La importancia de un protocolo familiar en las empresas

Las empresas familiares enfrentan desafíos únicos que requieren una visión a largo plazo y estructuras de gobernanza sólidas. Uno de los principales expertos en este tema, Ivan Lansberg, considera el protocolo familiar como un pilar fundamental para la supervivencia y el éxito intergeneracional de las empresas familiares.

En su obra “Succeeding Generations: Realizing the Dream of Families in Business”, Lansberg destaca que el protocolo familiar debe ser una herramienta flexible y adaptativa, capaz de evolucionar junto con la familia y el negocio.

Según Lansberg, un protocolo no es solo un conjunto de normas, sino un “contrato emocional” que ayuda a alinear los objetivos de la familia con los de la empresa. Establecer este tipo de acuerdos no solo garantiza la continuidad del legado, sino que fortalece los lazos familiares al definir las bases de una comunicación honesta y respetuosa.

Lansberg argumenta que, en empresas donde existen múltiples generaciones, el protocolo familiar actúa como una “brújula” que guía tanto las decisiones empresariales como los vínculos afectivos.

Otro aspecto central que Lansberg señala es la preparación de las nuevas generaciones. Un protocolo bien diseñado no solo define las reglas de sucesión, sino que prepara a los futuros líderes para entender y asumir sus roles dentro del negocio familiar. Al establecer criterios claros y expectativas realistas, se minimizan los conflictos y se fortalece el compromiso con el legado familiar.

Contar con un protocolo familiar no solo aporta claridad y orden; también es una inversión en la estabilidad y armonía de la empresa a largo plazo. La visión estratégica y el respeto mutuo se convierten en la base de un negocio familiar próspero.

Iván Lansberg en su libro “Succeeding Generations” brinda una guía integral para familias empresarias, proponiendo estrategias específicas para superar los desafíos de la continuidad y preservación del legado, ayudando a asegurar una transición armoniosa y sostenible entre generaciones.

1. El Reto de la Continuidad Generacional

Lansberg explica que uno de los desafíos más grandes para las empresas familiares es la sucesión generacional. Estudios muestran que más del 70% de estas empresas no sobreviven a la segunda generación, y menos del 15% lo logran hasta la tercera. Este alto índice de fracaso se debe a conflictos familiares, falta de preparación de la siguiente generación y una planificación inadecuada de la sucesión.

El autor señala que la continuidad solo es posible si se reconocen los conflictos inherentes y se establecen medidas para abordarlos, como una planificación anticipada, conversaciones abiertas sobre el futuro y un enfoque en el desarrollo de líderes en la próxima generación.

2. El Protocolo Familiar como Pilar de la Gobernanza

Lansberg enfatiza que el protocolo familiar es un componente fundamental para gestionar las relaciones y expectativas dentro de una empresa familiar. Define el protocolo como un “contrato emocional” que establece los derechos, roles, responsabilidades y expectativas de los miembros de la familia. Este documento ayuda a clarificar el papel de cada individuo en la empresa, regula cómo se deben manejar los conflictos y formaliza el compromiso de todos con la visión y valores familiares.

Es importante destacar que un protocolo bien diseñado fomenta la transparencia y crea una cultura de confianza, y debe revisarse y adaptarse continuamente a medida que la familia y el negocio evolucionan.

3. Los Tres Sistemas: Familia, Empresa y Propiedad

Lansberg introduce el modelo de los “tres sistemas” para ayudar a las familias a entender y gestionar las complejidades de sus empresas. Los tres sistemas (familia, empresa y propiedad) tienen objetivos y dinámicas distintas que a menudo pueden entrar en conflicto:

• Familia: Las prioridades familiares suelen ser emocionales y están orientadas a mantener la unidad y la armonía. Los roles se asignan en función de los lazos y vínculos personales.

• Empresa: La empresa se rige por objetivos financieros y estratégicos. Aquí, los roles y responsabilidades deben asignarse en función del mérito y las habilidades de cada persona.

• Propiedad: La propiedad trata de temas relacionados con los derechos de los accionistas y la rentabilidad de las inversiones. Aquí entran temas de gobernanza como el reparto de utilidades y el valor de las acciones.

Lansberg destaca que estos sistemas deben gestionarse de manera que sus objetivos se mantengan en equilibrio. Para ello, las familias deben identificar posibles conflictos y trabajar en mecanismos de resolución que respeten tanto las dinámicas familiares como los intereses empresariales.

4. La Preparación de las Nuevas Generaciones

La formación de la próxima generación es esencial para el éxito y la continuidad de la empresa familiar. Lansberg recomienda que la familia incluya a los miembros jóvenes en actividades tanto empresariales como familiares desde temprana edad, fomentando su sentido de identidad con el legado familiar. Además, Lansberg sugiere que estos futuros líderes deben recibir una educación formal y experiencia externa, que les permita adquirir las habilidades y conocimientos necesarios. También es importante que desarrollen un liderazgo ético y comprometido, lo que se logra a través de un acompañamiento adecuado y de la transmisión de valores fundamentales.

5. Roles Claros y Transparencia en la Sucesión

Lansberg aboga por un plan de sucesión formal y transparente. Argumenta que la falta de claridad y estructura en la sucesión es una de las principales causas de conflicto en las empresas familiares. Para evitar problemas, el proceso de sucesión debe establecerse de forma temprana e incluir criterios claros sobre cómo los miembros de la familia pueden ascender a roles de liderazgo. También sugiere un cronograma de transición, en el que los futuros líderes se preparen adecuadamente y donde se eviten cambios abruptos que puedan desestabilizar la empresa. La transparencia en este proceso ayuda a reducir la ambigüedad, alinear expectativas y minimizar los conflictos.

6. Importancia de los Consejeros Externos

Lansberg sostiene que las empresas familiares pueden beneficiarse enormemente de contar con consejeros externos, quienes aportan objetividad, experiencia y un enfoque profesional en la toma de decisiones. Los consejeros externos ayudan a superar la “ceguera de grupo”, un fenómeno en el que los miembros de la familia pueden perder objetividad debido a su cercanía emocional con el negocio. Además, estos consejeros pueden mediar en los conflictos y ofrecer soluciones imparciales, mejorando así la profesionalización y la efectividad de la gobernanza. Lansberg recomienda que las empresas familiares consideren incluir consejeros externos en sus juntas directivas y comités de familia para fortalecer la toma de decisiones y proporcionar una guía imparcial.

7. Preservación de la Cultura y los Valores Familiares

Un aspecto que Lansberg enfatiza es la importancia de preservar la cultura y los valores familiares, ya que estos son el “pegamento” que mantiene unida a la familia en torno al negocio. A medida que la empresa crece y se incorporan nuevas generaciones y miembros externos, es crucial que los valores familiares se mantengan claros y sean parte de la identidad corporativa. Lansberg sugiere realizar reuniones familiares periódicas y crear espacios para compartir la historia y los principios que guían la empresa. Este enfoque no solo fortalece la cohesión familiar, sino que también refuerza el compromiso de cada generación con el legado empresarial.

Lansberg destaca que el éxito de las empresas familiares a lo largo de generaciones no depende únicamente de su rendimiento financiero, sino de su capacidad para establecer una estructura sólida de gobernanza, preservar su cultura y valores y crear una cultura de confianza y transparencia.