Emprender por accidente
Nuestro mayor anhelo como seres humanos es reducir la incertidumbre en diversas situaciones de la vida, es a través de esa tarea que encontramos sentido a lo que hacemos en el tiempo y a nuestra existencia misma. Buscamos en el mundo estabilidad laboral, financiera, emocional y mental para tener mayor control sobre el futuro y como resultado disminuir el impacto de eventos desafortunados. Por esa razón la idea de un ser superior o de un maestro como guía es tan fuerte: la incertidumbre es producto de la ignorancia, no sabemos hacia donde vamos por naturaleza sin embargo hay patrones que podemos seguir, leyes divinas o sociales que nos pueden guiar según lo que creamos. La justificación de los hechos que nos suceden a diario puede adjudicarse a cualquier actor externo (metafísico o material) pero siempre el objetivo final será el mismo: trabajar en nuestra estructura mental y la forma en cómo asumimos lo que pasa. Bajo esta perspectiva todos somos emprendedores de alguna manera y reducir la incertidumbre de la vida depende exclusivamente de lo que hagamos, somos los guionistas de nuestra propia historia.
Emprender consiste en mejorar el estado actual de las cosas, situaciones o personas. Es el relato que contaremos más adelante sobre la forma en como solucionamos los problemas y los convertimos en oportunidad para lograr mejores relaciones, momentos, ingresos, emociones, pensamientos, etc. Es la historia que nuestro yo grande le contará a los nietos o el memorable recuerdo del pasado, fuente de información para prevenir errores en el futuro. Es la forma más elemental de la memoria para diferenciar lo que funciona de lo que no. El emprendimiento es la base del progreso humano y saca a la luz el conocimiento del mundo gracias a la razón y no a la superstición. ¿Cómo emprender para reducir la incertidumbre?
Expandir el conocimiento en un área determinada (curiosidad), comprender y adaptarse al entorno para obtener mejor información y recursos es un buen comienzo (validación). Por otra parte el autoconocimiento y una capacidad de autocrítica son esenciales también. Finalmente un objetivo, una visión grande en el tiempo pero con sustento además de una fuerte motivación como motor: un mejor presente, bienestar personal y familiar, ayudar a otras personas, generar empleos, cambiar el mundo o simplemente sobrevivir para luego mejorar las expectativas. Una acertada combinación de estos factores en general son la base para cambiar la incertidumbre y convertirla en oportunidad.
Luego el uso de la razón y la lógica son las que evalúan si la oportunidad tiene sentido, el componente ideal y motivacional funcionan sólo si tienen una aplicación real y solucionan una necesidad o problemática relevante. Este paso es importante porque es donde la mayoría de ideas quedan descartadas: en general sobreevaluamos el impacto real de nuestras ideas por el mero hecho de ser nuestras, pareciera que nos “encariñaramos” con ellas y nos gusta más la idealización de lo que obtendremos por ellas que llevarlas a la práctica y demostrar que funcionan. Y así se va desarrollando una constante de prueba y error donde de manera casi natural las cosas van evolucionando hasta que llega la incertidumbre de nuevo como una crisis. Ni todo lo anterior junto puede evaluar mejor y de forma más contundente una oportunidad que una crisis.
Aunque sintamos temor e intentemos tener el control de todas las variables siempre una crisis terminará llegando, sin embargo tenemos poder sobre que tanto nos va a afectar. La vida misma es una secuencia de subidas y bajadas: como en la economía, habrá épocas donde nuestras posibilidades se expandan y se consoliden así como otras donde las cosas no irán bien y caigamos en depresión. Pero siempre la economía se recupera luego de un periodo de crisis, su naturaleza es básicamente humana. Se recupera, de forma ideal, para obtener mayor bienestar en la sociedad y afrontar mejor la próxima incertidumbre que venga.
En un mundo donde la única certeza son los impuestos y la muerte, emprender se presenta como un valioso intento de descifrar la formula para un mejor futuro y reducir, al menos de forma parcial, nuestros miedos y la incertidumbre.