El mito del control
En el momento en que los líderes quieren tener el control de todas las cosas y por último pierdan lo fundamental.
Dentro del ámbito público y del privado, continúa existiendo un concepto erróneo: la noción de que un director excelente debe poseer la totalidad del control sobre la totalidad de lo que le sucede. Este punto de vista, por desgracia, aún es vigente en muchas empresas y además es erróneo, tiene consecuencias nefastas sobre la cultura de la organización y la comodidad que tienen los individuos que la conforman.
A lo largo de la conversación: la idea de tener el control total es una ilusión. Cada vez es un mundo más intrincado, en el cual las cifras se modifican y se relacionan de manera que no se puede prever. Tratar de manejarlo todo, sea lo que fuere, no solo es no posible, sino que además es una receta garantizada para el fracaso. Y lo más dañino es que, en su empeño por tener controladas cada particularidad, los líderes no solo fallan en sus metas, sino que además crean un entorno de distracción y seriedad que entorpece la innovaciones y la creación.
Lo he mencionado anteriormente: la transformación es la única constante, y cualquier intento de tener el control de ella es similar a desear capturar el viento. En vez de obsesionarse en cada aspecto, los líderes deberían priorizar en orientar a sus seguidores a través de la intranquilidad, transformando un entorno en el que las personas puedan adecuarse, desarrollar y aprender.
Cuando el control se transforma en oprimir a los demás: el efecto en el ecosistema de la organización
Peter Drucker, uno de los expertos en administración de empresas más importantes del mundo, expresó que la cultura se alimentaba de la estrategia para el desayuno. Y tenía acierto. En el momento en que un dirigente quiere controlar, no está haciendo más que oprimir el cultura de la organización bajo el efecto de su propio ser. En vez de un lugar de colaboración y creación, la institución se transforma en una máquina que opera de manera uniforme y opresiva, y en donde la temor a equivocarse y la carencia de independencia son la corriente.
Este entorno no solo es dañino, sino además altamente ineficaz. Las personas suelen desanimarse, desconectar y dejar de aportarle ideas nuevas y tomar riesgos con sentido. La renovación se apaga, y la institución se transforma en una embarcación a la deriva, incapaz de adecuarse a las alteraciones del afuera que inevitablemente se producirán.
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El precio por el control.
Daniel Pink, escritor de "Drive", nos alerta sobre la importancia de la motivación de las personas debido a que se fundamenta en el poder, el control y el objetivo. En el momento en que un director attempt to micro-manage every aspect of the job, he or she specifically eliminates these 3 componentes. El producto es previsible: la ansiedad crece, la motivación se desploma, y las habilidades se fugan en el momento en que es posible. Las instituciones abandonan a sus más sobresalientes individuos, no debido a que no haya trabajos, sino debido a que nadie desea laborar en un lugar en el que el control entorpece la ingeniosidad y la libertad.
Libera el control y adquiere seguridad
El liderazgo no se trata de tener el control de todo, sino de inspirar a las personas para que tomas decisiones con inteligencia y actuen de manera eficaz. En vez de intentar gestionar cada aspecto, los líderes deberían priorizar el desarrollo de una comunidad de fe y libertad. Esto no implica dejar que todo ocurra por casualidad; implica establecer una frontera precisa de expectativas y metas, y luego dejar que los individuos trabajen dentro de esa frontera de manera soberana y creative.
Lo dije en otro posteo: la transformación es incuestionable, y la posición que tenemos como líderes es aprender a utilizarla, no a pelear contra ella. Un poco de libertad no es una característica; es, por el contrario, una táctica inteligente que genera un contexto en el cual las personas puedan realmente resplandecer. El control es una redoma embriagadora, sin embargo a fin de cuentas, es un plan fallido.
L@s líderes que lo comprehenden y están predispuestos a dejar cierto control sobre sus organizaciones son aquellos que finalmente crearán instituciones que sean sostenibles, innovadoras y se enfoquen en las personas.
La cuestión continúa por igual: ¿ estás preparado para dejar el control y encabezar la transformación más efectivamente?