Electrificar la industria es urgente. El tiempo apremia

Electrificar la industria es urgente. El tiempo apremia

Imagina que la electrificación de la economía es como una carrera contrarreloj. En esta carrera, la industria es uno de los corredores más importantes. Si queremos ganar la carrera hacia la descarbonización, todos los corredores deben estar en perfecta sintonía. Pero, ¿qué pasa si uno de ellos se retrasa? El ritmo de todos se verá afectado. Esto es lo que está sucediendo con la industria: aunque hemos avanzado mucho en áreas como la generación de energía, la industria es uno de los eslabones más débiles. Si no acelera su paso, todo el esfuerzo para llegar a la meta de cero emisiones podría ser en vano.

El proceso de electrificación no es un capricho; es una necesidad. De todos los sectores que componen nuestra economía, el transporte y la industria son los que tienen el mayor potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y es precisamente en estos sectores donde debemos actuar más rápido si queremos cumplir con los objetivos de descarbonización.

A nivel mundial, la industria es responsable de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Representa cerca de un tercio del consumo total de energía en el mundo, ¡un 32%!

En España, la situación no es tan distinta: según el MITECO, el sector industrial representa aproximadamente el 25% del consumo total de energía. Además, la industria no solo es uno de los mayores consumidores de energía, sino también una de las principales fuentes de emisiones contaminantes. El 41,9% del consumo energético del sector industrial en España proviene de fuentes no renovables, lo que significa que todavía dependemos mucho de combustibles fósiles que dañan el planeta.

Pero, ¿qué entendemos por sector industrial? Abarca todas las actividades que transforman materias primas en productos terminados. Esta transformación suele involucrar procesos mecánicos, químicos o tecnológicos, utilizando maquinaria y energía, que van desde la producción de alimentos, metales, textiles, hasta la fabricación de maquinaria, vehículos y productos electrónicos.

Al electrificar los procesos industriales, aquellos que dependen especialmente de calor de alta temperatura, podemos acelerar la transición hacia las energías limpias y renovables siendo este sector  fundamental para alcanzar los objetivos medioambientales establecidos para 2050.

Sin embargo, la electrificación no es un proceso sencillo. Cada industria tiene sus propias características y necesidades, y la naturaleza diversa de las industrias supone un desafío a la hora de diseñar políticas energéticas que se adapten a cada uno de los diferentes subsectores, como señala el último informe sobre la situación de las energías renovables en 2024 de REN21, plataforma global que agrupa a una red de actores clave, incluyendo gobiernos, organizaciones no gubernamentales, instituciones de investigación y académicas, para promover la adopción de energías renovables en todo el mundo.

El contexto de España: avances y desafíos

En España, el camino hacia la electrificación industrial no está siendo tan rápido como en otros países europeos como Francia o Alemania. El PERTE de Descarbonización Industrial, con una inversión de 3.100 millones de euros, ha sido uno de los grandes esfuerzos del gobierno español para reducir las emisiones de la industria. Pero, a pesar de esta inversión, solo se han destinado poco más de 240 millones de euros a un total de 30 proyectos. Es un buen comienzo, pero claramente insuficiente.

A esto se suman otros problemas: la industria en España enfrenta obstáculos como la falta de infraestructuras adecuadas y la dificultad de descarbonizar cadenas de suministro, que afecta a sectores estratégicos como la producción de cemento, vidrio y acero.

Junto a ello, España necesita invertir más en redes eléctricas. Sin unas redes fuertes, capaces de soportar la creciente demanda de energías renovables, será imposible hacer la transición hacia una industria más limpia.

La Unión Europea estima que se necesitan 800.000 millones de euros en inversión en redes eléctricas para facilitar esta electrificación a gran escala.

En España, se habla de invertir 5.600 millones de euros al año para asegurar que las redes eléctricas puedan soportar la carga de esta transición. (Fuente: PwC. Presente y futuro de las redes eléctricas en España). Sin estas inversiones, el sistema colapsaría y no lograríamos los objetivos de descarbonización.

Pero no todo es negativo. En el otro lado de la balanza, las energías renovables están más accesibles que nunca. España es líder en energía solar, habiendo instalado más de 5.783 MW el pasado año, lo que supone un aumento del 26,5% respecto al año anterior, siendo la segunda potencia de Europa en energía solar, lo que contribuye a la competitividad de la electricidad en el país.

Esta disponibilidad de energía limpia crea una oportunidad única para que la industria española acelere su electrificación y reduzca su dependencia de los combustibles fósiles.

El futuro de la electrificación en España

El futuro de la electrificación de la industria en España depende en gran medida de la capacidad del país para superar las barreras actuales y fomentar una mayor inversión en infraestructuras eléctricas. No será fácil, pero es fundamental. El Foro Económico Mundial ha advertido que lograr la sostenibilidad en la industria no puede ser una tarea solitaria. Los procesos industriales de baja o media temperatura, como el secado o la destilación, son difíciles de electrificar. Por eso, es crucial que la industria colabore no solo con los bancos, sino también con las compañías energéticas y otros actores clave.

En España, será esencial que el gobierno continúe apostando por tecnologías como el hidrógeno verde, que puede complementar la electrificación en aquellos procesos donde las altas temperaturas son difíciles de alcanzar mediante electricidad.

Con este escenario, las empresas españolas tienen la oportunidad de liderar este cambio. Además la electrificación de la industria no  solo representa una oportunidad para descarbonizar el sector, sino también para mejorar la competitividad de la industria española en el contexto global. Pero para que esto se materialice, se requiere un esfuerzo coordinado entre el sector público y privado, junto con un aumento significativo en la inversión en redes e infraestructuras eléctricas. El tiempo apremia.

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Por si no me conoces, soy Victoria Muñoz. Llevo más de 13 años, al servicio de empresas en el ámbito #tecnológico y en el sector de la #energíasrenovables. Mi enfoque principal es ayudar a estas organizaciones a simplificar sus mensajes y establecer una conexión efectiva y significativa con su audiencia y su público objetivo.

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