El propósito en el trabajo: una lección del mito de Sísifo aplicada al entorno laboral
En un mundo laboral cada vez más exigente y cambiante, encontrar sentido y propósito en el trabajo es una necesidad para muchos de nosotros. Sin embargo, no siempre es fácil.
Recuerdo haberme encontrado muchas veces en esa situación hace unos años, en momentos de muchísima presión, pensando, "qué hago acá"??, ¿para qué hago lo que hago"? Y un buen día, intentando explicarle a mis hijas "¿qué hace mamá en su trabajo?", les dije "yo trabajo para ayudar a que las personas sean más felices en su trabajo". Y así, empecé a encontrar mi propósito, que me da fuerza para seguir cuando las cosas no ocurren según lo esperado.
A menudo, las tareas rutinarias y la presión constante por alcanzar objetivos pueden provocar una sensación de inutilidad, comparable al mito de Sísifo. Este personaje de la mitología griega, conocido por desafiar y engañar a los dioses, fue castigado con una tarea interminable: empujar una roca hasta la cima de una montaña, solo para verla rodar hacia abajo una y otra vez, forzándolo a repetir el proceso sin fin. Esta imagen simbólica refleja el agotamiento que puede surgir cuando el trabajo parece carecer de propósito o sentido, convirtiéndose en un ciclo de esfuerzo sin recompensa. Albert Camus utilizó esta metáfora en su ensayo "El mito de Sísifo" para reflexionar sobre el absurdo de la existencia, sugiriendo que el verdadero significado radica en encontrar satisfacción en el esfuerzo en sí mismo. Este enfoque se puede trasladar al ámbito laboral, donde el esfuerzo continuo puede convertirse en una fuente de realización personal cuando se alinea con los valores individuales y los objetivos corporativos.
El reto que enfrentan muchas personas es que las actividades cotidianas pueden percibirse como una serie de tareas sin trascendencia, lo que afecta negativamente su motivación y bienestar. Aquí es donde las organizaciones tienen una oportunidad clave: alinear los objetivos corporativos con los propósitos individuales de sus colaboradores, creando un entorno donde el esfuerzo se sienta valioso.
Todo trabajo tiene un significado que trasciende la remuneración, por más atractiva que esta sea (y por más rutinario o poco trascendente que el trabajo parezca). Si bien la mayoría de las personas trabaja por un ingreso económico, esto por sí solo no es suficiente; se necesita complementar con otras motivaciones.
Los colaboradores que encuentran un propósito personal en su trabajo no solo son más productivos, sino que también disfrutan de una mejor salud, mayor resiliencia y tienen más probabilidades de permanecer en la organización. Además, cuando su propósito se alinea con el de la empresa, los beneficios son aún mayores, incluyendo un mayor compromiso, lealtad y disposición para recomendar la organización a otros (lo que impacta en la creación de la Marca Empleadora).
¿Es posible encontrar el propósito a partir del trabajo?
No cabe duda de que el trabajo influye profundamente en la vida de las personas. El propósito o misión de una organización representa el principal medio por el cual puede ejercer esa influencia; es el único aspecto del propósito que las empresas pueden "controlar". Al definir un propósito corporativo que considere el rol de la organización en la sociedad y su contribución al bienestar común y al ofrecer a los colaboradores oportunidades para reflexionar sobre el impacto de la organización, se puede lograr una alineación entre el propósito personal y el corporativo.
Además, las empresas pueden influir en este alineamiento mediante la mejora del clima organizacional y la cultura interna, fomentando la inclusión, el bienestar y la experiencia del empleado y rediseñando el trabajo para que tenga mayor sentido. Los líderes y las áreas de Gestión de Personas juegan un papel clave en la creación de una cultura que permita a los colaboradores encontrar significado en lo que hacen. No se trata solo de diseñar incentivos o implementar políticas de bienestar, sino de crear una conexión más profunda entre la persona y la misión de la organización.
Aquellas empresas que cuentan con una misión clara y valores auténticos (no los que están escritos en la pared y nadie recuerda) pueden ayudar a sus colaboradores a vincular su propósito personal con el propósito corporativo. Si la organización promueve una causa o ideal que resuena con los intereses personales de sus colaboradores, es más probable que estos encuentren satisfacción en sus tareas diarias. Los líderes pueden facilitar esta alineación a través de programas de desarrollo personal, talleres de capacitación y espacios de reflexión que ayuden a los empleados a integrar sus valores personales en la misión de la empresa.
Investigaciones como la Teoría de la Autodeterminación de Deci y Ryan, o el Job Characteristics Model de Hackman y Oldham, sugieren que las personas son más felices y productivas cuando sienten que tienen control sobre su trabajo. Dar a los colaboradores mayor autonomía, permitiéndoles tomar decisiones y asumir responsabilidades, puede ayudarles a sentir que su trabajo tiene un impacto real. Asimismo, proporcionar espacios para la creatividad y la innovación transforma las tareas repetitivas en oportunidades para desarrollar habilidades y aportar nuevas ideas.
Por otro lado, un estudio de McKinsey, que encuestó a más de 1.000 trabajadores en los Estados Unidos, reveló que el 70% de ellos define su sentido de propósito a partir de su trabajo. Sin embargo, la investigación también destacó diferencias significativas en cómo los trabajadores de primera línea se sienten apoyados o frustrados, respecto a la realización de su propósito en comparación con otros grupos.
Uno de los "mensajes" del mito de Sísifo es que, aunque la vida está llena de desafíos, el verdadero valor está en continuar empujando la roca. En este contexto, es esencial que las organizaciones reconozcan y celebren no solo los logros, sino también el esfuerzo y compromiso que los colaboradores ponen en el proceso. Crear una cultura que valore el esfuerzo y no solo los resultados permite que las personas se sientan reconocidas, incluso en momentos de dificultad, reforzando su sentido de pertenencia y propósito.
Cuanto más una organización comprenda los propósitos individuales de sus colaboradores, mejor podrá diseñar estrategias que alineen estos propósitos con los de la empresa. A medida que esta alineación se fortalezca, mayor será la satisfacción del empleado. Cuando los propósitos de ambas partes coinciden, la organización tiene más posibilidades de que sus colaboradores encuentren un sentido de propósito en su trabajo y se sientan más conectados con la misión corporativa. Siguiendo la encuesta de McKinsey, cuando los trabajadores de cualquier nivel sienten que su trabajo satisface su sentido de propósito, los resultados laborales y personales tienden a ser entre dos y cinco veces más altos que aquellos que se sienten insatisfechos.
¿Cómo vincular el propósito del trabajo con las prácticas de Gestión de Personas?
La encuesta de McKinsey reveló una diferencia significativa cuando se preguntó a los colaboradores si sentían que estaban alcanzando su propósito a través de su trabajo diario. La brecha entre los ejecutivos y el resto del personal fue grande: mientras que el 85% de los ejecutivos y altos directivos afirmó que encontraba propósito en su trabajo, solo el 15% del personal restante estuvo de acuerdo con esta afirmación. Casi la mitad de estos colaboradores no compartió esa percepción, en contraste con un porcentaje muy reducido entre los altos directivos. Estos datos sugieren que, probablemente, los líderes no están priorizando el propósito entre sus equipos, ya sea porque no lo consideran un aspecto relevante o porque no saben cómo abordarlo.
Entonces, ¿cómo pueden las organizaciones comenzar a recorrer este camino hacia una mayor alineación de propósito? Algunas sugerencias:
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2. REÚNASE CON SUS COLABORADORES Incorpore el propósito de la organización en las conversaciones cotidianas, comenzando por los líderes. Cuando los colaboradores tienen la oportunidad de reflexionar sobre su propio propósito y cómo éste se alinea con la misión de la empresa, se generan cambios positivos. Este proceso de reflexión puede fortalecer el vínculo entre los colaboradores y la organización, promoviendo un sentido de pertenencia y compromiso.
3. REVISE LOS ESTILOS DE LIDERAZGO Evalúe el tipo de liderazgo que predomina. ¿Qué tipo de líderes se están desarrollando? ¿Se sienten los colaboradores cómodos compartiendo sus inquietudes personales con sus líderes? ¿Existe una cultura de seguridad psicológica que les permita expresarse sin miedo? Estos factores son clave para construir un entorno donde las personas se sientan valoradas y conectadas con su propósito.
4. AYUDE A LAS PERSONAS A ENCONTRAR SU PROPÓSITO El rol de los líderes y del área de Gestión de Personas es acompañar a los colaboradores en la búsqueda de su propósito. Esto no solo les permitirá sentirse más motivados y comprometidos, sino que también fortalecerá la cultura organizacional, creando un entorno en el que cada persona pueda desarrollar su potencial y encontrar sentido en lo que hace.
La encuesta de McKinsey revela que el 63% de los empleados desea que sus empleadores les ofrezcan más oportunidades para encontrar un propósito en su trabajo diario.
Cuando los colaboradores entienden el "por qué" y el "para qué" de su labor, su actitud cambia de manera notablemente positiva. Conocer el impacto de su esfuerzo en el resultado final genera una profunda sensación de gratificación y motivación. Como resultado, se incrementa de forma natural el compromiso de los empleados, así como su capacidad para enfrentar situaciones adversas.
Otras investigaciones respaldan esta perspectiva: los empleados que perciben un propósito claro en su trabajo, alineado con sus valores personales, tienden a experimentar mayores niveles de satisfacción y compromiso. Además, la autonomía y la capacidad de tomar decisiones no solo aumentan la motivación, sino que también reducen el agotamiento profesional. Reconocer el esfuerzo continuo y la resiliencia de los colaboradores fortalece su compromiso y refuerza su sentido de pertenencia.
A medida que las organizaciones comprendan el propósito individual de sus colaboradores, podrán diseñar estrategias que alineen estos propósitos con los objetivos corporativos. Cuanto más cercana sea esta alineación, mayor será la satisfacción y la experiencia. A medida que los propósitos personales y empresariales coincidan, las organizaciones tendrán mayores posibilidades de que sus colaboradores busquen y esperen encontrar un propósito más profundo en su trabajo, conectándose más fuertemente con la misión de la empresa.
Aún hoy, la palabra "disfrute" parece estar en conflicto con la palabra "trabajo". Sin embargo, desarrollar políticas y estrategias que permitan a las personas disfrutar de su labor y encontrar propósito en ella es cada vez más crucial. Diseñar e implementar prácticas que promuevan este enfoque centrado en las personas es un paso esencial. Para lograrlo, es fundamental contar con líderes que sean capaces de inspirar y guiar a sus equipos en la búsqueda de ese propósito.
Despertar el sentido en el trabajo: transformando la roca de Sísifo
En algún momento, muchas personas pueden sentir que sus tareas diarias son repetitivas o carecen de sentido, como le ocurría a Sísifo con su roca. El concepto del "absurdo" de Camus ilustra esta sensación: el contraste entre nuestra búsqueda de significado y un mundo que a menudo parece indiferente. Sin embargo, la clave está en ayudar a los colaboradores a descubrir un propósito o significado personal en sus actividades diarias, fomentando un entorno en el que perciban que su trabajo contribuye a algo más grande, ya sea a nivel individual, de equipo o de impacto social.
Para lograr esta conexión, las empresas deben promover la alineación entre los valores de cada persona y los de la organización, impulsando proyectos que resuenen con el deseo de trascender o generar un impacto positivo en los demás.
El mito de Sísifo es una poderosa metáfora de la condición humana que, aplicada al trabajo, nos recuerda la importancia de encontrar sentido en nuestras acciones, incluso cuando el esfuerzo parece interminable. Camus lo utiliza para reflexionar sobre el absurdo de la vida y el esfuerzo humano, y sugiere que la satisfacción se puede encontrar en el propio acto de luchar, aunque el fin no sea siempre claro o gratificante.
Desde esta perspectiva, el trabajo puede dejar de ser una carga repetitiva y transformarse en una fuente de satisfacción y realización personal. Para los profesionales de Gestión de Personas, esto significa crear entornos laborales que ayuden a las personas a conectar con un propósito en lo que hacen, reconociendo tanto los grandes logros como los pequeños avances, y fomentando una cultura en la que el camino y la resiliencia sean valorados y celebrados.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA