EL MERCOSUR ES UNA SOCIEDAD DE MENESTEROSOS

EL MERCOSUR ES UNA SOCIEDAD DE MENESTEROSOS

Por Carlos A. Canta Yoy

“Los Estados Partes deciden constituir un Mercado Común que deberá estar conformado al 31 de diciembre de 1994, el que se denominará “Mercado Común del Sur” (MERCOSUR).

Tratado de Asunción, Artículo 1º.

"En la cumbre del 6 de diciembre Alberto Fernández recibirá la presidencia pro tempore de esta unión aduanera...".

Clarín, 26-11-22, pág. 21.

"Con este anuncio la crisis en la convulsionada unión aduanera vuelve a escalar".

Clarín, 02-12-22, pág. 15.

“Pero Cafiero habló de la nota…: es contrario a la normativa del Mercosur, no tanto porque resulta incompatible con el Artículo 1o. del Tratado de Asunción de construir una unión aduanera sino sobre todo porque es violatorio de la regla del consenso…”.

Clarín, 06-12-22, pág. 14.

"Se entenderá por unión aduanera, la sustitución de dos o más territorios aduaneros por un solo territorio aduanero...".

Artículo XXIV, punto 8. inciso a) del GATT.

Si reiteradamente personas que tienen la obligación de saberlo (como el Ministro de Relaciones Exteriores o como una periodista supuestamente especializada que escribe habitualmente sobre el tema) ignoran la diferencia entre mercado común y unión aduanera (algo que si un alumno no me responde a eso en un examen queda aplazado de inmediato) o dicen que el Artículo 1º del Tratado de Asunción dice lo que no dice (no menciona la unión aduanera), entonces ¿cómo puede extrañarnos que el Mercosur esté como esté, en la más penosa intrascendencia?

Claro está que el Mercosur no es una unión aduanera, antes que nada y principalmente porque no existe (como dice la definición del GATT) “un solo territorio aduanero”. Hay cuatro, tantos como Estados Miembros. Y no alcanza con que haya un Arancel Externo Común (que además está agujereado por multitud de excepciones) o una Nomenclatura Común del Mercosur (que no se aplica en la Argentina en su versión actual, lo que debió hacerse el 1 de enero de este año y todavía estamos esperando, en tanto rige en Brasil y en Uruguay).

Lo que agrava la penosa situación del Mercosur es, además de la no internalización e incumplimiento de las propias normas obligatorias acordadas (alrededor de la mitad de las que se emiten), la generalizada ignorancia tanto de gobernantes y funcionarios como de comentaristas especializados (¿en qué?) que difunden por la prensa sus graves errores conceptuales.

Otro tema mal considerado es el de las asimetrías. El presidente argentino mencionó, en la reunión de presidentes del Mercosur reciente (6 de diciembre), las asimetrías entre los socios: “Lo que he dicho siempre y no lo voy a ocultar ahora es que el gran problema del Mercosur son las asimetrías de sus países miembros”.

Otra vez las asimetrías. Y van… Escuchamos hablar de ellas durante casi los últimos cuarenta años, desde que comenzó el proceso de integración entre Argentina y Brasil que después fue el Mercosur. Por supuesto que hay asimetrías entre los países. ¿Es que acaso hay dos países iguales, simétricos? No, no los hay, todos son asimétricos porque todos son diferentes. Decir que las asimetrías impiden la integración es una grave ignorancia de lo que ha sucedido y sucede actualmente en otras partes. Por ejemplo, ¿las asimetrías impidieron llevar adelante a la Unión Europea donde desde el comienzo hay países tan asimétricos como Alemania y Luxemburgo, o actualmente como Francia y Malta o como Italia y Chipre? Está más que claro por los hechos que las asimetrías no impiden ni dificultan la integración. Simplemente hay que cumplir de buena fe con lo acordado y punto, más allá de las diferencias, a veces abismales, entre los países. Y si lo acordado se ha desactualizado, como es el caso actual del Mercosur, pues cámbienlo, modifíquenlo. Hagan algo. Lo peor es lo que está sucediendo: la paralización, la intrascendencia, el estancamiento.

En el fondo de todo, lo cierto es que, como lo calificó una vez, en los comienzos de la integración, un gran economista uruguayo, “esta integración no funcionará porque es una sociedad de menesterosos”.

Me gusta

Comentar

Compartir