El valor de tu negocio para la sociedad
El valor que representa tu negocio para la sociedad
En artículos anteriores hemos hablado del valor y cómo se cristaliza en tu empresa y el valor desde el punto de vista lo que aporta tu negocio o proyecto a tu cliente, en principio, a través del valor que les ofreces con tu producto o servicio.
Ya vimos en los dos anteriores artículos que el valor de tu producto lo define el cliente. Es decir, que no viene definido, necesariamente, por la “calidad” que tu atribuyes a tu producto o servicio, sino por cómo mejoras la vida de tu cliente.
Y, por lo tanto, tu labor es llegar a conocer a tu cliente lo más a fondo posible para saber qué valora y cómo puedes ofrecerle características más valiosas para él o ella.
Hoy quiero explorar otra faceta del valor desde el punto de vista de una persona que “se pone por su cuenta”, sea como autónomo o como pequeña empresa. Y esta otra faceta es el valor para la sociedad.
Es muy importante entender esto: la faceta de emprender y crear empresas o proyectos que aspiran a resolver problemas para los demás es clave en una sociedad dinámica.
Por un lado, estás ofreciendo un servicio a la sociedad: se cubre una necesidad que no se estaba cubriendo. Esto hace que las personas que se benefician de esto (tus clientes) sean personas más satisfechas – bien por haber eliminado una dificultad o por haber conseguido una facilidad o mejora. Esto en sí ya es muy positivo.
Además, esta dinámica suele generar una energía que invita a otros a seguir avanzando en la prestación de este bien o servicio, con lo cual se puede generar un círculo virtuoso.
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Beneficio para las personas. Beneficio para la sociedad.
Además de resolver o cubrir una necesidad, estás ofreciendo a la sociedad un lugar en que algunas personas (al menos una) pueden desarrollarse profesionalmente y, a su vez, ofrecer algo útil a la sociedad. Una sociedad en la que las personas no tienen “salida” para sus talentos y sus dones es muy perniciosa por la desesperanza que genera.
Desarrollar el talento y los dones requiere poder ejercerlos en el mundo real, y hay pocas situaciones como las que proporciona una micro o pequeña empresa para desarrollar muchas capacidades como la flexibilidad, la innovación, la iniciativa, la creatividad, la capacidad de adaptarse, la comunicación, el trabajo en colaboración…
Este aspecto de ofrecer un lugar en el que desarrollar el talento también tiene dos vertientes: es un beneficio para la sociedad, y a la vez para las personas.
Lo mismo ocurre con el siguiente valor que ofrece una empresa: es una estructura de soporte económico para familias.
Una pequeña empresa sólidamente llevada ofrece un lugar de seguridad a partir del cual las familias pueden crecer, educar e invertir en su futuro. Esto es un beneficio para las familias concretas, por supuesto, pero también desde una mirada general para la sociedad.
Una sociedad en la que las familias tienen un sustento económico y las personas lugares (empresas) para desarrollarse personal y profesionalmente es, sin duda, una sociedad mejor.
Con tu empresa o pequeño proyecto estás contribuyendo directamente a que la sociedad en la que vives sea una sociedad mejor.
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