El nuevo reto de las promotoras
La crisis parece que finalmente empieza a abandonar el sector inmobiliario, la vivienda de segunda mano se vende a buen ritmo, el stock de vivienda nueva se empieza a agotar y florecen nuevas promociones. El prblema de las nuevas promociones que está amenazando seriamente la recuperación del sector, son los interminables trámites, requerimientos y lentitud por parte de las administrciones locales a la hora de conceder una licencia de obras. No digamos ya a la hora de desarrollar un nuevo plan parcial. Si queremos que la recuperación del sector inmobiliario sea una realidad algo tiene que cambiar a nivel legislativo y administrativo.
Necesitamos una nueva ley del suelo más ágil, más clara y que dependa menos de las administraciones locales. Todo el suelo no protegido debería ser urbanizable con unos claros y razonables criterios de infraestructuras para su desarrollo. El procedimiento debería ser únicamente la tramitación de licencia de urbanización, y la densidad debería venir condicionada por las infraestructuras existentes. También necesitamos un procedimiento más rápido y simple para la concesión de licencias. No puede ser que iniciar una obra en un terreno urbano pueda tardar entre 3 meses en el mejor de los casos y 24 meses en el peor, aunque la media está por encima de los 6 en algunos municipios de la comunidad de Madrid. En ese tiempo los clientes se van por desconfianza, los precios de la construcción varían y los constructores no pueden realizar las obras presupuestadas y el coste financiero para el promotor encarece la vivienda innecesariamente. Urge una profunda reforma en los procedimientos de las administraciones locales para evitar estos retrasos tan perjudicioales para el sector y los consumidores. Esto haría bajar sensiblemente el precio del suelo y en consecuencia, el precio de la vivienda también se reduciría de form significativa. No tienenmucho sentido la concentración de población cuando tenemos un territorio tan extenso.
A demás si realmente se quiere acabar con la corrupción en el sector público por culpa del urbanismo, esta puede ser una de las fórmulas más efectivas y limpias de hacerlo pero claro, ha de haber auténtica voluntad de acabar con estas prácticas y, desgraciadamente hay muchos intereses por medio que no se lo pondrán fácil a nadie que quiera hacer esta limpia.