Empresario, autónomo o 
             directivo: ¿culpables ...?
Autónomos, pequeños y medianos empresarios y directivos.

Empresario, autónomo o directivo: ¿culpables ...?

          Si escuchamos a quien diseña nuestra política económica en las tertulias de radio y televisión o les leemos en sus entrevistas en la prensa, sean del partido que sean y se apoyen sobre los principios que informan su actividad pública que sean, pensaremos que la crisis que comenzó en 2008 ya ha acabado y un rato más tarde, o al dia siguiente, cuando entremos en nuestro despacho de autónomo, pequeño o mediano empresario o incluso de directivo de una gran empresa recordaremos esas tertulias y nos frotaremos los ojos; es verdad, en la mayoría de los casos creeremos que ellos están en lo cierto y que somos nosotros con la diaria gestión de nuestras parcelas de negocio mayores o menores, los que nos apartamos de lo que otros si disfrutan ya.

          ¿Es cierto que nuestros personales errores constituyen la causa de una supuesta desviación de nuestras respectivas empresas del patrón general?, ¿ha llegado a las empresas y negocios ese patrón general de crecimiento?, ¿la mayoría de las empresas han dejado ya atrás la crisis y navegan con velocidad de crucero salvo la nuestra?.

          Analicemos objetivamente algunos datos. Nuestra facturación o volumen de ventas no tiene nada que ver con el que alcanzamos en 2007; nuestra plantilla es la tercera parte de aquella y de menor cualificación y la financiación de activos, o la comercial, que obtenemos de bancos y financieras no cubre nuestras necesidades y las de nuestros clientes como si lo hacía entonces; en consecuencia vivimos una permanente situación de emergencia de liquidez que nos impide mirar más allá de una semana. Pensamos: "Mi empresa no ha superado aún la crisis, diga lo que diga el ministro de economía de turno" y nos asalta tras esa conclusión una pregunta transcendental: ¿soy yo el único?, ¿las demás empresas pequeñas o autónomos de mi sector si la superaron?, ¿soy yo el torpe?".

          Nuestro análisis continúa: "Después de una reflexión rápida deduzco que no tengo clientes nuevos apenas y que mis cifras de ventas suponen el 60% de las que eran, que hace diez años que solo voy al banco a pedir extractos y comprobar que hay el saldo para atender los pagos que espero y que mis niveles de financiación no alcanzan ni un tercio de los que disfrutaba en 2007 que me fueron eliminando, el descuento comercial, las pólizas de crédito o los leasing y renting han ido venciendo y los he liquidado sin que otros hayan venido a sustituirlos a un nivel parecido. Mi plantilla, que era de calidad, se ha visto reducida como imposición para la supervivencia y como única partida susceptible de ser recortada; ha mejorado la morosidad, pero más como consecuencia de que los clientes que me quedan son ya los que sobrevivieron a la crisis y que como yo han conseguido mantenerse en pie, me compran mucho menos de lo que solían pero me pagan bien; el resto, que en los primeros años supusieron un grave problema, o desaparecieron físicamente o ya no les vendo y ni siquiera sé si se han recuperado o no y estoy perdiendo una oportunidad de recuperar el volumen de actividad que tenía y que no he vuelto a tener".


          ¿Hemos salido o no de la crisis?, la gente está harta de callar y guardar para sí su convicción de que son los culpables a nivel personal y directo de una situación que es el fruto de una campaña de Marketing gigantesca entre un Gobierno que ya cayó y una Banca subvencionada qué sigue, tras diez años, en la misma situación que un flan recién sacado de su molde.

          Si por unos minutos contemplamos a la población activa de España, no como un mercado laboral gigantesco para obtener mano de obra cualificada y barata sin limitación, sino como mi bolsa potencial de clientes, concluiriamos con facilidad que debemos estar muy preocupados porque esos clientes virtuales ni están en este momento, la mayoría, en condiciones de hacer que crezca mi cartera de negocio, ni lo estarán previsiblemente durante los próximos años; tres millones no tienen trabajo, otros tres millones, cifra récord del 2º trimestre del 2018 tiene contratos a tiempo parcial y otros tres millones al menos cobran entre 600 y 900 euros al mes y sin disponer de la capacidad adquisitiva mínima como para que se beneficie el consumo interno y yo y mi pequeña empresa con él; la otra mitad de los ciudadanos se reparte entre los pensionistas que adoptaron, desde 2008, una actitud conservadora para poder ayudar a su entorno familiar con lo que se suman a los que solo compran lo justo y los empresarios, autónomos y empleados, que han conseguido conservar su estatus socioeconómico. Esos simples datos nos certifican nuestra propia situación comercial, porque la mitad de la población activa que ahora son parados o pobres constituían una parte importante de la clientela que antes de la crisis si tenia los niveles de consumo interno que significaban que mi empresa facturará las cifras anteriores a 2008.

          El nivel de endeudamiento privado (empresas y particulares) ha ido disminuyendo desde que alcanzara su máximo en 2010 y lo ha hecho hasta 58 puntos y se ha situado en el 159, 9% del PIB y ese sería un buen dato si el comportamiento de nuestras ventas fuera el opuesto y hubiera crecido un 25%, pero no es el caso; excepción hecha del sector servicios, básicamente la hostelería y el turismo más barato, que aún dando ya signos de debilidad por la caída de los mercados europeos, sostiene en este momento nuestro PIB, el resto de sectores no alcanzan, ni de lejos, el nivel de ventas que manejaban en 2007 sino que en muchos casos han sobrevivido limitando sus costes y perdiendo hasta la mitad de su facturación por diversas razones: clientes que quebraron o perdieron su capacidad de compra, clientes a los que ya no podíamos atender por falta de financiación comercial que ofrecerles en sus pagos y clientes que como consecuencia de la escasez de plantilla impuesta por nuestra supervivencia no recibieron el tratamiento que exige su nivel de fidelización o su latente morosidad.

          Ya podemos concluir que tras conseguir superar la crisis vivos tenemos un grave problema comercial que solucionar y que además necesitamos poder disponer para solucionarlo de bancos que nos den los servicios que durante años nos permitieron desarrollar nuestra actividad y crecer cada año.

          ¿Que hacer?, claro, ir a un banco y hablar con su director, es sencillo; NO, la mayoría de nosotros no puede hacerlo porque nuestra situación no lo permite; arrastramos diez años de retraso en el saneamiento de nuestra estructura financiera que ya carga el máximo de su posibilidad de garantía y quien más o quien menos ha sufrido los embates de los impagados que a su vez le han forzado al impago propio; es decir tenemos historia negativa y la situación de nuestro actual sistema bancario no le permite riesgo alguno por encontrarse incluso peor que nuestras empresas a pesar de las apariencias, es decir peor que la general a pesar de los diferentes tratamientos de choque en forma de fondos ilimitados que han recibido y más que probablemente a fondo perdido o lo que es lo mismo, costeado por todos nosotros.

         Todos los días y machaconamente nos dicen los informativos, asambleas generales de los bancos y ruedas de prensa de sus máximos responsables que la banca española vuelve a estar en una situación inmejorable y si eso es cierto porque nosotros, los autónomos, pequeños y medianos empresarios y directivos de grandes empresas no nos hemos dado cuenta; hay campañas de marketing frecuentes de todos los bancos, pero ¿a qué y quién van dirigidas?: a la domiciliación de nóminas, a la utilización creciente y masiva de la banca electrónica, digital y los medios de pago más sofisticados y a todos los servicios que suponen que ellos se puedan permitir una vez más en 2018 reducir sus plantillas otro 33% más que en 2017, pero de financiación comercial, al consumo o a empresas oímos hablar poco por no decir nada y es lógico.

          En 2008, al sistema bancario español, la explosión de la burbuja inmobiliaria le pilló en máximos históricos en cuanto a carteras hipotecarias sobre el 100% de responsabilidad, e incluso más, de los valores de mercado en aquel momento de los inmuebles, además de los propios activos donde desarrollaban su actividad, es decir las dependencias y sucursales, algunas alquiladas, pero en un porcentaje muy alto compradas siguiendo las tendencias del mercado como inversión que resultó fallida en la mayoría de esos casos (las costas, los barrios del extrarradio en ciudades o los locales en núcleos rurales de bajo valor añadido).

          Diez años después ¿cuál es la verdadera situación de los balances del sistema restante tras el ajuste?; han desaparecido algunas Entidades, otras se han fusionado y algunas se han reinventado con el resultado de una desaparición de las Cajas de Ahorro que todos tachamos en algún momento de auténtica fuente de todos los problemas y que hoy echamos de menos por su proximidad y cercanía; ¿fue tan benéfica su desaparición como se prometía o con la necesaria despolitización y un control más exhaustivo hubiera sido suficiente y hoy nosotros seguiriamos disponiendo de un instrumento de financiación menos exigente con nuestras condiciones históricas por tratarse de una banca pública?; no lo sé, yo lanzo esa pregunta y vosotros contestad sin la presión de la audiencia, ¿quien se benefició de la desaparición o privatización de todas las Cajas de Ahorro y ya saneadas con dinero público?, ¿tenían ellas problemas diferentes a los del resto de la banca?, ¿en BBVA, Santander o Sabadell no tenían activos sobre valorados, y aún los tienen, al estallar la burbuja en 2007?: por supuesto que si.

         Dio en el clavo entonces el vilipendiado Comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, cuando en marzo de este año puso sobre la mesa los diez más graves problemas de la economía de España que impedian la superación, no ya de la crisis, sino de sus efectos; os confieso que sin ser santo de mi devoción, coincido, SI, por completo, la alta tasa de paro, el abuso de los contratos temporales, la escasa eficacia de las ayudas sociales que mantienen a un 28% de la población en riesgo de pobreza y sin capacidad alguna de consumo, la elevada deuda pública que el anterior gobierno elevó en 420.000 millones de euros, 65 puntos porcentuales más que en 2007, la baja recaudación de IVA consecuencia del bajo consumo interno, las carencias educativas que mantienen aún en un 18% la tasa de abandono de sus estudios de nuestros jóvenes, las insultantes trabas burocráticas a empresas, la falta de inversión en I + D y la brecha de inversión en interconexiones en los embudos fronterizos que provocan cuellos de botella en el tráfico comercial.

          Desde luego, acertais, por algo os dedicais a lo que lo haceis y habéis sobrevivido a una crisis, si, solo he citado nueve de esos tan graves problemas y ha sido intencionado por completo; el décimo es el endeudamiento privado del que llevamos hablando desde el principio, el nuestro y el de nuestras empresas y ahí es donde entran los dos protagonistas de nuestros males; como ya os he explicado desde un 217% de nuestro PIB en 2010 hemos conseguido reducir la morosidad hasta el 159% de lo que producimos y eso que con un sistema bancario fuerte y comprometido con el futuro de su País nos permitirá tener la estructura financiera sana en nuestros negocios que nos permitiera elaborar planes de crecimiento sensato y riguroso si dispusieramos de la financiación que lo permitiera; no es posible porque ellos no están en condiciones de hacer aquello para lo que nacen y para lo que con nuestros impuestos les hemos preparado; pero si han tenido un gobierno cómplice que les permitiera un dia detras de otro incumplir con su obligación de financiar a empresas y particulares para que España pueda volver a ponerse en marcha y los Gobiernos anteriores de PSOE y PP eso es exactamente lo que han hecho, no condicionando sus generosas ayudas en unos sentidos y otros a la vuelta a los niveles de financiación de la actividad empresarial y particular que necesita un País como España, una potencia económica en el Mundo y la cuarta de la UE.

         Antes al contrario los anteriores gobiernos apoyaron las aventuras especulativas, por no calificarlas de atajos, de todos ellos facilitandoles apoyo e infraestructura diplomática y política para ir a países como Turquía, en crisis política sucesiva desde tiempo de los otomanos, e invertir allí los recursos que hubieran debido financiar a las empresas españolas la superación de los efectos de la crisis más severa que hemos vivido; con ello las pequeñas y medianas empresas, autónomos y las grandes, como han hecho siempre, hubieran ido creando los empleos de calidad cuya capacidad adquisitiva hubiera impulsado el consumo interno y así una y otra vez hasta cerrar el circulo de la prosperidad y el bienestar de todos.

          Empezamos este análisis invitándolos a pensar en voz alta o a leer mientras cada uno ibais traduciendo a vuestro propio caso las situaciones que nos hemos ido planteando y ya estamos, creo yo, en condiciones de contestarnos todos a las preguntas que nos hacíamos; las respuestas se me antojan sencillas, NO, no somos nosotros los únicos que vivimos cada día esta situación de intento de supervivencia por un día más, casi todos, salvo los más afortunados, seamos jóvenes emprendedores de nuevos proyectos o los actores de empresas antiguas en el tiempo que han demostrado en cada caso los sólidos cimientos necesarios para superar lo que hemos superado y casi todos vivimos lo mismo hoy, la soledad frente a las administraciones, la falta de su apoyo, la inacción frente a la ausencia de los bancos solo abstraídos en sus proyectos digitales, electrónicos y sumidos en esa política miope de ir desmontando su actividad y reduciendola al mero traslado de fondos desde nuestros bolsillo a otros y a cambio de la comisión correspondiente y esa no es su única misión en la estructura socioeconómica de un país, ni siquiera la fundamental, la más importante es la financiación rigurosa pero real del proceso económico viable y productivo.

          ¿Qué podemos hacer ante el abandono de funciones de Gobierno y de banca, poco, quizá presionar al primero para que legisle e imponga a la segunda el cumplimiento de su misión imprescindible para la actividad económica; el gobierno debe legislar sobre la eliminación razonable de las cicatrices que a todos nos dejó la crisis, las bases negativas deben ser renovadas y no pueden seguir en las interesadas manos de quienes al final las utilizan para incumplir su compromiso social y también debe legislar sobre financiación y replantearse la nula competencia en que ha dejado a los grandes del sector bancario, pero muy poco más, quizá podemos hacer algo más, convencernos a nosotros mismos de que no somos los culpables de todo, tan solo de haber conseguido superar la crisis con nuestra empresa viva y eso no es poco. 

Fdo. Carlos Ignacio Pareja González.


   

             

           

Rolando Andrade Pérez

Saborista. Laboratorios Castells

6 años

si claro  apoyar. a empresas como Iberdrola,ybarra aceite de oliva y vinos   Iberia si eso es lo que deja pues apoyar a esas empresa que exportan   el futuro esta en las exportaciones 

Julian Mª Ramos Segade

Coordinador SAT y UCV en Uriker

6 años

Me ha gustado mucho tu articulo Carlos, lo comparto.

Gran artículo Carlos. Hay tantas cosas que se pueden hacer... Solo hace falta voluntad de los políticos para hacer un acuerdo de amplio consenso, no se pude seguir con esta política del individualismo, de oposición solo por siglas políticas. Si no somos capaces de construir una realidad económica como país y saber donde queremos estar dentro de 20 años, hacer una apuesta sería en tejido industrial y productivo a 20 años vista, apostar por el talento y las personas formadas para que no se vayan, por que son nuestro futuro. Es muy basico, si el dinero circula se activa la economía, las empresas, los salarios, el consumo interno...

Santiago Fraile

Investigador sobre la Complejidad inherente a las empresas y su entorno

6 años

que requiere que las personas con mayores capacidades y entendimiento salgan de la nebulosa que nos han pintado, y olvidando los individualismos y las certezas absolutas, colaboren con los demás desde el respeto, y que lo hagan porque quieren hacerlo, porque anhelan un país diferente, porque los demás les importan. Podría decir muchas cosas más, pero quiero terminar diciendo "la ignorancia maligna es aquella que tiene una persona que piensa que lo sabe todo, y por lo tanto no tiene nada que aprender"· Si piensas que exagero... por favor dime un factor importante (educación, economía, migración, sanidad, etc) de la sociedad española que funcione bien o se vean indicios de una mejora inmediata.

Santiago Fraile

Investigador sobre la Complejidad inherente a las empresas y su entorno

6 años

Carlos, te felicito por tú artículo, tú sabes que no soy economista, por lo tanto, en algunos temas no puedo entrar por ignorancia. Ahora bien, tu planteamiento es muy interesante  y me permite sumarme modestamente a él. Si solamente azotara España un problema económico, la solución necesariamente sería sencilla, dolorosa durante un tiempo pero sencilla. Pero nos enfrentamos realmente a un problema complejo, ¿qué quiero decir? No conocemos los límites de nuestro problema, ni tampoco la totalidad de variables que intervienen y menos sus valores cambiantes. Nuestros gobernantes son de poca entidad, no están capacitados ni para ser directores de un colegio de niños (mis respetos para ellos). No pueden resolver algo que desconocen, y aún peor, desconocen que lo desconocen. Muchas personas están tan centradas en la tecnología y su magia que se han escapado de la realidad, igual sucede con el positivismo enajenante que se está viviendo, Quiero de ir con esto que la sociedad, o al menos una parte de ella está en la inopia, y la realidad (o lo más cerca que podemos estar de ella) nos indica que estamos ante una situación gravísima,...sigue...

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