El poder de la intención

El poder de la intención

La psicología positiva tiene un gran fundamento en la buena actitud y el pensamiento positivo; y si bien este enfoque ha sido muy valioso para guiar y ayudar a muchas personas alrededor del mundo y darles un sentido de esperanza renovadora, hoy hay algo que puede tener mayor impacto y mayor trascendencia en la vida de los seres humanos: la INTENCIÓN. 

Hay una película francesa animada llamada “Bailarina” que trata de una niña huérfana que sueña con bailar en la escuela de danza de París, la película inicia relatando su escape del orfanatorio en donde vive y su camino hacia dicha ciudad para buscar cumplir ese sueño. 

Con engaños y haciéndose pasar por una niña de la alta sociedad parisina, logra ingresar a la escuela y empieza a tomar las clases; después de un par de días, ella es descubierta por la madre de la verdadera candidata y queda al descubierto. El maestro de danza ya había identificado que la huérfana tenía mucho potencial, así que en medio del incidente de ser descubierta mintiendo, la deja continuar en las audiciones. 

Su contrincante, la verdadera niña rica, es perfecta, ya que baila mejor que la huérfana, es fuerte, precisa, exigente consigo misma, disciplinada y sus movimientos son más técnicos. 

Hay mucha rivalidad entre las dos, pues la niña rica humilla cada vez que puede a la huérfana por su condición y su estatus social. En medio de esa rivalidad, ambas tienen un duelo de baile en frente de todos los profesores y alumnos de la escuela; la huérfana hace unos movimientos muy arriesgados, pero con una ejecución perfecta sorprende a toda la audiencia. El maestro al final de esta competencia les pregunta a ambas: 

  • Señoritas, ¿ustedes por qué bailan? 

La niña rica de París contesta temerosa: 

  • Porque mi mamá me obliga. 

La huérfana al contrario responde: 

  • Lo siento en el corazón, es algo que me ha acompañado desde adentro toda la vida.  

Al final, la huérfana se queda con el papel más importante de la escuela. Así, esta historia refleja, claramente para mí, el poder de la INTENCIÓN.  

Ahora vienen las reflexiones: ¿cuántas veces nosotros hacemos las cosas porque nos toca, es nuestra obligación o simplemente porque es el deber? 

La intención que le ponemos es la de un deber o la de una tarea; y esta intención es fácilmente perceptible, pues la intención es una energía muy poderosa. ¿Quién no ha sentido que alguien muy agradable a primera vista no le genera el 100% de confianza o que busca en uno algo más, pero lo disfraza en un montón de cordialidad? ¿Quién no ha puesto la intención equivocada cuando hace un negocio? Solemos pensar que nos volveremos ricos, pero el proyecto termina siendo un desastre. 

La intención es una fuerza misteriosa que hay detrás de todo lo que hacemos. Al Dr. Santiago Rojas le he escuchado decir que incluso un alimento muy bajo en nutrientes pero comido con la mejor intención puede dar más beneficios que la mejor fruta o vegetal comido solo por cumplir con la tarea de comer o la tarea de llenarse. La intención inadecuada nos puede hasta enfermar. 

Cierro con una anécdota personal: una de mis pasiones es el ejercicio, llevo algunos años haciendo lo que se podría llamar “multisport”; es decir, hacer varias disciplinas al mismo tiempo. En esta última temporada me enfoqué 100% en el triatlón y tengo un entrenador que semana a semana me da las pautas para seguir mejorando. 

 En varias ocasiones he incrementado la carga hasta un punto donde me he llegado a enfermar y se me han activado virus de la infancia como la varicela, que a los 42 años ya no se llama varicela, sino herpes zóster o culebrilla; duele como un demonio y te deshabilita por una o dos semanas de hacer deporte, pues el dolor de los nervios de la espalda baja y de la pierna son terribles. 

Curiosamente, cuando le pregunté al entrenador si esta reactivación del virus de la varicela era algo normal en sus pupilos, me respondió como en la película de Bailarina: - Mauro ¿usted por qué hace ejercicio? 

La pregunta me dejó muchos interrogantes, ya que luego complementó lo siguiente: 

  • Mauro, si usted se está presionando para cumplir con los entrenamientos, su intención de hacer ejercicio no es la correcta, pues su cuerpo se estresa con el deporte. Si usted lo estresa más y más con la intención de hacerlo a la perfección y a la hora indicada, pues le triplica el estrés al ejercicio y por ende las defensas del cuerpo se bajan y se le reactivan los virus. La intención no es cumplir lo que yo mando, la intención es disfrutar. 

Realmente me sentí como parte de la película, pensando que mi entrenador tenía toda la razón en su punto de vista. Lleno mi calendario el domingo con las dos sesiones de ejercicio diario que “debo” hacer, pero no las debo hacer; más bien las quiero hacer porque me gusta, me fortalece mental y físicamente. Además, me reta ya que tengo objetivos detrás del entrenamiento, pero no estoy obligado; es una elección que quiero y me gusta. 

Sé que la intención no solo está en mi ejercicio, está en lo que hacemos en la empresa, en cómo conversamos con las personas, en cómo saludamos a los demás, en cómo nos tratamos a nosotros mismos; la intención está incluso en la manera en la que nos levantamos cada día. Nos levantamos porque hay que hacerlo o nos levantamos porque queremos que ese día sea magnífico.  

Y tú, ¿le estás poniendo la intención adecuada a lo que haces cada día? 

Andrés Urdaneta

Manager & Coach on RunnersLab | Master on Marketing | Accountant

2 años

Mauricio que buena reflexión! Gracias!

Claudia C Hernández Gutiérrez

Marketing /Networker/ Criptoeconomia

2 años

Gracias por esta reflexion,,,, cae como anillo al dedo.. 😉

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