El nuevo Gobierno.
Photo by Shahadat Rahman on Unsplash

El nuevo Gobierno.

De todos los escenarios planteados en las películas apocalípticas, jamás pensamos que el de la pandemia global sería el que se convertiría en realidad y es que al momento que escribo, el SARS-CoV-2 ha infectado a 3,5 Millones de personas, causado la muerte a 437,000 y paralizado por completo al planeta; trayendo consigo uno de los escenarios económicos más terribles de los últimos años en lo que a inversión, crecimiento y desempleo se refiere.

Sin embargo; crisis como esta, permiten replantearnos prácticamente todo; desde nuestras costumbres, presupuestos y rutinas, hasta nuestras formas de trabajar, consumir, comprar y aprender… en otras palabras, las crisis nos obligan a reformular nuestra existencia y evolucionar; a analizar lo que somos para mantener lo esencial y cambiar o desechar aquello que pone en riesgo nuestra supervivencia. 

Sucede a manera personal, pero también en las instituciones y empresas. El coronavirus llegó a cerrar puertas, cimbrar estructuras y modificar para siempre comportamientos y formas en las que muchas organizaciones venían operando desde hace décadas, siendo el gobierno y la atención a la ciudadanía, una de ellas. Esto no significa que con el COVID-19, el gobierno haya muerto, pero sí el viejo estilo de gobierno

Los lineamientos de control de contagios, entre los que destacan el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos, el uso de espacios abiertos y la sana distancia, han forzado a las autoridades a tomar decisiones y acciones respecto a su estrategia de atención ciudadana; la cual deberá adaptarse y ajustarse a la nueva era que demandará – a través de gestiones digitales y virtuales - una serie de servicios de calidad y con menores tiempo de respuesta, con la ventaja no salir de casa.

Por ello, resulta fundamental el impulso a una agenda digital que entre otras cosas privilegie:

  1. La digitalización de los servicios públicos;
  2. Contar con niveles óptimos de accesibilidad, conectividad y funcionalidad;
  3. El uso y aprovechamiento de plataformas de colaboración con los ciudadanos;
  4. El establecimiento de mecanismos de gestión y procesamiento de data; y
  5. Dar certeza sobre la privacidad y los datos personales

… puede que sean pocos los incisos, pero son un buen comienzo. 

Si ve un tsunami digital en el horizonte, el Estado debe no solo concientizar a la ciudadanía y a sus estructuras, sino construir la infraestructura para encausarlo de manera correcta, minimizando sus riesgos, maximizando sus beneficios y sobre todo, elevando con esto, los niveles de servicio a los ciudadanos. 

Contar con herramientas digitales y con tecnología, ya no es un lujo para los países en vías de desarrollo, sino una necesidad apremiante; misma que en caso de no atender correctamente, les hará entrar a “la nueva normalidad” en desventaja una vez más… el mundo post-Covid-19 ya no solo dependerá de los políticos y los ciudadanos; sino también y cada vez más de los microprocesadores, los sensores, los servidores, los teléfonos móviles, y los datos y decisiones que de ellos emanen. 

#GobiernoDigital #TransformaciónDigital #Covid19 #Gobierno2.0 #AgendaDigital


Gabriel Eliseo Cruz Mayorga

Asesor Patrimonial y de Seguros

4 años

Excelente artículo, por supuesto que urgen los servicios digitales, entre más y pronto, mejor.

Carlos Samuel Ballesteros Berber

Director General Arrendadora Simple Lease

4 años

Gran artículo, Andrés!

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas