El papel clave de las TIC en la crisis global (I)
Hace unos días tuve la ocasión de participar en la mesa redonda organizada por la Catedra de Industria Conectada en ICAI. Moderada por Bernardo Villazán, director de la Cátedra, y con la presencia de Marta Martinez, Presidenta de IBM, y Carles Grau, CEO de Mobile World Capital Barcelona, fue una ocasión excepcional para compartir y reflexionar sobre el papel fundamental que han adquirido las TIC en el actual contexto global de crisis.
Todos somos conscientes de los incrementos de tráfico que han sufrido las redes de nuestro país desde el inicio del estado de alarma. La utilización de juegos online, el streaming de contenidos, el teletrabajo masivo y la educación remota han hecho multiplicarse las ratios de trafico IP. Las cifras de aumento son extraordinarias, acorde con la situación actual. Ascensos del 50% en la utilización de streaming, del 250% en el caso del gaming, y en lo relativo a las aplicaciones más populares para la comunicación como WhatsApp, ratios cercanos al 500% de incremento. Tan solo se registra una caída del tráfico cada día durante unos pocos minutos a las 20:00 horas. Afortunadamente, las emociones, expresadas en forma de aplausos, siguen por encima de cualquier tecnología.
Adicionalmente, la necesidad de estar conectados, ha incrementado notablemente el mix de uplink sobre el downlink en redes móviles y ha disparado el tráfico de voz móvil, que todavía se realizaba en algunos casos sobre redes 3G, unas redes en las que hace tiempo no se hacían inversiones y que estaban en fase de apagado.
Sumando todo ello, España ha experimentado incrementos de tráfico en las redes IP cercanos al 30%, un crecimiento en el uso de la banda ancha fija en torno al 40%, de alrededor del 30% en la banda ancha móvil, del 45% en la voz fija y del 40% en voz móvil.
Cambios en la vía y la ubicación de las comunicaciones
Pero, más allá de este aumento del tráfico, las redes han tenido que soportar y adaptarse rápidamente a otros cambios de relevancia. También la vía por la que van las comunicaciones y la ubicación donde se concentra el tráfico han cambiado notablemente.
En cuanto a la vía, se ha producido un gran cambio de tráfico hacia las redes fijas residenciales donde se está haciendo un uso masivo las redes que nos proporcionan la voz sobre Wi-Fi. Y en lo referente a la ubicación, los picos de tráfico han migrado de producirse geográficamente en el centro de las ciudades y las áreas de oficinas, a desplazarse a núcleos residenciales, con una topología y arquitectura de red muy diferentes.
Con todo ello, el magnífico ecosistema de telecomunicaciones de España está permitiendo que el día a día de nuestro país en un entorno tan dramático esté siendo mucho menos arduo. Gozamos de una cobertura 4G del 94% de los hogares y de redes de ultrabanda ancha en el 87% de los mismos (Informe DESI 2019). Sin embargo, siendo la tecnología muy importante, en estos momentos, más determinante e imprescindible está demostrándose la labor de miles de ingenieros, técnicos, instaladores, mantenedores y expertos en atención al cliente que, de forma titánica, sin descanso y en muchísimos casos, poniendo en riesgo su salud al tener que realizar intervenciones sobre el terreno y fuera de confinamiento, están consiguiendo que nuestras redes estén dando un rendimiento extraordinario.
El conocimiento, experiencia y compromiso del equipo humano que compone el ecosistema de las telecomunicaciones en nuestro país es, sin duda, uno de los mejores del mundo y están siendo ellos los auténticos responsables de que nuestras redes estén preparadas para abordar esta situación.
La crisis, una fuente de aprendizaje
Sin embargo, la satisfacción por el rendimiento general que están demostrando las redes ante la situación que estamos viviendo, no puede hacer que obviemos algunas distorsiones importantes. Las crisis deben ser fuente de aprendizaje para generaciones y situaciones venideras.
Así, no toda la geografía española ni toda la población se está pudiendo beneficiar de la fortaleza general de nuestras redes de telecomunicaciones. En estos momentos, más que nunca, se hace evidente el gravísimo impacto que esta crisis está generando en la “España vacíada”.
Hay personas en aldeas que no pueden probar sus aplicaciones para ver si tienen síntomas, niños que no pueden atender a las clases online, trabajadores que no pueden conectarse en remoto, personas que apenas se pueden comunicar con sus seres queridos y no pueden sobrellevar, como sí lo hacemos en otros lugares de España, el confinamiento con el entretenimiento online, porque no disponen de cobertura 4G que les provea de un mínimo de datos. Una situación que afecta a alrededor del 5% de la población y a un 20% de la geografía española, lo que en términos absolutos supone más del doble de los afectados a nivel mundial por la Covid-19 en el momento de escribir este artículo.
La “España vacíada” supone un 5% de la población y un 20% de la geografía en la que la gente no puede probar sus aplicaciones para ver si tienen síntomas, los niños no pueden atender a las clases online, los trabajadores no pueden conectarse en remoto y hay personas que apenas se pueden comunicar con sus seres queridos.
Tenemos que reflexionar como país y aprender de esta situación. Es evidente la dificultad que entraña para las empresas privadas realizar inversiones en sitios donde el retorno nunca se obtendría. Por ello la cooperación público-privada es esencial. Nuestro país precisa de una cobertura 4G a nivel geográfico que atienda el 100% de la población. Nadie puede ser excluido. La conectividad deber ser un derecho fundamental de todo ciudadano español y tenemos que analizar conjuntamente como podemos abordar esto para resolverlo de manera urgente.
¿Bajar los precios al consumidor a toda costa o asegurar la disponibilidad de un servicio crítico a toda la población? Es hora de invertir en resiliencia como sociedad.
Executive MBA, SAFe® SA & PMPO, Market Service Delivery Manager, Customer Success Manager, Telecom Engineer. Helping customers in operational excellence
4 añosEl sector de la telecos, visto por algunos como una "comodity", queda evidenciado como sector "crítico". Sirva la situación actual como aprendizaje para acelerar y universalizar la implantación de tecnologías como el 5G.