El origen de La Telemedicina de Emergencia en el Perú – Un aparatito llamado”Cardiocel”
Hoy escribo estas líneas para no olvidar, para recordar, para contarles sobre avances en telemedicina que nunca vieron la luz, y tal vez, sin querer, para enfermarlos en vez de sanarlos.
Sí, a mí siempre me han llamado la atención los inventos, no es un secreto, creo que nací con la voluntad para superar problemas cotidianos, usando la imaginación, los recursos inmediatos, ayudado por el diseño, y luego la parte más entretenida y donde me divierto más: las pruebas de campo; creo que a eso le llaman Ingeniería.
Como yo soy muy inquieto; pasaba en ese momento por la fascinación de esta nueva disciplina, la mecatrónica, a la que tenía acceso por un gran amigo y maestro, de esos que se encuentran quijoetando la vida; la aventura de la mecatrónica la vivía junto a mi hermano, a quien la electrónica le fascina más aun, eran las primeras épocas de desarmar impresoras, soldar circuitos, programar en LetPicBASIC, claro estoy hablando de finales del año 2001 y el Assember era lo más “cool” pero estaba fuera de nuestro presupuesto, yo acababa de egresar de Tecsup y asistíamos a estas clases solo los días Sábados. Pues bien, en uno de esos días de inquietud y de búsquedas, asistí a un evento muy interesante organizado por una institución llamada INICTEL, era la primera vez que sabía que existía una organización que se llamaba así, pero igual asistí ya que la invitación era abierta y gratuita. Ese fue el inicio de esta aventura de la que guardo buenos recuerdos y que en su momento supieron darme satisfacción aunque después se convirtieron en tristeza.
El evento de Inictel fue decisivo, impecables presentaciones, mejores ponentes, pero dentro de ellos una persona captó mi atención absoluta por lo que en ese momento explicaba, una dama Ingeniero de cabello lacio y plata, con unos lentes de aquellos que te dicen, esta señora se ve muy inteligente, después comprobé que así era, su nombre: Isabel Guadalupe. Al finalizar su ponencia me acerqué, me presenté y le solicité detalles de lo que ella en ese momento presentaba, el desarrollo de un aparato denominado TeleCardio 12, un aparto fijo diseñado para consultorios de médicos generales el cual podía monitorear señales cardíacas únicamente y lanzarlas por línea telefónica hacia un hospital de la ciudad para poder diagnósticos de un especialista cardiovascular. Acercaba la medicina del campo rural a la ciudad sin que el paciente tenga que trasladarse, eso era genial, hecho en el Perú.
Pero a mí, con mi inquietud, mientras lo explicaba yo meditaba en las otras aplicaciones, en los accidentes vehiculares que atendía continuamente, en mi especialidad de rescate vehicular, en las operaciones de rescate de personas atrapadas en derrumbes, perdón, me olvidé de decirles que esta historia se remonta más o menos ya al año 2002, si mal no recuerdo.
Pensando en los accidentes vehiculares pensé que convertir TeleCardio a un aparato más eficiente podría ayudar a salvar vidas en el Cuerpo de Bomberos al cual pertenecía en ese momento. Así se lo planteé a la Ingeniero y ella con su amabilidad y cortesía de siempre me concedió una cita en las instalaciones del Inictel. Recuerdo que asistí con dos de mis amigos Hugo Alvarez Llanos y Ricardo Ingar, fue una reunión simplemente alucinante, en esa sala estaban reunidos probablemente las mentes más inteligentes que he tenido el gusto de conocer en mi vida, dentro de ellos el Ing. Jose Oliden (hoy Director de Inictel). Ellos de inmediato captaron y entendieron lo que yo les planteaba desarrollar en conjunto con nosotros, un aparato con capacidad de transmisión de ritmo cardíaco, transmisión de medida de saturación de oxigeno, transmisión de presión sanguínea, transmisión de señales RST, pantalla que mostrara todo eso en digital, y sonidos de "beep" externos por cada latido del corazón, todo manejado vía red celular y transmitida al departamento de trauma shock del hospital más cercano.
La idea era simple, hay lugares en donde el rescate de personas no siempre era asistido por un médico en la escena, por lo que el monitoreo continuo era vital, esto suponía tener que intervenir constantemente en la labores de rescate para poder evaluar la condición médica del paciente; desde mi punto de vista, este aparato nos aliviaba mucho el problema, ya que nos mantenía escuchando lo que pasaba vía los “beeps”, nos permitía ver desde “afuera” lo que pasaba, y preparaba la sala de urgencia para recibir al paciente ya que el el hospital recibirían nuestra señal en vivo. A ese proyecto le llamamos Cardiocel B138.
El Cardiocell B138 se desarrolló por más de dos años en secreto, no queríamos adelantar nada hasta no tener todos los problemas de operación resueltos. Conseguimos auspicios para que Telefónica nos diera un chip libre, los ingenieros de Inictel como Jose Oliden hicieron guardia nocturna para probar el equipo en accidentes reales, se importaron piezas, se consiguieron aportes de interesados, se hizo de todo.
Al final, el equipo estaba listo, operando, transmitiendo, todo OK, hecho en el Perú, tremendo orgullo, lo probamos incluso transmitiendo en el hospital, nos ponía a la vanguardia, aliviaría el trabajo, trabajé con él en dos emergencias, el equipo resultó robusto, pequeño, de fácil manejo, en ese tiempo me gustaba atender emergencias medicas en la ambulancia (solo hasta que comprendí que no tenía seguro médico, si me contagiaba de alguna enfermedad seria era completamente mi problema), así que este aparatito fué la estrella del trabajo, la verdad a mi me gustó mucho, quedaba la etapa de reproducirlo en masa y repartirlo en todas las compañías de bomberos del país vía alguna empresa que decidiera tomar el prototipo y financiarlo; total no lo íbamos a hacer nosotros, nosotros ya habíamos gastado suficiente en tiempo y dinero en el prototipo, todo ad-honorem.
Pero, ¿qué paso con el proyecto?, ¿por qué usted nunca lo vio en las calles?
En ese tiempo solo éramos una estación joven en Santa Anita, nuestro activo y respaldo no era más que el de un grupo de personas voluntarias con pocos años de existencia y experiencia dentro de la institución de Bomberos, en ese momento con un numero en el casco de tres cifras no eras gran cosa, por lo que hacerte caso en eso estaba fuera de las probabilidades, ¿tú con 4 años de fundación ibas a dar clases de desarrollo a compañías de más de 100 años de añejísima tradición?...imposible... luego les demostraríamos que sí con la creación de la unidad Matpel 138, pero eso será motivo de otra historia, si algún día la quieren saber.
Pensamos que sólo era una cosa de la institución así que decidimos llevar la idea a un foro civil, nos recomendaron presentarlo a un evento de Creatividad en ese tiempo. Postulamos a desarrollo en medicina y ¿Qué pasó?, Quién nos felicitó?...nadie, nadie nos tomó en cuenta, nos ganó “BOTICAS DE A SOL”……….sí, Boticas de a Sol era más brillante que lo nuestro. Claro, muchos participan en concursos de inventos y de innovación y si no resultas ganador, tus ideas “se devuelven”…. jajajajajajaja…como si eso existiera… se reparten diría yo.
En fin, desilusionados, sin financiamiento, decidimos continuar, apostar, gastar más dinero en taxis, apoyar a los ingenieros que nos apoyaron, pero los tiempos cambiaron, todo se fue dilatando, el equipo se envío a reparar… allí quedó nuestro desarrollo, miles de horas trabajadas, tanto esfuerzo puesto en él, hoy en día no tengo idea de donde quedo ese hermoso aparato.
Yo espero que esta historia sea compartida como testimonio de una bonita época en la que creíamos que podíamos ser mejores, como agradecimiento y reconocimiento a los que participaron, porque deseo que la fe que pusieron en un ideal noble no pase y no sea simplemente olvidado; deseo alguna vez, poder recoger de alguna esquina olvidada ese aparatito que aún debe dar señal, solo para sentir entusiasmo una vez más.
Saludos y buena suerte.
Jose Javier Chavez Salinas
Químico Metalurgista
Sistema Globalmente Armonizado (GHS) - Transporte de Mercancías Peligrosas (DGR), Desarrollo de Safety Data Sheet (SDS). Factótum Industrial. Químico Metalurgista. Inventor.
4 añosQue pena que ahora cuando mas se necesitan estos aportes y desarrollos sea demasiado tarde ...ojalá algún día aprendamos a escuchar a nuestra propia gente.