EMPRESA / FAMILIAR. Poder y Autoridad. De la importancia de los Organos de Gobierno.
La pregunta que nos hacemos siempre los Consultores cuando trabajamos en una empresa es quién ostenta el poder de decisión. Hay que identificarlo, valorarlo y si conviene neutralizarlo.
El ejemplo dela viuda del fundador que hacia reuniones para tomar el té con los directivos de la empresa, es un caso de gobierno en la sombra paralelo. Esta señora tenía poder (muchas acciones) pero no un puesto en la jerarquía de mando de la empresa y con estos “encuentros informales” restaba autoridad al mismo CEO. Resultado: en cinco años la empresa cambió en tres ocasiones de CEO.
Pero en nuestro contexto en que trabajamos de forma directa como Consejeros Externos, debemos identificar quien ostenta la autoridad real, muchas veces oculta en las primeras sesiones de trabajo in situ. Sabemos que esta persona determinará de forma indirecta el devenir de la empresa y el legado para las siguientes generaciones.
Los órganos de “buen” gobierno son imprescindibles, en tanto que imponen un orden y una rigurosidad en el proceso de toma de decisiones que afectan tanto a la empresa como a aquellos accionistas pasivos, que no por no estar en el día a día, dejan de tener interés en la evolución empresarial. Es más, estos accionistas pueden ser un problema si tienen un paquete accionarial importante, pues debemos contar con los órganos de información formales pertinentes para evitar injerencias no controladas.
La información en la Empresa Familiar tiene que derivar de los Consejos de Familia y la Asamblea de Familia. En términos de empresa serán los Consejos de Administración, la Junta de Accionistas y los más que rentables Consejos de Dirección profesionales, donde está establecida la periodicidad en la que los directivos de las diferentes áreas se reúnen, comunican e informan de forma transversal. Único modo para cumplir con el Bussines Plan determinado por el Consejo de Administración.
Los canales de comunicación han de ser constantes y estructurados en tiempo y forma salvo si hubiere algún hecho trascendental que requiriese de alguna convocatoria extraordinaria y urgente caso en que se activarían los protocolos de Gestión de Crisis.
Todo ello emana de la organización de la empresa independientemente del tamaño de esta. De ahí mi lógica obcecación, por la pura evidencia, de seguir unos procesos definidos en el Plan Estratégico. Documento en que se establecen los canales de comunicación de modo que todas las áreas de la empresa y todas las competencias de los responsables y directores de departamento,tengan información real y eficaz a la vez que sean partícipes en la toma de decisiones.
Es la única vía para evitar intromisiones no deseadas en la gestión de la empresa y tener a los accionistas pasivos informados y tranquilos.
Lo antedicho me lleva un poco más allá. Si seguimos los principios de buen gobierno, nos será mucho más sencillo tener las herramientas que nos permitirán asumir la posible compra de otra empresa, la fusión o en último caso la venta total o parcial (Capital Riesgo). Al mismo tiempo nos servirá para tener una valoración real de nuestra empresa actualizada y generaremos confianza en el mercado.
Un Plan Estratégico sirve de guía de toda la organización para el futuro de la empresa, pero también nos sirve en el proceso de análisis para asumir nuestras debilidades.
El poder de un director de orquesta/empresario estriba en tener la capacidad de decidir sobre qué tipo de orquesta quiere tener. Los músicos/trabajadores saben “tocar música” pero la sinfonía la elige el empresario con la autoridad y la responsabilidad que le confiere llevar la batuta.
¿Pueden tocar solos? Si. Pero ¿qué sinfonía han de tocar?: el Plan Estratégico. El de empresa y el de familia.
Poder y Autoridad. Una democracia dirigida puede ser la respuesta.
Lleida, 10 de febrero de 2019