EL VERANEO EN SEVILLA

No me equivoco si digo que la inmensa mayoría de los sevillanos veranean en Sevilla; al menos, varias semanas de los meses consagrados a las vacaciones.

Nos encontremos de vacaciones o no, la primavera suele ser tórrida; y el verano bastante duro; el calor va remitiendo a finales de septiembre y la temperatura no cae hasta finales de noviembre; en la que pasamos al invierno, donde rara vez bajamos de los 4 ó 8 grados.

Pero no quería hablar del tiempo en Sevilla. Si no del veraneo. Se notan las calles vacías a mediados de agosto. Sin embargo, muchísimas personas pasan lo más caluroso del año en la ciudad. Efectivamente, pocos afortunados disfrutan de vacaciones y la mayoría no se va más que unos días o semanas. Por tanto, no pueden eludir el férreo y caluroso abrazo del verano hispalense.

Las playas de Cádiz y Huelva suponen un alivio para los fines de semana. Se puede ir y venir el mismo día. Están a unos cien kilómetros de Sevilla y bien comunicadas. No obstante, suele haber atascos los festivos.

No hace mucho, los sevillanos soportábamos el calor sin aire acondicionado. No los teníamos en las escuelas, ni en los automóviles, centros de trabajo, viviendas... Poco a poco, esto ha cambiado. Actualmente, estamos mejor preparados.

Sin embargo, han quedado prácticas y costumbres para soportar el calor: hábitos, horarios, gastronomía...; incluso la fisonomía de algunas calles y casas obedece a la lucha contra las altas temperaturas...

De todas formas, lo peor del verano, son las noches. Nunca se acostumbra uno al calor que hace. Normalmente, la mínima no se alcanza hasta justo antes del amanecer; que suele ser la hora de levantarse.

Lo más positivo del agosto sevillano es que se hace más fácil aparcar; hay menos colas en todos los sitios... Agosto suele brindar la oportunidad de trabajar tranquilo, de ir a gusto a las rebajas, de visitar muchos monumentos... (Si se sale temprano y se vuelve pronto a casa).