabajar menos horas, pero siendo más productivo, es lo que los trabajadores sueñan con alcanzar en sus jornadas diarias.

La mayoría de las personas busca planificadores diarios, organizadores electrónicos, agendas virtuales, rutinas drásticas, aumentar el tiempo de trabajo o, incluso, un cambio radical en su estilo de vida para lograr ser más eficientes; sin embargo, esto puede llegar a ser perjudicial para la salud, gracias a que el exceso de este conlleva a padecer dolores de cabeza crónicos, agotamiento y tensión muscular.

Pero, ¿cómo lograr ser productivo sin exceder el tiempo?

El método Ivy Lee es la respuesta. Se trata de una de las mejores formas de llevar el potencial al máximo, pero sin sacrificar horas de descanso y sin tener que aumentar la cantidad.

El método Ivy Lee es un método de gestión del tiempo que se centra en la importancia de establecer prioridades y concentrarse en las tareas más importantes. Ivy Lee fue un consultor de eficiencia empresarial que trabajó con muchas de las principales compañías de los Estados Unidos durante la primera década del siglo XX. Él fue el primero en aconsejar a sus clientes que escribieran sus tareas más importantes cada día antes de irse a dormir, y luego concentrarse en completar esas tareas en el orden en que se escribieron.

La idea es que, al final de cada día, anote las seis tareas más importantes que debe completar al día siguiente. Luego, ordene esas tareas por orden de importancia. Por último, comience con la tarea más importante y continúe con las demás en orden de importancia.

El método es una técnica de gestión del tiempo eficaz porque ayuda a las personas a priorizar sus tareas y a enfocarse en las tareas más importantes. También es una técnica de gestión del tiempo sencilla que se puede aprender y utilizar fácilmente.

Para implementar el método Ivy Lee consta de 5 puntos:

  1. Haz una lista: al final de la jornada laboral, toma cinco minutos para escribir las seis tareas más importantes para el día siguiente.
  2. Establece prioridades: ahora piensa cuál es la tarea más importante. Organiza todas las tareas de tu lista en orden de prioridad.
  3. Comienza con la tarea más importante: el próximo día laboral, comienza con la tarea que está en la parte superior de tu lista. Empieza con esta tarea de inmediato. No revises tu correo de antemano y evita la multitarea en cualquier forma.
  4. Verificar prioridades: cuando hayas terminado la tarea, verifica las prioridades. No siempre será posible revisar la lista en el orden que se crea que es correcto. Tu jefe puede interferir con una nueva tarea que es urgente. Añade esta tarea en tu lista y retrasa una de las otras tareas para el día siguiente.
  5. Trabaja con la lista de manera concentrada: Luego, trabaja en la lista hasta que esté lista, o hasta que hayas terminado de trabajar. Evita las interrupciones lo mejor que puedas hasta que hayas completado una tarea. Después de cada tarea, te has ganado un pequeño descanso en el que puedes, por ejemplo, hablar con tus compañeros o tomar un café.
  6. Escribe una nueva lista: Al final de la jornada laboral, el proceso comienza de nuevo: Te tomas unos minutos para escribir las tareas más importantes del día siguiente o anota las tareas de tu lista que no completaste ese día. A la mañana siguiente comienza de nuevo con la tarea más importante.

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