El planeta de las historias
¿Adónde se dirige en su navegación sideral, un pequeño satélite robótico-artificial?
Ya desprovisto de energía funcional y con el combustible nuclear in extremis.
Justo a tiempo de ser atraído inexorablemente por el pozo gravitacional de un agujero negro supermasivo.
Tal y como estaba previsto.
La batería cósmica del mini-robot espacial, se va recargando en consecuencia (mediante energía cinética-gravitatoria), conforme penetra a través del Horizonte de Sucesos.
Al otro lado de la Singularidad se vislumbra un exoplaneta de colosal tamaño.
Según se va aproximando el vehículo estelar hacia la atmósfera que circunvala la superficie planetaria, se percibe una infinidad de puntos luminosos azafranados: pululando y centelleando por toda la cara visible del cuerpo celeste.
Una vez en órbita, mientras el satélite artificial va decelerando con vistas a ejecutar un aterrizaje óptimo, se detecta una intensa luz amarillenta que ocupa casi un tercio del planeta.
Al fondo del firmamento se divisan además, dos astros titánicos:
Un sol anaranjado, causante de la vida en el sobredicho planeta.
Y más allá, otro agujero negro supermasivo.
El choque de los dos campos gravitatorios (emanados de ambos agujeros negros) mantiene estables las trayectorias de todos los cuerpos celestes pertenecientes a este bizarro sistema solar.
¿Y ahora qué?
Hace falta una recapitulación:
Cuenta una leyenda ancestral del (desde aquí remoto) planeta Tierra…
Que cuando antiguamente se narraban historias alrededor de las hogueras.
Si la calidad de los cuentos alcanzaba el grado de sublime…
Se abría en el cielo un desmesurado y tenebroso agujero negro.
Que se tragaba ipso facto al narrador y a su audiencia; se trataba de una abducción en toda regla.
Por ende, las narraciones magníficas se borraron para siempre de la faz del planeta terrícola.
Cabe señalar que no estoy declarando como mediocres a las historias que siguen pululando por el mundo entero; al contrario, infinidad de las que quedan y siguen germinando, son de calidad tan excelsa como las abducidas.
No obstante, en los tiempos atávicos que transcurrían cuando acontecieron (presuntamente, conforme a la leyenda citada) las referidas abducciones narrativas, los relatos secuestrados eran originales y no podían ser comparados con ninguno anterior.
Por ende, una vez que las historias más contemporáneas formaron parte de un sistema narrativo, incluyendo sus propios paradigmas y arquetipos: las manifestaciones del mítico agujero negro fueron disminuyendo hasta desaparecer por completo.
Recomendado por LinkedIn
En consecuencia, los fatídicos prodigios sobrenaturales habían sido enterrados en el olvido.
Hasta que, en la actualidad: los radares detectaron la brusca desaparición de varios prototipos de satélites-robot en el espacio profundo.
Los científicos no podían creer en los datos recibidos.
La pérdida de prototipos coincidía con la súbita fluctuación de un agujero negro (Black Hole).
Del que tampoco quedaba ningún rastro después de la manifestación del fenómeno paranormal.
Cuya causa es deducible a raíz de la leyenda ancestral ya relatada…
¡Los satélites-robot navegaban contando historias a través del cosmos, de viva voz: megafonía mediante!
Es decir:
Los prototipos de satélites-robot iban provistos de sofisticados altavoces, con el fin de contactar con inteligencias alienígenas.
El sonido no se transmite por el espacio; ergo, el efecto de los megáfonos consistía en expeler ondas radiofónicas capaces de ser detectadas por presuntas tecnologías extraterrestres.
Las referidas narraciones habían sido grabadas en La Tierra por auténticos storytellers, así como cuentacuentos genuinos.
Si debemos creer en la leyenda ancestral citada en la presente publicación, quizá algunos de esos cuentos habrían alcanzado el summum narrativo; en consecuencia, el agujero negro legendario fue invocado.
Ahora…
El satélite robótico protagonista del presente relato, está configurado para convocar y atravesar el mítico portal cósmico; con el objetivo de explorar el otro lado.
Los últimos datos recibidos y analizados en el planeta Tierra, indican que los pequeños puntos luminosos azafranados son fogatas, y la gran luz amarillenta es de procedencia artificial, como los focos de una urbe metropolitana.
Por tanto, alrededor de las fogatas tal vez se hallen aliens contando historias…
Ergo, en la metrópolis quizá se archiven y cataloguen relatos abducidos por todo el universo, o incluso podría tratarse de un multiverso.
Por el momento, ateniéndonos a la información disponible, vamos a denominar a este cuerpo celeste como…
¡Storytelling Planet: El Planeta de las Historias!
¿Qué opinión te merece este post?
Esta epopeya forma parte de mi ya iniciada odisea multiversal con el propósito de buscar narraciones ignotas, allende las estrellas; así como difundir nuestras propias historias, a través de las galaxias.
Si deseas sumarte a esta megalomanía narrativa, te doy la bienvenida; divulgaré contigo mis locas ideas y me impregnaré con las tuyas, si decides compartirlas conmigo.
Te leo y respondo abajo, en la zona de comentarios.