¿El origen de la diosa Atenea es como nos contaron? por Pablo Díaz Gayoso

Introducción

La religión a lo largo de los siglos ha sido una herramienta muy útil de los gobernantes para establecer un corpus moral y político a los gobernados. El controlar el marco moral de los súbditos permite construir un sistema de valores favorable que no solo justifique el sistema social sino que también el político. La relación entre el estado y la religión ha sido en su mayor parte de simbiosis. En la historia abundan ejemplos como el caso de la Inquisición española, herramienta al servicio del monarca de Castilla con la validación del Papa. Sin embargo, el caso de estudio de este artículo ocurrió mucho antes del caso mencionado, es el origen del patriarcado heleno a través del mito de Atenea.

Evolución del matriarcado al patriarcado

Atenea es la diosa griega de la sabiduría, de la razón, la estrategia militar y de más atributos que se le fueron añadiendo con el paso del tiempo, y sobre todo es conocida por ser la patrona de la ciudad de Atenas. O al menos eso es lo que nos dice la última versión del mito. El origen de Atenea está bien alejado de los Balcanes y más aún de la sociedad patriarcal que se la apropió. 

En las versiones más antiguas del mito Atenea nació del río Tritonis, en Libia y fue criada por tres ninfas. Siendo niña mientras luchaba en un combate amistoso con lanza y escudo contra su amiga Pallas, por accidente acaba matándola. Más tarde acabaría adoptando su nombre en su honor y emigrando a Atenas para establecerse ahí. Este mito original tiene varios elementos que merecen especial consideración desde una perspectiva de género. El primero es que el origen de la diosa de la sabiduría y la razón nace de un río, tradicional fuente de riquezas (agua, alimento, defensa y comercio) para cualquier comunidad humana. El segundo es el rol de Atenea como una mujer con habilidad con las armas, que si bien se mantendrá en las versiones posteriores, en este relato ella actúa de forma autónoma y sin tutelaje masculino. Por último, en esta versión la diosa no tiene padre, o no se le conoce y sin embargo es educada por tres ninfas vestidas con piel de cabra por lo que simboliza que la diosa de la sabiduría no requería de figura paterna. Esos tres elementos como veremos más tarde sostienen un mito fundacional de una sociedad matriarcal.

Por otro lado encontramos la versión helena del mito de Atenea que es del todo distinto. En esta versión Atenea tiene un padre claro y ese es Zeus, el dios padre por excelencia y se narra de la siguiente forma: “Zeus codiciaba a la Titánide Metis, quien adoptó muchas formas para eludirlo, hasta que por fin la atrapó y la dejó encinta. Un oráculo de la Madre Tierra declaró entonces que daría a luz a una niña y que, si Metis volvía a concebir, pariría un varón que estaba destinado a destronar a Zeus, como Zeus había destronado a Crono y Crono había destronado a Urano. En consecuencia, habiendo instado a Metis con palabras melosas, a que se acostara sobre un lecho, Zeus abrió de pronto la boca y se la tragó; éste fue el fin de Metis, aunque él pretendía luego que ella le aconsejaba desde dentro de su vientre. Cuando transcurrió el tiempo debido Zeus sintió un furioso dolor de cabeza al dirigirse a las orillas del lago Tritón, hasta el extremo de que parecía que le iba a estallar el cráneo, y lanzaba tales gritos de ira que todo el firmamento resonaba con su eco. Corrió a su encuentro Hermes, quien inmediatamente adivinó la causa del malestar de Zeus. Convenció a Hefesto, o, según dicen algunos, a Prometeo, para que tomase su cuña y su martinete y abriese una brecha en el cráneo de Zeus; de ella salió Atenea, plenamente armada y dando un potente grito.”

Como vemos esta versión es radicalmente distinta y es por que esta vez se hizo desde una sociedad patriarcal. Lo primero que hay que señalar y es una constante en los mitos donde Zeus es partícipe es la normalización de la violencia sexual ya que lo más común es que las múltiples relaciones que tiene el dios padre están basadas en el engaño, el secuestro y la violación. Lo segundo es el momento en que Zeus se come a Metis y se señala que no se pierde la sabiduría. Esto está relacionado con la supresión del culto a los Titanes que realizaron los aqueos y su posterior atribución de cualidades a Zeus. Por qué la mitología como forma de contar la historia está llena de modificaciones que los vencedores de un conflicto usaban para imponer su relato. 

La última parte del mito patriarcal del nacimiento de Atenea presenta la situación donde la diosa de la estrategia militar y la inteligencia nace de la cabeza de Zeus, un hombre. Este mito sustituye el río por la cabeza de Zeus, su entrenamiento y crianza con las ninfas por una gestación dentro de Zeus. 

Conclusión

La construcción del mito de Atenea y sus modificaciones posteriores son producto de los cambios políticos y sociales de las sociedades que tenían culto a la diosa. El caso de Atenea es especialmente significativo porque simboliza la derrota de las sociedades matriarcales frente a las patriarcales, incluso en la estructura misma del culto ya que pasó de ser adorada por sacerdotisas a ser un culto guiado por sacerdotes. Para inmortalizar la victoria patriarcal, se establecieron relatos donde el hombre claramente prevalece frente a la mujer. La subordinación no se limita al mito de su nacimiento si no que también se presenta a Atenea como creadora de las “artes femeninas” como cocinar, hilar o tejer, es la diosa de la estrategia militar pero no le gusta la guerra y si tiene que hacer uso de las armas siempre le pide permiso a Zeus antes de usarlas. Como podemos ver en la historia de las religiones podemos observar un patrón de explicaciones similares al origen de la mujer como extensión del hombre. El caso más conocido es el de Eva, la cual nació de una parte de Adan y fue la causante de la expulsión del Edén y de que todas las personas nazcan en pecado para la posteridad.

La construcción de las estructuras sociales y la idea de que son eternas e inamovibles no son más que otro mito creado por quienes salen victoriosos de una victoria cultural, militar o de otro tipo para asentar un sistema que les favorece y les perpetúa en el poder.