EL SECRETO DETRÁS DE LAS MEDALLAS

Guatemala entera estuvo pendiente de desenlace de las finales de tiro disputadas el 30 y 31 de agosto.  Finalmente, con la victoria de Adriana Ruano, todos gritamos de júbilo y lloramos de la emoción al ver izado nuestro pabellón y escuchar nuestro himno nacional.  La medalla de oro lograda por Adriana Ruano marca un hito en la historia deportiva del país.   La alegría por el oro se suma a la del día anterior cuando J. P. Brol también logra una impresionante medalla de bronce.  Hoy, tanto Adriana como Jean Pierre, son verdaderos héroes nacionales.  A través de sus éxitos unieron a los guatemaltecos y nos han convencido de que el máximo premio si se puede alcanzar.

 

El deporte que ambos practican es “individual”, pero la transmisión nos mostró el a los padres de los atletas, a sus entrenadores y a su equipo apoyándoles.  Todos ellos son parte integral del éxito y son imprescindibles en la conquista de las medallas.  Se confirma que el alcanzar una meta nunca es una aventura individual, sino es el fruto de un trabajo coordinado y disciplinado de un equipo completo.  En la mayoría de los casos, el éxito o la solución de un problema se logra mediante equipos multidisciplinarios que trabajan de una manera disciplinada e integrada sin jerarquía.  Equipos que permiten la inclusión de todo tipo de trabajador y donde se escucha a todos por igual.  Finalmente, el líder del equipo toma la decisión y todos lo respaldan para ejecutarla. 

 

El secreto detrás de las medallas es que el éxito siempre resulta de una colaboración exitosa.  El mismo secreto se aplica no solo al deporte, sino a las empresas e industrias, a la familia e incluso al gobierno.

 

El Estado integra tres poderes que son el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.  Se cuenta con la separación de estos para que existan contrapesos y se eviten los excesos.  Sin embargo, no significa que sean “independientes” ya que es imprescindible la coordinación de sus acciones y la colaboración entre los tres para lograr un ambiente favorable a la inversión y al desarrollo integral del país. 

 

Lamentablemente los recientes ataques entre el MP y el Ejecutivo nos demuestran claramente que en Guatemala no existe tal colaboración.  No hay un plan de gobierno a largo plazo que trace la ruta a seguir y cada poder del Estado va por su lado, con su propio rumbo.  Nos hace falta la cohesión que tienen los equipos de las empresas o los que respaldaron a nuestros atletas para ganar sus medallas.  Nos hace falta el deseo de desinteresada colaboración entre los tres poderes y la población para combatir juntos la corrupción y lograr que el país finalmente emprenda la ruta para salir del subdesarrollo.

 

El camino es largo y difícil, pero sin el deseo de colaborar, estamos condenados a nunca iniciar.  Lo que ocurre actualmente en las altas esferas del Estado es prueba del egoísmo y territorialidad que tiene cada poder.  Aparentemente, ninguno se interesa realmente por Guatemala sino su afán es mantener y si posible incrementar, su cuota de poder bajo el argumento de proteger la constitución.  Por ello llevamos ya siete meses de pugna entre el Ejecutivo y el MP.  Ya son siete meses durante los cuales el Legislativo rechaza cualquier iniciativa del Ejecutivo y parece que solo desea bloquearlo.  Los mismos siete meses en donde hemos visto al Organismo Judicial proteger a corruptos.  Hoy, cada poder actúa de manera totalmente independiente sin el mínimo interés de colaborar para el bienestar de la población.

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