El talento de hoy busca nuevas experiencias
Del malestar a la realidad
Las empresas se encuentran en un punto en el que ya empiezan a entender a las nuevas generaciones. Si bien recordamos, hace apenas unos 7-10 años nos topábamos con el gran malestar llamado "Millennials". No obstante, por más inconformidad que pudiera llegar a causar la diferencia de pensamiento e ideologías de una generación liderando, hacia otra (Millennials) que iba llegando, la realidad es que era cuestión de tiempo para que los papeles se invirtieran y ahora esta nueva generación de incomprendidos liderara las empresas.
Un gran choque generacional siempre estuvo relacionado a la experiencia dentro de las empresas, las ambiciones y el valor que podrían recibir a cambio de su trabajo. La era de los beneficios y la compensación como motor empresarial estaba en plena evolución y pocos son los que abrieron los ojos y ahora conquistan el mercado de talentos. El talento de hoy busca nuevas experiencias.
Es por eso que en esta ocasión no enfocaremos en "La Experiencia" como eje de atracción y retención del talento.
Las empresas siempre han trabajado con filosofías orientadas al cliente; "al cliente lo que pida", "el cliente manda", "la atención al cliente es la que nos diferencía de la competencia" etc. etc. Sin embargo, son pocas las que ven a su gente y sus talentos como un cliente más. Esa orientación hacia el mercado, pocas veces se ve reflejada hacia el interior y los esfuerzos que se hacen, no son reconocidos pues no se hacen con una filosofía real de que el talento también debería ser considerado un usuario final para la empresa en la que trabajan.
Hay muchas experiencias dentro de las empresas que pueden impulsar el valor de trabajar en las mismas y, como todo, hay presupuestos que se ajustan a cada empresa. Pero sin duda, existen posibilidades para todos. Les pongo el ejemplo de la heladería que integró a toda una zona y la volvió una comunidad.
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Un caso de exito y muchos colaboradores contentos.
En 2021 en un proyecto en conjunto con una heladería mexicana ubicada en la ciudad de Tijuan, BC, inició un programa para otorgar descuentos entre sus vecinos de establecimientos, entre los cuales, se encontraban cafeterías, restaurantes, locales comerciales y tiendas de diferentes servicios. El programa consistía en entregar una tarjeta a cada uno de los trabajadores y dueños de los diferentes locales de la zona para que tuvieran una experiencia única en sus tiempos libres y de descanso. Que la gente que trabajaba ahi y se conocía, pudiera acceder a una promoción en todos los establecimientos a la redonda. Esto generó un ambiente de camaradería y comunidad entre los empleados y dueños haciendo que el modelo, no sólamente fuera un exito financiero pero generara beneficios altísimos para la retención y atracción del talento a la compañía y la zona.
Este es un ejemplo claro de por qué el talento también debería ser considerado un usuario final para la empresa en la que trabajan.
Como este podríamos exponer muchos beneficios generados a través de las experiencias hacia los colaboradores. Algunos de impacto directo como la heladería y otros de impacto indirecto en la satisfacción del colaborador (usuario) que se traduce en mayor productividad, mucha más motivación y una energía grupal. ¿Qué no es eso lo que buscan las empresas? ¿Mayor satisfacción al cliente, más engagement con los usuarios y una comunidad más grande de clientes que se traduzcan en ventas?
Preguntas que te haríamos en GLI
¿Cómo está tu experiencia como usuario de la compañía en que trabajas?
¿Qué acciones estás tomando como líder de una compañía para impulsar realmente estas actividades?