El poder de una narrativa: Occidente se derrumba y Putin construye un palacio sobre sus escombros.

El poder de una narrativa: Occidente se derrumba y Putin construye un palacio sobre sus escombros.

En este punto, muchos somos conscientes de la decadencia general que existe hoy en día en el mundo occidental, una decadencia que no solo ha contaminado las instituciones políticas, sino que también ha penetrado en el alma de los individuos, convirtiendo poco a poco a Occidente en un circo lleno de fenómenos.



La élite política ha esparcido y sembrado durante décadas un discurso que etiqueta a Occidente como una civilización opresora, machista, egoísta y colonizadora. Las políticas de identidad de género promovidas por gobiernos socialdemócratas, el transhumanismo, la agenda LGBTIQ+, la agenda feminista e incluso agendas pro-pedofilia y otras más, han calado en la masa y, por ende, en la sociedad, generando una difuminación del ser y un desbaratamiento de la sociedad tradicional tal como la conocemos.




«Lo que conocemos como la figura del hombre y la mujer, actualmente es una simple construcción social».




También podemos sumar la idiotización que se ha generado en la sociedad gracias al abuso de la tecnología, las redes sociales y la pornografía, que poco a poco han comenzado a convertir al individuo promedio en un ser carente de sentido, superficial, sin presencia, sobreestimulado y adicto al placer.




Líderes como, Joe Biden, Kamala Harris, Sánchez en España y Boric, son un claro ejemplo. Promueven la migración masiva, la islamización de Europa y la desintegración de la cultura de sus propios países. Por ello, no pueden considerarse líderes firmes o fuertes, pues apuntan a todo lo contrario: a la desintegración de la identidad, al relativismo moral y a la extinción del mundo tradicional.





«Uno de los momentos más alegres de mi carrera fue realizar los matrimonios en 2004. Realmente alegre. Nunca olvidaré cuando me detuve para ver a todas las familias de todas las configuraciones y pura alegría, pura felicidad».
«Uno de los momentos más alegres de mi carrera fue realizar los matrimonios en 2004. Realmente alegre. Nunca olvidaré cuando me detuve para ver a todas las familias de todas las configuraciones y pura alegría, pura felicidad».




Entonces, si los líderes occidentales solo tienen como interés la aplicación de estas agendas y el respeto por la autopercepción de género y toda clase de “estupideces”, ¿cómo crees que somos percibidos por sociedades más tradicionales y fuertes?




¿Qué haría un líder que pretende convertir a su país en una potencia mundial?




Aprovechar la debilidad de sus rivales.




Es la clave de la ventaja narrativa de Putin.




«Los dirigentes occidentales destruyen los valores tradicionales al revisar los principios morales, lo cual es antidemocrático, ya que va contra la voluntad de la mayoría de la población».



Piensa que la oportunidad reluce allí donde se ha renunciado a la responsabilidad.

- Jordan Peterson.


Cito al querido Jordan Peterson en esta ocasión y seguiré haciéndolo porque, justamente, es lo que Putin ha hecho para tomar la delantera en la batalla de las narrativas.




Aclaración necesaria: No soy pro-Putin; de hecho, estoy en contra de su invasión a Ucrania y lo considero un líder con principios cuestionables al apoyar a regímenes como los de Venezuela y Corea del Norte.



Prosigamos.



Putin tomó la iniciativa al ver la oportunidad, posicionándose como un líder fuerte y defensor de los valores tradicionales en un mundo donde otros líderes defienden lo contrario: la destrucción de la familia.




Esta es la clave de por qué Putin tiene la iniciativa y la ventaja en la batalla por las mentes y los corazones.




-«Atacan nuestra Iglesia ortodoxa y otros organismos relacionados con la fe. Destruyen las familias, quieren destruir la identidad. La pedofilia se convierte en una norma de su vida y los sacerdotes están obligados a bendecir matrimonios homosexuales».



Entiende que el mundo occidental está en decadencia, y es justamente este liderazgo que ha asumido lo que ha atraído a tantos líderes europeos y a tantas personas en el mundo.




Mientras los líderes occidentales luchan por promover sus agendas políticas homosexuales y se enfrentan a una crisis de identidad y de liderazgo, Putin trabaja en convertir a Rusia nuevamente en una potencia mundial.




(Y no hay ejemplo más claro que la creación de los BRICS y su alianza con China).




Esta narrativa que impulsa desde hace años ha tomado fuerza gracias a la caída de los valores y la cohesión social de Europa y Estados Unidos. Este colapso no solo fortalece el liderazgo de Putin, sino que le da una excusa perfecta para proyectar a Rusia como la antítesis de la decadencia occidental.




Podemos notarlo con muchísima claridad en su propaganda de guerra:





Putin se ha posicionado como el defensor de los valores tradicionales, y esto le ha ganado el respeto y la admiración incluso de algunos actores políticos de derecha, conservadores y nacionalistas, que ven en Rusia un bastión frente al relativismo cultural y la debilidad, incluso después de la invasión rusa de Ucrania.




Esta agenda cultural no es solo un símbolo; está estratégicamente diseñada para ganar aliados y promover la influencia rusa en los países occidentales, que están cada vez más fragmentados.




Le Pen, Salvini, Orbán y otros en el Movimiento de Nacionalistas Europeos, como el Partido de la Libertad de Austria y Alternativa para Alemania (AfD), también han tenido posturas críticas hacia la UE y han mostrado interés en un acercamiento con Rusia. Ven a Putin como un líder que defiende valores tradicionales y cristianos, en oposición a la liberalización social y al multiculturalismo. Sin embargo, esta simpatía en algunos líderes ha quedado en un segundo plano tras la invasión rusa a Ucrania como lo comenté anteriormente.


En conclusión, la falta de liderazgo occidental y el debilitamiento geopolítico de potencias como Estados Unidos y la propia Unión Europea, es el contexto perfecto para que salgan a relucir actores de poder como Putin.


¿Es justa la guerra que está llevando a cabo?



¿Qué opinas sobre su estrategia narrativa?


¿Consideras que Putin es el líder de la defensa de los valores tradicionales en Europa y el mundo?




Te leo.

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