El poder de los sueños...
Una vez más viendo los logros deportivos de los atletas en los juegos olímpicos aparece la palabra “sueño” con mayor recurrencia de lo habitual. Quizás podamos llamarlos sueños, propósito, fe, con la tentación de otorgarle carácter “mágico” a este tipo de palabras. Ahora bien, los protagonistas de los logros se encargan de desmitificarlas, sacándole sentido cuasi milagroso a lo que en realidad son cumplimiento de objetivos claramente establecidos.
Cada vez menos se escuchan las palabras “suerte” a la hora de explicar razones de los logros, en cambio se sienten palabras que hablan de “plan”, de “esfuerzo”, de “convicción” y de “compromiso”. No solo eso, sino que también hablan del disfrute del proceso hasta llegar al objetivo e inclusive cuando no necesariamente se consigue la dorada, el reconocimiento al tenis, al básquet hablan de que algo puede estar cambiando en la percepción de lo que definimos como éxito.
Como contra ejemplo aparece el deporte más popular de la Argentina que paradójicamente fue el deporte caracterizado por la improvisación, por la falta de seriedad en el trabajo, en la falta de planes, la falta de alineamiento entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. La mezquindad de quienes no cedieron jugadores olvidando el origen amateur del deporte. Si algo le falta a esta metáfora de lo que asegura los incumplimientos de los logros está la buena voluntad de un grupo de hombre que nunca llegó a ser equipo.
Podremos seguir haciendo descripciones con el “diario del Lunes” o podemos una vez más entender la importancia de los objetivos explicitados en forma concreta, en el trazado de un plan para alcanzarlos y el hecho de tener claro los renunciamientos que implicará el cumplimiento del camino definido. El camino tendrá seguramente alteraciones lo que derivará en correcciones del plan que es muy diferente a actuar sin plan.
Cuando aparecen las declaraciones de los deportistas que conquistaron cosas en estos juegos dedican agradecimientos sinceros y sentidos. No escuché resentimientos por los que no creyeron, solo dedicatorias a los que si creyeron, no escuché exabruptos ni insultos ¿estaremos aprendiendo algo? Empezaremos de una vez por todas a comprender que las casualidades son excusas que solo sirven para explicar el “no intentar”. Esto de que la victoria publica es precedida por una privada, ¿no se parece en algo a los que describen los alcanzadores de objetivos? Al revés no funciona, sino mira “Gran Hermano”.
Definamos sueños, planeemos el camino, ajustemos si es necesario, sepamos que vamos a pagar un precio y preparémonos para ganar o para aprender, o sea, siempre ganar, más aún si tenemos la sabiduría de disfrutar el proceso y agradecer siempre.
Ingeniero de planificación y control
8 añosHabría que agregar el caso del último argentino, el entrerriano Bruno, en finalizar el maratón. Acompañado del paraguayo Ayala. Camaradería sin dejar de lado el sueño.
Broker en Keller Williams Argentina
8 añosMuy bueno Claudio, sobre todo lo que mencionas acerca de tener presente los costos que deberemos asumir. Suelo distinguir éxito de gloria. Para mi el éxito esta más pegado a un resultado de tipo cuantitativo, mientras que la gloria, más independiente que el resultado concreto, tiene que ver con el proceso. es la sutil diferencia entre perder y que te ganen.
Business Coach & Marketing Director | Strategy and Business Advisor
8 añosAprender siempre, el ganar viene como Consecuencia del compromiso en el proceso. Buen artículo!
Comprador Sr en FISIA ITALIMPIANTI S.P.A.
8 añosMuy bueno Claudio