El trabajo invisible y el visible
Algunas hacemos el trabajo visible y el otro el invisible: cocinar milanesas, barrer las migas, lavar uniformes, hacer las compras, preparar loncheras, practicar las canciones para el concert y montar guardia cuando hay zafarrancho de otitis. Es un tiempo invertido que no se recupera. Nosotras dedicamos màs tiempo que otros compañeros a tareas no remuneradas que nos alejan de la investigaciòn y nos ralentiza de un posible ascenso profesional. Esta trampa de "trabajo domèstico" no cuenta para promocionar o progresar en el àrea acadèmica. El mayor factor es cuando la mujer trabaja afuera ademàs en su casa es el "tiempo".
Cuanto màs poder màs tenemos para negociar a què destinamos nuestras horas y nos resistimos al control. Los hombres en cambio, se siguen valorando màs porque pueden hacer cantidad de horas de trabajo y por eso tienden a mayor competitividad. Nosotras, en su mayorìa, ocupamos puestos de menor responsabilidad. Puede que llegue el momento de dejar de mirar hacia el otro lado y contar los frenos que sufrimos.
Hay un desequilibrio en el reparto de funciones y los datos asì lo muestran porque los lìderes de investigaciòn son varones que a su vez asignan a tomar mujeres para que asuman un rol màs pasivo. Hay que medir en què momento se produce la brecha de gènero.
Tres de cada cuatro empresas que promovieron mujeres a cargos directivos registraron un beneficio del cinco al veinte por ciento segùn la Organizaciòn Internacional del Trabajo (O.I.T.). Tambièn un cincuenta y cuatro por ciento de las firmas indicò que habìan notado mejoras en la materia de creatividad, innovaciòn y apertura.
Por supuesto que hay marginaciòn a las fèminas en la literatura acadèmica porque se refleja en los casos de estudio que recogen los libros; por ejemplo el caso de Harvard Business School (una de las mejores del mundo) el diez por ciento se refieren a hablar de negocios impulsados por mujeres.
No es justo que las tareas de cuidado sea un rol excluyente; los hombres son padres, hijos y nietos para tener la responsabilidad de poder asumir roles de atenciòn. Todo esto es un cambio cultural a largo plazo que depende de la educación recibida (¡madres de varones pónganse las pilas!) tambièn a partir de los reclamos colectivos se està contribuyendo a la modificación de la representatividad de la mujer trayendo cambios positivos.
Soy mujer, soy madre, fui hija, soy cocinera/repostera, soy decoradora, soy niñera, soy enfermera, soy abogada y defensora, soy consejera, no tengo vacaciones, no tengo permiso para enfermarme, no tengo sueldo, trabajo de noche y de dìa, no salgo en la tele, trabajo fuera de casa en una oficina bancando que me paguen menos; atràs quedò el concepto de ser la super - woman, los maridos tambièn son co-responsables de la familia y el mantenimiento del hogar. Y aùn asi escucho la frase. "-Què haces todo el dìa".-
Ser ama de casa hoy suele ser un parèntesis en la vida de las mujeres. Hay que cuidarnos para nuestro bien y la de nuestra familia. Por eso, asì digo: tareas compartidas, empatìa y permeabilidad ya que años atràs esto hubiera sido impensable.
Carina Vattay