¿El tamaño importa?

El título completo sería “¿El tamaño de tu red importa?”, pero me he tomado la licencia literaria para captar un poco tu atención.

Debido a que hace poco he anunciado en redes sociales que he llegado a 19.000 contactos en LinkedIn, escribo esto a modo de carta abierta ya que muchos me han preguntado cara a cara a cuántos conozco y si son contactos de calidad.

¡Toma ya! ¿Que a cuántos conozco? ¿Qué es conocer una persona? ¿Solo cuenta si has convivido con ella? Entiendo que los familiares si cuentan, pero ¿hasta qué grado de consanguinidad? He trabajado con unas cuantas personas en la misma empresa durante casi 17 años pero en provincias diferentes, por lo que el contacto se limitaba a teléfono (no existía Skype) o a una reunión trimestral. Hace 8 años que ya no trabajo con ellos y solo coincido con ellos una vez al año en una comida. ¿Cuentan como conocidos? ¡Claro que sí! ¡Les tengo por amigos!

Muchos de los que estáis leyendo esto sabéis que nuestra relación empezó por un contacto más o menos frío en LinkedIn, o quizás por Twitter e incluso con alguno he empezado la relación desde Instagram. Con la mayoría me he intercambiado mensajes que se suelen iniciar desde la mera cortesía y a veces hemos avanzado hacia propuestas de colaboración llegando a hacer negocios en algunas ocasiones. Pero los que estáis en el porcentaje altísimo que me he intercambiado pocos mensajes y no hemos llegado a “nada”, ¿no creéis que un poquito sí nos conocemos? Porque digo yo, y poneros en modo analógico, cuando en vuestra vida laboral o profesional alguien está buscando el contacto de alguien, ¿no tiráis de referencias de otros y muchas veces os sirven sin contrastar mucho más? Fulanito me ha dicho que conoce a un fontanero que le arregló el grifo a Menganito… Pues aplica esto en el entorno de red social profesional como LinkedIn y verás la importancia de ampliar la red.

De todas formas, quizás tú seas de esos que cuando van a un evento (encuentro, conferencia, acto social, curso, reunión con clientes o proveedores) y conocen a alguien con el que charlan un rato y ese les da una tarjeta de visita, tú casi nunca das la tuya porque casi nunca llevas encima o prefieres no entregarla, no sea que ese alguien te escriba o te llame y te de la “chapa”… Si eres esos, eres lo que yo llamo un “divo” y es mejor que no sigas leyendo, porque este artículo no es para ti. Alguien que en general es reacio a dar tarjetas de visita es muy difícil que tenga deseos de ampliar el número de contactos de una red social profesional.

Si alguna vez te has hecho la pregunta de si deberías aceptar a alguien que te manda una invitación de contacto para una red profesional, piensa en cómo actuarías en un encuentro sectorial analógico y si le darías tu tarjeta. Y por favor, que dar una tarjeta o aceptar a alguien en LinkedIn, no implica acostarse con él.

Luego viene eso de si son de calidad. Los “expertos” entienden por contacto de calidad si tiene un puesto directivo decisor en el sector que tú tienes interés en vender algo, sea un producto o tu empleabilidad. Los que buscamos personas concretas en nuestra red de LinkedIn muchísimas veces llegamos a la persona adecuada a través de otras que nos lo referencian sin estar ellas directamente en el sector que teníamos interés. ¡Que la gente tiene primos, amigos, excompañeros de trabajo…!

Bueno, ya me he quedado a gusto.

¿Te queda claro que el tamaño sí que importa?