El refranero español y el miedo al cambio

El refranero español y el miedo al cambio

 El otro día tuve una conversación con mi abuela y cuando le comenté que tenía que tomar una decisión importante respecto al trabajo ella me respondió - ¡uy hija! más vale pájaro en mano que ciento volando.

Su respuesta me dio que pensar sobre los refranes y todas las creencias que hacemos nuestras nos limitan en nuestras decisiones. Y me llamo especial atención los refranes que hacen referencia al cambio. Cambiar perro por gato nunca sale barato, aunque la mona se viste de seda mona se queda y - mi preferido - Más vale malo conocido que bueno por conocer. Ninguno de ellos fomenta el cambio.

El cambio implica salir de nuestra base segura en la que lo controlamos todo para adentrarnos en el camino oscuro de la incertidumbre.


Lo único constante en nuestra vida es el cambio.


Tenemos miedo al cambio porque hemos construido nuestra vida entorno al miedo y la inseguridad. Vivimos una zona de comodidad, donde igual no estamos muy satisfechos, pero tenemos mucho miedo a perder eso que nos ha costado tanto conseguir. Un empleo estable o una relación de pareja. Estamos aterrorizados con perder y tampoco hay garantías de que el cambio nos vaya a aportar una ganancia igual o superior a lo que tenemos.

Tenemos atrofiado el músculo de la intuición porque seguimos el camino que nos han marcado sin cuestionarlo. Vamos al colegio, después a la universidad, encontramos un buen trabajo, nos casamos y tenemos hijos, y de repente llegamos a los 30 o a los 40, si tienes suerte, y te paras a observar tu vida y te preguntas ¿Qué es esto? ¿Qué he estado haciendo? ¿De verdad esto era lo que quería o esperaba para mi vida? y te encuentras perdido.

Entonces entramos en esa dicotomía - no quiero perder lo que tengo aunque no sea la leche, pero estoy sufriendo.

¿Qué pasa cuándo llegamos a este punto? Ni más ni menos que valoramos el cambio en función del coste/beneficio. Ponemos en una balanza el dolor que sentimos quedándonos como estamos y en la otra parte el dolor que supone adentrarnos en ese agujero negro de incertidumbre y provocar el cambio.

Cuando se produce el cambio, cuando no cambiar las cosas nos es mucho más costoso que cambiarlas.

Cuando te plantees cualquier cambio y sientas miedo, observa ese miedo y analízalo. Averigua cuales son las creencias que lo desencadenan y hazte consciente de lo que te limita para poder cambiarlo.

Los refranes o cualquier creencia que hayas hecho tuya sólo son excusas detrás de las que tu mente se esconde para no asumir que tú eres responsable de tu vida. Porque al final es más fácil echar balones fuera (yo no cambio porque no me dejan) que asumir que tú eres dueño de tu vida y sólo tu tienes la responsabilidad de cambiar.


Tus creencias no están hechas de realidades. Es tu realidad la que está hecha de creencias.
- Richard Brandler -


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