Emprender no es para todos
Muchas personas conocidas y no conocidas se han acercado a preguntarme ¿Cómo es emprender? ¿Cómo lo hice? ¿Sí me afectó la pandemia? ¿Cómo lo hice, para emprender y separarme a la vez? ¿Cómo lo hago para hacer tantas cosas en el día? y varias otras que en este momento no me acuerdo.
Y en esta foto aparezco en pijama, porque quiero dar el ejemplo gráfico de un situación que me pasó cuando comencé a emprender.
Estaba sentada en mi comedor (no tenía oficina) en pijama, frente al computador y no había cumplido la meta que me había propuesto en ventas del primer Workshop que había lanzado (sin tener idea de lo que significaba hacer un lanzamiento, no sabía de convocatorias, solo sabía muy bien lo que iba a entregar) así fue como me di cuenta que hacer convocatorias y vender por internet era todo un arte y las convocatorias ¡OMG!
Después que haces una, no te quedan ganas de hacer otra… pero ahí vas de nuevo.
En momentos como esos donde estás sola, con tu idea, las inmensas ganas de comerte al mundo, tus deudas, responsabilidades y la gran mayoría del mundo 95% que piensa y funciona distinto preguntándote y ¿Por qué no buscas un trabajo mejor?
Si no has trabajado tu mentalidad, si no estás lo suficientemente decidida de lo que quieres y para que lo estás haciendo, es tan simple como cerrar el computador y decir “Estoy puro webiando” (perdón) pero no funciona con caspitas. Y si entras en eso luego viene la pregunta y ¿Quién soy yo para hacer esto? no me conoce nadie, o te comienzas a comparar con el éxito de otros y puedes entrar en un espiral del que no tienes como salir.
He leído mucho por ahí de las rutinas necesarias para emprender y las asesoras de moda me van a matar, pero dicen que te vistas como para ir a la oficina y que eso mejorará tu ánimo y bla bla bla, puede ser, es verdad que vestirnos bien nos puede ayudar, pero te aseguro que ni el mejor outfit de tu vida hará que te levantes cuando las cosas no resultan, cuando eres un pulpo que duerme 5 horas y así y todo sientes que te falta tiempo.
Tu mentalidad es lo único que te mantendrá en pie y enfocado.
Ser tú, tu propio jefe suena cool, pero tienes que estar dispuesto a pagar el precio.
Antes de emprender, define el estilo de vida que quieres vivir, define tus valores intransables, no emprendas en algo solo porque ves una oportunidad de negocio.
Uno de los valores intransables es la LIBERTAD, hago corto circuito cuando me dicen lo que tengo que hacer, la CREATIVIDAD, la CONTRIBUCIÓN y mi misión en la vida es ayudar a otros a evitar lo que yo he sufrido en los procesos de vida.
Así nació este emprendimiento, así nace mi libro.
Cada vez que alguien se queda sin trabajo me llama, cuando alguien se separa me llama, cuando les han sido infiel me llaman y me preguntan ¿Cómo lo superaste? ¿Cómo saliste adelante? ¿Cómo lo lograste? y así nacen los negocios con propósito.
No lo sé todo, sólo puedo transmitir lo que me ha servido a mí, nunca dejo de aprender y estoy en el proceso de mejorar siempre.
Un abrazo Gaby.
Líder de Marketing | Marketing Digital y Offline | Comunicaciones Corporativas
3 añosMe parece interesante tu visión. Siempre he pensado que está sobrevalorado el emprender. No quiero decir que sea algo malo, muy por el contrario, es excelente que haya gente atrevida, capaz de hacerlo y logre su objetivo. Pero está mal que se tienda a "endiosar" a quienes lo hacen y "apocar" a quienes no cuentan con las habilidades, o simplemente no quieren y prefieren avanzar en el mundo del contrato con un empleador.