Emprender, el verbo que no quisieron enseñarnos.

La palabra emprender tiene un significado que va más allá de lo que pensamos, es un verbo que representa la toma de acción continua, es pensar y hacer que suceda lo que deseamos. Sin embargo, emprender no es algo que nos enseñan desde pequeños, no hace parte de las materias que vemos en el colegio; y por el contrario, nos formaron con un modelo educativo basado en estudiar, ingresar a una empresa y luego, algún día, jubilarnos.

“No quiero una nación de pensadores, quiero una nación de trabajadores”.

Esta frase de John D. Rockefeller, quien en 1903 formó la Junta General Educativa de Estados Unidos y tomó el control de su sistema educativo para decidir lo que las personas debían aprender, es una muestra histórica de que nuestras opciones de soñar y vivir de lo que deseábamos fueron robadas, y simplemente, nos enseñaron a hacer parte de los sueños de los demás pero nunca a construir los propios.

Una frase que ya tiene más de 100 años pero apenas empieza a perder vigencia, pues solo hasta hace pocas décadas empezamos a despertar y a tomar conciencia de que podemos hacer y vivir de lo que nos apasiona. Y aunque después de tantos años de trabajar para otros, mentalmente es complejo emprender y adaptarnos a un ritmo de vida diferente, ahora el mundo ha cambiado y ya existen más pensadores y fórmulas para crear lo que deseamos, tomando acción constantemente.

Sabemos también que este no es un camino para todos, pues comenzar un negocio de cero y convertirnos en “nuestro propio jefe” es todo un desafío, además las estadísticas no son son muy alentadores pues según Confecámaras “el 75 % de las empresas fracasan o dejan de existir a los dos años de haber iniciado su operación”. Una situación que, además de lo que hemos contado, puede explicarse por cuatro variables que si no se tienen en cuenta a tiempo, significarán el final de nuestros proyectos. 

1 - Enamorarnos de las ideas y no permitir que se transformen con el tiempo.

Una de las principales razones del porqué los emprendedores tiran la toalla o simplemente dejan que sus proyectos mueran, es no aceptar que su idea de negocio pueda cambiar, evolucionar y convertirse en una nueva propuesta para su público objetivo. Está bien amar nuestra idea de negocio, pero resistirse al cambio seguramente terminará en el abandono de nuestros proyecto, para seguir cumpliendo el de alguien más. 

2 - Gastos innecesarios.

¡Nuestro negocio es un éxito y estamos creciendo! Sin embargo, estos procesos de crecimiento muchas veces nos llevan a gastos innecesarios para mantener o aumentar la operatividad, o simplemente nos dejamos deslumbrar por los números y accedemos a compras que no necesitamos. Recuerda, cualquier decisión que tomes debe ir conforme al crecimiento de la empresa y debe ser una real necesidad. Invertir bien cada peso te ayudará a permanecer en el tiempo.

3 - Rodéate de personas que conecten con tu propósito

Seleccionar las personas correctas para que te ayuden a crecer es fundamental para todos los emprendedores, pues esto define muchos aspectos de tu negocio como la permanencia en el tiempo, el servicio, la reputación, los resultados, entre otros. Tómate el tiempo para elegirlos y rodéate de personas que conecten con el ADN de tu marca y aporten todo su conocimiento. 

4 - No estar en constante actualización.

No estar en constante actualización del mercado en el que te mueves y perder el interés por seguir aprendiendo y sumando conocimiento es otro de los factores que influye el en fracaso de tu negocio. Estamos en una nueva era, de cambios y evolución constante, y así también debes estar aprendiendo para moldear tu negocio a las nuevas necesidades del mundo. ¡Nuestro negocio debe transformarse!

Como ves, emprender es un verbo que pocos aplicamos, conjugamos y llevamos a la vida. Pero como cada prueba desafiante, ¡al cumplirla sentiremos una recompensa enorme y gratificante! Recuerda que si tienes una idea de negocio y quieres darle vida, nosotros te acompañamos para hacerla realidad.