EL "VALOR" DE LA MEDIOCRIDAD.

EL "VALOR" DE LA MEDIOCRIDAD.

 

Poder determinar los niveles de Mediocridad qué se puede tener en el transcurso de la vida, no es tarea fácil, más aún si partimos de la premisa que la mediocridad siempre de manera constante tiene una carga de inmensa negatividad en nuestra sociedad y seguramente vemos mucha más mediocridad en nuestro entorno que en nuestro interior.

Si nos enfocamos en la semántica de la palabra, la mediocridad como concepto se ha utilizado de distintas maneras en la historia, logrando también variados usos, pero nunca de manera tan “Simplona” como la utilizamos hoy.  

Convengamos que no solo las personas pueden ser mediocres, también los equipos, los países, las sociedades, los proyectos, las formas de pensar, las relaciones, ser mediocre supone estar en el promedio, en definitiva, ser mediocre es ausencia de valor, entendiendo que existe un valor universal en donde todos sabemos que vale cada “cosa”.

Veamos entonces, lo invito a responder íntimamente cada una de estas preguntas, ¿Es usted como sociedad chilena un mediocre?, ¿es su equipo de futbol favorito o el equipo de venta que integra mediocre?, ¿Su emprendimiento está basado en expectativas que pueden ser consideradas como mediocre?, ¿La queja constante sobre su trabajo y su sueldo sin acción ni modificación alguna, es una forma de pensar mediocre? ¿Su relación amorosa y/o con sus hijos podría ser considerada como un vínculo mediocre por otros?, ¿Sus gustos musicales que siguen siendo los mismos estos últimos 30 años, pueden ser considerados como mediocres? ¿tener temor a cambiarse de un trabajo que no le gusta, puede ser una omisión propia de la mediocridad?

Las respuestas personales que ha dado a cada una de las preguntas es probable que empiecen a generar una serie de reflexiones por parte de usted del todo complejas, que permitirían en mayor o menor medida fundamentar cada una de ellas. ¿eso le alcanzaría para sacarse el adjetivo de mediocre? o quizás piense que ninguna de las preguntas anteriormente consignadas tiene que ver con mediocridad, sino con circunstancias de su vida y que no merecen ser juzgadas de manera tan liviana sin conocer su recorrido, es decir sin ponderar “Los zapatos” utilizados en su andar. Si piensa de esta manera, está en lo correcto.

Mi pretensión desde este punto de vista no es redactar una defensa o un valor positivo a la mediocridad, estoy muy, pero muy lejos de eso, pues cuando título el “Valor de la mediocridad” pienso en como juzgamos y reducimos de mediocre a quien no logre el “Éxito material” que nosotros pensamos como significativo, pero no relevamos a quien represente  valores tales como el esfuerzo, el sacrificio, el enfrentar las limitaciones y a pesar de ello salir adelante, capaz así todo siga siendo mediocre para todos.

La mediocridad existe, sin lugar a duda y es una característica tercermundista despreciable y de la cual debemos lidiar a diario en nuestro quehacer, sobre todo cuando existen oportunidades y condiciones necesarias sin ser aprovechadas.

Pero debemos tener cuidado, no se trata del logro de dinero, sino es mucho más complejo (al igual que sus respuestas a las preguntas señaladas anteriormente), se trata de valores pues para mi la mediocridad tiene que ver con quien no es capaz de vivir según lo que cree.

No tener en cuenta el desde donde “Nos Iniciamos”, es no reconocer el valor del camino transitado del prójimo, es por ello que la mediocridad no tiene que ver hasta donde llegamos, sino desde donde partimos y cuanto recorrimos, del cómo se construye el propósito a pesar de la adversidad, y eso es tan íntimo y propio como las reflexiones que te invite a realizar.

La noción de mediocridad en consecuencia es relativa y se expresa en dimensiones muy amplias y diversas, pues la condición y las circunstancias de la vida de cada uno hace que lo que para ti es mediocre hoy, no lo sea mañana, pues la vida es dinámica, te da golpes y luego te hace cariño.

 La mediocridad no tiene que ver solo con el logro sino con el merecimiento y con los valores que dicha dinámica arroja y a pesar como decía mi padre y curiosamente también un jefe que “La vida es eminentemente injusta” y si estamos todos conscientes de ello, es momento de reconocernos mutuamente en dicho mérito y capaz así comprendamos que la mediocridad no es tan común como creíamos.

#vidayliderazgocomercial

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