El poder terapéutico de la risa.
Tal vez la risa es una de las acciones más olvidadas en el ámbito hospitalario en pacientes oncológicos menores de edad. A nivel personal la palabra hospital generaba en mí una sensación de miedo, soledad, tristeza y dolor; factores estresantes que acuerdo a la evidencia aumentan los síntomas y no aportan beneficio a los tratamientos. De acuerdo con Velázquez, L. (2015), la risa tienen muchos beneficios los cual menciono a continuación:
- Aparato muscular: reír mueve una gran parte de músculos del organismo, desde los del rostro (unos quince) hasta los de las extremidades inferiores, pasando por el diafragma y los músculos abdominales. La risa es entonces la más agradable y sencilla de las gimnasias. Veinte segundos de risa pueden aumentar las pulsaciones cardiacas y equivalen a tres minutos de intenso ejercicio físico.
- Aparato respiratorio: la risa limpia y libera las vías respiratorias superiores gracias a la expulsión forzada del aire de reserva. La tensión arterial disminuye y el aumento de los cambios pulmonares y de mezclanza hepática tiende a bajar el colesterol en la sangre: por eso la risa tiene también una función de prevención de la arteriosclerosis.
- Aparato digestivo: la risa mejora la digestión y es un método natural y eficaz contra el estreñimiento, porque provoca una notoria gimnasia abdominal gracias al movimiento del diafragma, estimulando el hígado, el páncreas y todos los órganos de la digestión.
- Aparato neuroendocrino: la risa libera las endorfinas cerebrales, las morfinas naturales que actúan contra el dolor. Las endorfinas tienen todas las ventajas de las sustancias analgésicas más no sus efectos secundarios.
- Aparato neurovegetativo: reír disminuye el estrés debido a la excitación del sistema simpático y lleva a la activación del parasimpático, asegura una regeneración del organismo, una mejoría del sueño y del funcionamiento de todos los mecanismos de auto curación del cuerpo.
- Aparato psíquico: la risa es un gran estimulante psíquico porque construye una barrera moral de optimismo, expulsa las pequeñas preocupaciones, las angustias, y provoca una verdadera desintoxicación moral.